'ANDANDO SE HACE EL CAMINO - DataSpace - Princeton University
'ANDANDO SE HACE EL CAMINO - DataSpace - Princeton University 'ANDANDO SE HACE EL CAMINO - DataSpace - Princeton University
conflicto y las tensiones porque a través del conflicto inherente a la lucha es posible ofrecer soluciones. Mientras Un hombre termina con la muerte del protagonista en una huelga hipotética, Siete domingos tomará esa hipótesis y la convertirá en realidad textual para narrar la organización, el desarrollo y en última instancia el fracaso de dicha huelga. Los personajes de ambos textos se debatirán entre su individualidad y la pertenencia a un colectivo, motor de la acción y protagonista de la novela social de los años treinta que encontrará en las calles urbanas su espacio de representación. Al cabo del análisis de la calle en los textos de los tres primeros capítulos de esta tesis, podría afirmarse que en las novelas de la República, la calle se configura como un “nuevo viejo espacio” en tanto que el sujeto –individual y colectivo—no se contentará con estar en la calle, sino que se echará a la misma, ocupando la calle como nuevo espacio de lucha para con su voz y su acción (en la mayoría de los casos violenta) expresar su protesta y reivindicar una visibilidad social y política. Será en la calle donde se produzca la verdadera “rebelión de las masas” al ser los espacios del centro ocupados por obreros y sindicalistas que se rebelan contra el orden. De esta manera, la calle se revelará como vía para manifestar las nuevas opciones ideológicas entre las que el individuo buscará posicionarse –de ahí el recurrente y significativo aserto del protagonista “ando buscando mi camino”; nuevos discursos políticos (contra la monarquía, contra la República, contra el orden capitalista); nuevos fenómenos sociales (la crisis económica, la emergencia del anarcosindicalismo); y nuevas subjetividades (la reaparición del pueblo como sujeto político). En definitiva, las calles de Madrid en sí se alzan como nuevos espacios de anonimato en un sentido ecuménico de representación, enunciación y protesta donde se concentran nuevas formas de hacer política no formalizadas; espacios de la muerte pero también de la 36
esurrección pues los muertos cobran vida en cada uno de los constituyentes de la masa humana que los acompaña en su cortejo fúnebre por el centro urbano; en definitiva, un nuevo espacio sagrado desde donde se pretende hacer público lo privado. Termino con una necesaria y precisa justificación para la elección de la novela frente a cualquier otro género literario. Baste pensar en la obra teatral Juan José (1895) de Joaquín Dicenta, o Luces de bohemia (1924) de Valle Inclán como obras que hubieran tenido cabida en un trabajo que privilegia el estudio de la calle, pues en ellas el Madrid de los márgenes se convierte en lugar actuante cuyas calles se revelan como entornos de la conducta en los que los personajes se perfilan y desarrollan la acción. Lo mismo podría decirse de algunas prosas líricas en las que Madrid se alza como protagonista. Baste citar, por ejemplo la selección “La colina de los chopos” (1963) de Juan Ramón Jiménez, donde el poeta construye un Madrid muy peculiar, solitario e intimista; o incluso poetas menos conocidos de principios del siglo XX como José López Silva o Antonio Casero que también recrearon la ciudad en sus obras. Sin embargo, me hago eco de la afirmación que Tanner escribió en su libro sobre la Venecia literaria: el género de la ciudad es la novela (Venice Desired 4), principalmente por la complejidad de los movimientos físicos de los personajes. Los textos seleccionados en mi tesis parecen haber sido escritos para confirmar esta aserción, no sólo porque el espacio textual está impregnado de desplazamientos físicos de los protagonistas por el Madrid de finales y principios de siglo, sino porque estos desplazamientos disparan otra suerte de movimientos –sociales, ideológicos, políticos, económicos—que sólo tienen cabida en el espacio simbólico de la novela como género literario moderno caracterizado según Wirth-Nesher por la disolución de 37
- Page 1 and 2: ‘ANDANDO SE HACE EL CAMINO.’ CA
- Page 3 and 4: Dissertation Abstract My dissertati
- Page 5 and 6: Agradecimientos Son muchas las pers
- Page 7 and 8: Índice Resumen………………
