30.04.2013 Views

'ANDANDO SE HACE EL CAMINO - DataSpace - Princeton University

'ANDANDO SE HACE EL CAMINO - DataSpace - Princeton University

'ANDANDO SE HACE EL CAMINO - DataSpace - Princeton University

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Juliá, “la presencia de la CNT en Madrid es siempre sinónimo del despertar obrero”<br />

(Madrid 1931-1934 180), o como también señalaba un periódico anarquista de la<br />

época, “el anarquista no se cruza de brazos sino que espera andando” (CNT 22 agosto<br />

1934).<br />

Este despertar obrero, necesario de cara a la revolución social, queda bien<br />

manifestado mediante la personificación de la viga que forma el teatro, así como de<br />

los altavoces del mitin. La viga, “hija de los Altos Hornos de Vizcaya” (Siete<br />

domingos 21), instrumento al servicio del obrero, cobra vida y de ser un ente inerte se<br />

convierte en un ser con entrañas, que sabe, que se educa, que habla (el lenguaje de la<br />

huelga, del motín, de la reivindicación) y que participa en el mitin, como un aliado<br />

más de la causa. Los altavoces, de modo parecido, cobran vida por su cuenta, no<br />

atienden a órdenes, siguen vociferando a pesar de que los cables han sido<br />

desconectados y se convierten en una sinécdoque del obrero, profiriendo palabras y<br />

“frases como trallazos” (31), protestas típicas del ideario anarquista: “Traición,<br />

cobardía, miseria, crimen, pólvora, fusiles, revolución, FAI, CNT, FAI, CNT” (31) o<br />

“¡Viva la CNT! ¡Muera la república burguesa!” (32). La insurrección de los altavoces<br />

marca el paso de la individualidad a la colectividad –y como consecuencia al<br />

anonimato—paso necesario para la acción revolucionaria: ya no son sujetos<br />

individuales los que se manifiestan fuera y dentro del teatro, sino “gargantas en la<br />

calle” (31), una “masa humana” densa que “corta la circulación” (31) y que “en buena<br />

ley no deberían hablar” pero que igual que los altavoces, “cumplen su misión<br />

provocadora” (32). Lo señala Nonoyama: “Los altavoces son símbolos del poder de<br />

las palabras. Al hacerlos hablar por su cuenta, Sender subraya la energía incontrolable<br />

de la masa que estalla” (El anarquismo 115). La masa que estalla y se desborda en la<br />

calle. Por tanto, serán las palabras –no organizadas y pronunciadas de forma<br />

422

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!