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'ANDANDO SE HACE EL CAMINO - DataSpace - Princeton University

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genética de lo que acontece en la novela, surgen varias preguntas a las que aludirá el<br />

presente capítulo: ¿Qué relación existe entre la pobreza de las calles, su morfología y<br />

edificios, y la miseria de la urdimbre humana que habita en ellas? ¿Qué tipo de<br />

dinámicas se ponen en marcha en la calle para (y consecuencia de) la toma de<br />

conciencia social y política del sujeto? ¿Cómo se manifiesta el discurso del poder de<br />

las clases dominantes y la práctica de la resistencia de la clase desfavorecida en la<br />

calle? ¿Cómo contribuye el escenario urbano al proceso de subjetivación del<br />

individuo? ¿Será la falta de concienciación social del sujeto que acepta su inferioridad<br />

y se resigna a permanecer “oculto” entre los desechos de la ciudad, contribuyendo así<br />

al status quo de la sociedad –como es el caso de los traperos del barrio de las<br />

Carolinas en La horda- lo que atribuye al barrio en que vive su carácter marginal? Y<br />

asimismo, ¿será el sujeto con interés de clase –Juan en Aurora roja- desarrollado a<br />

través de sus paseos y sus contactos con otros “desheredados” de la novela el que dote<br />

al barrio marginal de un carácter amenazador, subversivo y siniestro, precisamente por<br />

la posibilidad de que la acción directa del sujeto le haga dejar de permanecer oculto y<br />

se manifieste, disolviéndose así los límites urbanos?<br />

Igual que en el análisis de los paseos de Isidora y Tristana, las ambiciones,<br />

deseos y aspiraciones del sujeto marginal que pasea por la ciudad convierte a ésta en<br />

legible, pero será una lectura diferente la que se nos ofrezca, una lectura que construye<br />

una nueva imagen de Madrid hasta ahora desconocida: la de la capital monumental,<br />

soberbia, hermosa que, sin piedad, “arrojaba la miseria lejos de ella, negando su<br />

existencia” (La horda 335) y ante la cual los escritores se rebelan al mismo tiempo<br />

que dejan traslucir su admiración, del mismo modo que el sujeto que se mueve entre<br />

sus tortuosas y marginales calles.<br />

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