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'ANDANDO SE HACE EL CAMINO - DataSpace - Princeton University

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alma, y las opciones que la sociedad caótica y cruel ofrece. La visión pesimista y<br />

oscura de la vida como una lucha para sobrevivir se repite en la novelística barojiana.<br />

Su mejor ejemplo es Andrés Hurtado, personaje de El árbol de la ciencia, para quien<br />

“el pesimismo de Schopenhauer era una verdad casi matemática” (81): “Uno tiene la<br />

angustia, la desesperación de no saber qué hacer con la vida, de no tener un plan, de<br />

encontrarse perdido, sin brújula, sin luz adonde dirigirse. ¿Qué se hace con la vida?<br />

¿Qué dirección se le da?” (167). Esta postura de un sujeto que se halla dolorosamente<br />

escindido entre el árbol de la ciencia y el árbol de la vida, entre inteligencia y<br />

voluntad, pone de manifiesto la idea de que desear es sufrir y conduce al dolor, y por<br />

tanto, la idea de que el conocimiento proporciona dolor, premisa básica del<br />

pensamiento de Schopenhauer, es recogida por Baroja, para cuyos personajes la vida<br />

consiste en una constante y perpetua lucha por el autoconocimiento, “en un intento de<br />

explicarse su yo, su conciencia, un afán constante por llegar al esclarecimiento de la<br />

personalidad, y los textos intentan informar del contraste existente entre las altas<br />

aspiraciones del yo y los estrechos horizontes que ofrece una realidad degradada<br />

social y moralmente” (Ordoñez García 144). En este intento de explicación, de<br />

búsqueda de sentido (y de solución) a la dura realidad circundante, Manuel opta por<br />

acudir a las reuniones anarquistas en la taberna del Chaparro, de alguna forma, para<br />

encontrar cierta satisfacción, quizás movido por esa sensación de cenestesia, por ese<br />

“conocimiento de que vivimos, manifestado por necesidades o tendencias que son la<br />

esencia misma del hombre” (Baroja, Hojas sueltas 405). Pero no encuentra ese reposo<br />

ni solución, ni dirección alguna que seguir, más que la conformidad y adaptación<br />

social, política y urbana a la que se ha entregado en este último tomo de la trilogía.<br />

Ante un mundo caótico y cruel, el sujeto debe desarrollar una indiferencia ante el<br />

dolor, indiferencia que la Academia en 1884 define como “el estado del ánimo en que<br />

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