Cuentos para contar_cap 3 - Secretos Para Contar
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Cercano a la casa estaba un caney abandonado, donde colgó su<br />
chinchorro y se acostó.<br />
Muy entrada la noche, se despertó, pues sintió ruido en la casa<br />
cercana y se levantó <strong>para</strong> averiguar qué pasaba. Oculto detrás de<br />
un árbol, vio que de la casa salía un hombre arrastrando un bulto;<br />
pasó muy cerca de él y se detuvo un momento, lo que aprovechó<br />
<strong>para</strong> cortar un pedazo de la <strong>cap</strong>a del hombre.<br />
Al clarear, emprendió de nuevo su camino y al llegar al pueblo<br />
cercano se encontró con una multitud que rodeaba el cadáver del<br />
anciano dueño de la casa en donde no había querido hospedarse.<br />
Nadie sabía quién lo había matado. Entre los curiosos que rodeaban<br />
el cadáver, nuestro hombre vio al que le faltaba un pedazo<br />
de <strong>cap</strong>a y se dio cuenta de que era el asesino. Fue al tribunal y lo<br />
denunció presentando como prueba el pedazo de <strong>cap</strong>a que había<br />
guardado.<br />
Ante la prueba, el hombre confesó su crimen diciendo que se<br />
había puesto de acuerdo con la esposa del viejo <strong>para</strong> hacerlo. La<br />
justicia le dio las gracias y él continuó su camino.<br />
Después de muchos días de viaje, una noche de luna en la que<br />
había gran claridad, llegó a su casa, entró y vio a un hombre durmiendo<br />
en un chinchorro. Iba a caerle a palos, creyendo que su<br />
mujer se había casado con otro, cuando recordó el tercer consejo:<br />
“No hagas nunca de noche aquello de lo que te puedas arrepentir<br />
por la mañana”. Entonces salió afuera y se sentó cerca de la puerta<br />
a esperar el día <strong>para</strong> hablar con su esposa.