'ANDANDO SE HACE EL CAMINO - DataSpace - Princeton University
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genética de lo que acontece en la novela, surgen varias preguntas a las que aludirá el presente capítulo: ¿Qué relación existe entre la pobreza de las calles, su morfología y edificios, y la miseria de la urdimbre humana que habita en ellas? ¿Qué tipo de dinámicas se ponen en marcha en la calle para (y consecuencia de) la toma de conciencia social y política del sujeto? ¿Cómo se manifiesta el discurso del poder de las clases dominantes y la práctica de la resistencia de la clase desfavorecida en la calle? ¿Cómo contribuye el escenario urbano al proceso de subjetivación del individuo? ¿Será la falta de concienciación social del sujeto que acepta su inferioridad y se resigna a permanecer “oculto” entre los desechos de la ciudad, contribuyendo así al status quo de la sociedad –como es el caso de los traperos del barrio de las Carolinas en La horda- lo que atribuye al barrio en que vive su carácter marginal? Y asimismo, ¿será el sujeto con interés de clase –Juan en Aurora roja- desarrollado a través de sus paseos y sus contactos con otros “desheredados” de la novela el que dote al barrio marginal de un carácter amenazador, subversivo y siniestro, precisamente por la posibilidad de que la acción directa del sujeto le haga dejar de permanecer oculto y se manifieste, disolviéndose así los límites urbanos? Igual que en el análisis de los paseos de Isidora y Tristana, las ambiciones, deseos y aspiraciones del sujeto marginal que pasea por la ciudad convierte a ésta en legible, pero será una lectura diferente la que se nos ofrezca, una lectura que construye una nueva imagen de Madrid hasta ahora desconocida: la de la capital monumental, soberbia, hermosa que, sin piedad, “arrojaba la miseria lejos de ella, negando su existencia” (La horda 335) y ante la cual los escritores se rebelan al mismo tiempo que dejan traslucir su admiración, del mismo modo que el sujeto que se mueve entre sus tortuosas y marginales calles. 154
2.1 De Magallanes a Ceres: calle, anarquismo y espacios marginales en Aurora roja Son muchos los historiadores y críticos literarios que han opinado al respecto de la ambigüedad ideológica de Baroja, su acercamiento a la moral anarquista o su actitud anti-socializante. Blanco Aguinaga, Iris Zavala y Rodríguez Puértolas insisten en el rechazo del escritor hacia anarquistas y socialistas (Historia social 216). Puértolas llama la atención al rechazo del movimiento socialista a favor del anarquista, a pesar de ser éste cuantitativamente mucho menos importante que el primero en tiempos del novelista. Puértolas lo atribuye al temor del escritor por la organización obrera socialista (El Madrid 37). Blanco Aguinaga culpa al “arbitrario deprecio por el socialismo” (Juventud 271) de Baroja por la falta de rigor histórico en el tratamiento de los personajes socialistas. Julio Caro Baroja confirma esta sospecha al argumentar que Baroja rechazaba la parte doctrinal de los socialistas. Varios trabajos basculan hacia la atracción del novelista al ideario ácrata, como el de Gómez- Pérez quien sostiene que, entre otros elementos, “la ruptura con todo lo anterior y la destrucción violenta son la base de la simpatía barojiana por los anarquistas” (“Baroja” 313), o De Salaverría, quien señala que Baroja “es el único espíritu realmente anarquista de la literatura contemporánea española” (“Pío Baroja” 150), idea subrayada por De Onís quien afirma que el novelista “realizó en su vida el ideal anarquista de la más perfecta libertad individual” (“Pío Baroja” 163). Lejos de participar en estas discusiones ideológicas y encasillar a Baroja en un ideario concreto, interesará observar cómo las transformaciones políticas en la España de principios de siglo se materializan en la calle a través de los personajes y acciones de Aurora roja. Para ello, importa examinar las dinámicas y las prácticas puestas en marcha en el escenario urbano, tanto para contrarrestar el tremendo desajuste social y 155
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2.1 De Magallanes a Ceres: calle, anarquismo y espacios marginales en Aurora<br />
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Son muchos los historiadores y críticos literarios que han opinado al respecto<br />
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Puértolas llama la atención al rechazo del movimiento socialista a favor del<br />
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realmente anarquista de la literatura contemporánea española” (“Pío Baroja” 150),<br />
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