- Page 9 and 10: Introducción: Andando se hace el c
- Page 11 and 12: desde un punto de vista personal co
- Page 13 and 14: piden ser analizadas en estos térm
- Page 15 and 16: hasta prácticamente los años nove
- Page 17 and 18: escenario del vicio -recordemos La
- Page 19 and 20: la proliferación de urdimbres rela
- Page 21 and 22: en el entorno urbano. Esto es así
- Page 23 and 24: económica, así como su conciencia
- Page 25 and 26: 69), una realidad dominada por olea
- Page 27 and 28: calles por las que transitan. Los t
- Page 29 and 30: como una de las pocas vías mencion
- Page 31 and 32: factores fundamentales: junto a un
- Page 33 and 34: al centro histórico terminó abort
- Page 35 and 36: La ciudad en la narrativa galdosian
- Page 37 and 38: función social de la mujer y su en
- Page 39 and 40: Algo parecido ocurre con los textos
- Page 41 and 42: precedente de las novelas de la Rep
- Page 43: Fernández encontraron en la calle
- Page 47 and 48: tener cauce de expresión pero que
- Page 49 and 50: CAPÍTULO 1 Entre el centro y la pe
- Page 51 and 52: periferia madrileña que muestra, e
- Page 53 and 54: pasando por los cantares de gesta,
- Page 55 and 56: del paseo, con la finalidad no sól
- Page 57 and 58: construidos en torno a una discursi
- Page 59 and 60: derivado, aparte de los placeres vi
- Page 61 and 62: personaje encontrará en el paseo u
- Page 63 and 64: mujer “con un talento macho”, c
- Page 65 and 66: deje entrar al pueblo en este majes
- Page 67 and 68: apetito, la sazón y la salud” (7
- Page 69 and 70: miserable parece comerse toda noci
- Page 71 and 72: deriva de la sensación de orden qu
- Page 73 and 74: (Arcades 417). El fervor por la lib
- Page 75 and 76: Bazán y Concepción Arenal, y el c
- Page 77 and 78: femenino lee, mira, desea, emula, s
- Page 79 and 80: en el mundo del centro comercial. L
- Page 81 and 82: El personaje ejerce el derecho a su
- Page 83 and 84: La obsesión del personaje por dist
- Page 85 and 86: mediante el desarrollo del gusto en
- Page 87 and 88: entre las mismas, es ya recurrente
- Page 89 and 90: se observa, se desdobla y se constr
- Page 91 and 92: escaparate cumple: proyectar la car
- Page 93 and 94: parámetros sociales, condicionada
esurrección pues los muertos cobran vida en cada uno de los constituyentes de la<br />
masa humana que los acompaña en su cortejo fúnebre por el centro urbano; en<br />
definitiva, un nuevo espacio sagrado desde donde se pretende hacer público lo<br />
privado.<br />
Termino con una necesaria y precisa justificación para la elección de la novela<br />
frente a cualquier otro género literario. Baste pensar en la obra teatral Juan José<br />
(1895) de Joaquín Dicenta, o Luces de bohemia (1924) de Valle Inclán como obras<br />
que hubieran tenido cabida en un trabajo que privilegia el estudio de la calle, pues en<br />
ellas el Madrid de los márgenes se convierte en lugar actuante cuyas calles se revelan<br />
como entornos de la conducta en los que los personajes se perfilan y desarrollan la<br />
acción. Lo mismo podría decirse de algunas prosas líricas en las que Madrid se alza<br />
como protagonista. Baste citar, por ejemplo la selección “La colina de los chopos”<br />
(1963) de Juan Ramón Jiménez, donde el poeta construye un Madrid muy peculiar,<br />
solitario e intimista; o incluso poetas menos conocidos de principios del siglo XX<br />
como José López Silva o Antonio Casero que también recrearon la ciudad en sus<br />
obras.<br />
Sin embargo, me hago eco de la afirmación que Tanner escribió en su libro<br />
sobre la Venecia literaria: el género de la ciudad es la novela (Venice Desired 4),<br />
principalmente por la complejidad de los movimientos físicos de los personajes. Los<br />
textos seleccionados en mi tesis parecen haber sido escritos para confirmar esta<br />
aserción, no sólo porque el espacio textual está impregnado de desplazamientos físicos<br />
de los protagonistas por el Madrid de finales y principios de siglo, sino porque estos<br />
desplazamientos disparan otra suerte de movimientos –sociales, ideológicos, políticos,<br />
económicos—que sólo tienen cabida en el espacio simbólico de la novela como<br />
género literario moderno caracterizado según Wirth-Nesher por la disolución de<br />
37