'ANDANDO SE HACE EL CAMINO - DataSpace - Princeton University
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sólo puede explicarse por ese dinamismo, esa impetuosidad y discontinuidad de lo imprevisto y lo imprevisible que introduce la vida moderna: With each crossing of the street, with the tempo and multiplicity of economic, occupational and social life, the city sets up a deep contrast with small town and rural life with reference to the sensory foundations of psychic life. The metropolis exacts from man a different amount of consciousness than does rural life. Here the rhythm of life and sensory mental imagery flows more slowly, more habitually, and more evenly. Precisely in this connection the sophisticated character of metropolitan psychic life becomes understandable – as over against small town life which rests more upon deeply felt and emotional relationships. These latter are rooted in the more unconscious layers of the psyche and grow most readily in the steady rhythm of uninterrupted habituations. (Simmel, “Metropolis” 410) El sujeto urbano tendrá mucho más complicada la adaptación a las situaciones novedosas de su entorno que el hombre rural, pues la vida en la ciudad está dominada por una “incesante y renovada sorpresa de gentes desconocidas y costumbres extrañas… por el tráfago de la lucha rugidora de la población” (Lamentación 5), lo que contrasta con la conducta basada en hábitos adquiridos del entorno rural donde el personaje opera con “las costumbres patriarcales de su pueblo” (6) La alienación urbana a la que es sometido el individuo quedaría bien explicada por las diferentes condiciones psicológicas que el hombre desarrolla –o mejor dicho, se ve obligado a desarrollar para sobrevivir en el mundo urbano frente al rural. “Consciousness”, “rhythm of life” y “emotional” son términos claves en esta cita para entender el cambio de actitud del individuo urbano. El ritmo de vida que impone la urbe es rápido, casi frenético, caracterizado por “the rapid crowding of changing images, the 278
sharp discontinuity in the grasp of a single glance, and the unexpectedness of onrushing impressions” (410), y este impulsivo ritmo de vida se filtrará en la conciencia del sujeto. Hay numerosas referencias en el texto de Benavides a este caótico ritmo de vida y a la reacción que provoca en el individuo: a su primera llegada a Madrid, el personaje se encuentra “perdido en medio del bullicio madrileño” y al mismo tiempo aturdido ante “el frenético deambular de los transeúntes” que le producen “la impresión de seres extranaturales persiguiendo un afán inasequible” (5). La urbe, en su “activo desenvolvimiento” (6) va a forzar en el individuo el despertar de una conciencia urbana dominada por la frialdad y el desarraigo, una actitud o “reserve” en palabras de Simmel, que no es más que un arma de protección “against the threatening currents and discrepancies of his external environment which would uproot him” (“Metropolis” 410). Esta actitud distante que Simmel denomina “intellectualistic mentality” (412) es lo primero que llama la atención al protagonista de Lamentación, quien proviene de un mundo diferente, un mundo rural y reducido donde todos los habitantes se conocen, donde los hombres “hacen ofrenda de afecto y caridad” (6) y donde las relaciones humanas están basadas en lazos afectivos. De hecho, lo que distingue al individuo que ha desarrollado dicho “intellectualism” es que “he reacts with his head instead of his heart” (“Metropolis” 410) esto es, se encuentra dominado por la racionalidad el lugar de por las emociones. Simmel no emite juicio moral alguno sobre la cualidad “intellectualista” que la vida en la metrópolis impone al sujeto, siendo éste uno de los logros de su artículo. Por el contrario, se limita a presentar ésta como una consecuencia directa (e incluso natural) de la economía monetaria y la ciudad como el escenario por excelencia en el que se produce dicho proceso. La falta de emotividad sería por tanto una consecuencia, como también lo sería la libertad que dicha actitud racional confiere al sujeto: “Metropolitan man is 279
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mismo tiempo aturdido ante “el frenético deambular de los transeúntes” que le<br />
producen “la impresión de seres extranaturales persiguiendo un afán inasequible” (5).<br />
La urbe, en su “activo desenvolvimiento” (6) va a forzar en el individuo el despertar<br />
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