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escaparate que con tanto júbilo Isidora admira pueden ser considerados como tales, estableciéndose la estrecha identificación entre el placer material y el sexual ya adelantada anteriormente, hasta el punto de convertirse en uno solo. Recordemos que cuando Isidora admira los objetos, se está mirando a ella misma; el embeleso ante el objeto es el embeleso ante su propio cuerpo. Aunque el desarrollo de este tipo de narcisismo podría ser percibido como liberador para el personaje (puesto que Isidora se ama a ella misma), Freud sostiene que la mujer no se ama por ella misma, sino por lo que representa para el hombre, esto es, para el otro. Grosz explica esta posición freudiana: Here the woman, in recognizing her castration, attempts to make her whole body take on the role of object of (the other’s) desire. She strives to affirm her position as desirable for the other. The aim is structurally quite different from that of a boy. His position as the subject of desire is confirmed, while her position as the object of desire is affirmed. (Jacques Lacan 127) Isidora adopta una posición como sujeto de deseo, pero al mismo tiempo, en esta definición de narcisismo femenino el sujeto adopta estrategias que la definen como objeto deseado, lo que revela la importancia del otro en el proceso formativo, ese otro que Martín define como “different from ourselves, as existing from without, yet coming from within because it is defined through us” (“Narrative” 40). A pesar de que en el narcisismo puro y primario de Isidora no hay referencia explícita a otros, por cuyos ojos Isidora estaría mirando, siendo el mismo personaje el que se contempla, se admira y se congratula por su belleza (narcisismo residual al que el sujeto siempre se retrae, según Freud) hay que partir de la base de que la propia imagen reflejada en el espejo es producto del desdoblamiento del sujeto en otro, a partir del cual existe una identificación y una determinación social: Isidora se mira en el espejo según ciertos 84

parámetros sociales, condicionada por la sociedad y por cierta ideología burguesa hegemónica. En este sentido, las calles céntricas madrileñas repletas de escaparates en La desheredada vuelven a remitir a la galería comercial parisina que Benjamin articuló en sus Arcades, especialmente si consideramos que “the arcade is a street of lascivious commerce only; it is wholly adapted to arousing desires” (Arcades Project 42). El deseo del que habla Benjamin es material y viene determinado por el consumo de mercancías y el loco amor al lujo al que incitan estas “fairy-tale galleries” (5), esas calles como nuevo espacio urbano dedicado al servicio de la mercancía; pero también es un deseo de índole carnal y sexual, bien expresado mediante el adjetivo “lascivious” y el verbo “to arouse”, que hace percibir los objetos como fuentes de placer. A su vez, en este tipo de galerías, en estas calles comerciales, “people began to eye other people” (Merrifield, Metromarxism 63), experiencia de la cual deriva el goce que produce pasear por ellas al posibilitar la identificación en el espejo de los ojos del otro: de ahí que el narcisismo exacerbado que guía el movimiento urbano del personaje esté directamente relacionado con la concienciación social. Porque si París “is a city of mirrors” el que las mujeres “look at themselves more than elsewhere” (Benjamin, Arcades 877), Madrid es igualmente “espejo de alegrías” (La desheredada 170) en el que Isidora se mira en su pasear, transformando su subjetividad en términos sociales y desarrollando al mismo tiempo un narcisismo exacerbado íntimamente relacionado con dicha concienciación social. “Espejo movible”, dice el narrador, puesto que la configuración de los sujetos, de los paseantes de ese Madrid bullicioso es inestable, mutante, siempre en construcción bajo las fuerzas sociales que los rodean. No es casualidad que tras la ojeada en las vitrinas de la calle, los pasos de Isidora la dirijan al museo del Prado, donde el personaje expresa la necesidad de una 85

escaparate que con tanto júbilo Isidora admira pueden ser considerados como tales,<br />

estableciéndose la estrecha identificación entre el placer material y el sexual ya<br />

adelantada anteriormente, hasta el punto de convertirse en uno solo. Recordemos que<br />

cuando Isidora admira los objetos, se está mirando a ella misma; el embeleso ante el<br />

objeto es el embeleso ante su propio cuerpo.<br />

Aunque el desarrollo de este tipo de narcisismo podría ser percibido como<br />

liberador para el personaje (puesto que Isidora se ama a ella misma), Freud sostiene<br />

que la mujer no se ama por ella misma, sino por lo que representa para el hombre, esto<br />

es, para el otro. Grosz explica esta posición freudiana:<br />

Here the woman, in recognizing her castration, attempts to make her whole<br />

body take on the role of object of (the other’s) desire. She strives to affirm her<br />

position as desirable for the other. The aim is structurally quite different from<br />

that of a boy. His position as the subject of desire is confirmed, while her<br />

position as the object of desire is affirmed. (Jacques Lacan 127)<br />

Isidora adopta una posición como sujeto de deseo, pero al mismo tiempo, en esta<br />

definición de narcisismo femenino el sujeto adopta estrategias que la definen como<br />

objeto deseado, lo que revela la importancia del otro en el proceso formativo, ese otro<br />

que Martín define como “different from ourselves, as existing from without, yet<br />

coming from within because it is defined through us” (“Narrative” 40). A pesar de que<br />

en el narcisismo puro y primario de Isidora no hay referencia explícita a otros, por<br />

cuyos ojos Isidora estaría mirando, siendo el mismo personaje el que se contempla, se<br />

admira y se congratula por su belleza (narcisismo residual al que el sujeto siempre se<br />

retrae, según Freud) hay que partir de la base de que la propia imagen reflejada en el<br />

espejo es producto del desdoblamiento del sujeto en otro, a partir del cual existe una<br />

identificación y una determinación social: Isidora se mira en el espejo según ciertos<br />

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