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'ANDANDO SE HACE EL CAMINO - DataSpace - Princeton University

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narrativa de vanguardia respecto a la ciudad (“Entre el organillo” 141). El autor de<br />

Lamentación hace del anonimato una constante, tanto de los personajes como de las<br />

calles, consecuencia de las aglomeraciones de sujetos y de la masiva urbanización de<br />

la sociedad. El personaje carece de nombre y la única información personal que se<br />

ofrece al lector no llega hasta la página 163, en que se nos comunica que “ha<br />

cumplido los veintiséis años”. Se correspondería este personaje con ese urbanita al<br />

que se refiere Manuel Delgado, no habitante de la ciudad, sino practicante de lo<br />

urbano, del que no sabemos casi nada por ser un personaje apenas conocido que<br />

protege su intimidad en un mundo que él mismo percibe como potencialmente hostil,<br />

“fuente de peligros posibles para la integridad personal” (Animal público 13) Así se<br />

consigue transmitir un efecto genérico que transforma la individualidad identitaria de<br />

los sujetos y los agrupa en aglomeraciones urbanas. Esta idea es también transmitida<br />

mediante la indeterminación nominal con que el protagonista se refiere a las mujeres<br />

que se va encontrando en la ciudad: a todas les cambia el nombre y así Camila será<br />

Melisa, Filomena se convertirá en Lofi y Andreida, la vecina del balcón de enfrente,<br />

será Iulia en la imaginación del personaje. El anonimato y la pérdida de especificidad<br />

afecta igualmente a las calles. Son lugares yermos, desangelados y anónimos que no<br />

fomentan el diálogo ni las relaciones sociales y el modo de nombrarlas así lo indica:<br />

cuando el personaje abandona la casa de Lofi, no quiere olvidarse de su ubicación,<br />

pero la urbe moderna favorece la pérdida de identidad: “Quise anotar el número de la<br />

casa. Era el 40. Luego inquirí el nombre de la calle: ‘Alvarez Gato’. Bien. Entonces,<br />

para no olvidarme de las señas de Lofi, comencé a decir: ‘Calle de Alvarez Gato, 40;<br />

calle del Gato, 40; Gato, 40…’” (Lamentación 51). El mismo personaje no sabe<br />

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