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'ANDANDO SE HACE EL CAMINO - DataSpace - Princeton University

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textual y el urbano- viene motivado por el deseo económico, principalmente si<br />

atendemos a la idea de que “prostitution was above all an economic transaction”<br />

(Acton 72) y para quien la calle es sinónimo de vida y felicidad. No en vano se conoce<br />

a las prostitutas como “mujeres de la calle” pues, como bien Wilson señala, “the open<br />

street with its lack of boundaries and its freedom for all to use was precisely what<br />

created ‘promiscuity’ in every form” (Sphinx 41). La prostitución era un problema<br />

acuciante en la sociedad del siglo XIX: ¿debía ser perseguida o reglamentada? Si bien<br />

en el siglo XVIII se pretendía acabar con ella, hasta el punto de crearse una Ronda del<br />

Pecado Mortal que recorría las calles condenando a los infractores, en el XIX se<br />

impone la postura de reglamentarla. En la época de la Restauración la prostitución<br />

entra en la esfera de lo privado, no considerando que hubiera que intervenir a no ser<br />

que hubiera terceros perjudicados, o que la acción del individuo produjera daños a la<br />

sociedad. Quizás sea por ello que, dado que ha resultado imposible para el narrador<br />

controlar los instintos nómadas del sujeto femenino, es imprescindible acometer la<br />

tarea de dignificar su espacio social. Convertirla en mujer de la calle, en una “morally<br />

fallen woman”, retomando las palabras de Parsons, constituye la forma de conceder al<br />

personaje femenino un espacio legítimo de representación en el escenario urbano. Si<br />

el castigo de Tristana pasaba por una estricta limitación espacial, el castigo moral<br />

impuesto a Isidora da lugar a un sujeto con total libertad de movimientos físicos y el<br />

poder absoluto de apropiarse de la calle para su uso y disfrute. Eso sí, esta libertad<br />

urbana llega a costa del descenso moral y social. Poseer la ciudad es ser poseída por la<br />

misma. Ahora las acciones transgresoras perpetradas por la protagonista –caminar<br />

libremente, invadir la calle y poseer el hábitat urbano— tendrán un fin específico y<br />

justificado: la canalización del deseo masculino, necesario para toda sociedad<br />

burguesa bien organizada. Basándose en los trabajos de Labanyi (Gender and<br />

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