El libro de Iván Salas

Quilish Hora Cero
Cajamarca, la lucha de un pueblo que defiende su vida y dignidad
de las delegaciones que se concentrarían en la plaza de armas; continúan las
vigilias por la noche.
Martes 14 septiembre.
La entusiasta juventud continúa con la recepción de alimentos, la solidaridad
ciudadana se multiplica, más aún al escuchar noticieros y opiniones de un sector
de la prensa capitalina totalmente manipulada por la Sociedad Nacional de
Minería.
Los estudiantes universitarios bloquean la carretera de salida a la costa por
unas horas.
Miércoles 15 septiembre es el punto de quiebre. Multitudinaria marcha
ciudadana.
7am. La ciudad está calata, silencio sepulcral, mercados cerrados, carencia de
transporte.
9a.m. Las diferentes delegaciones van llegando a la plaza de armas.
10am. Plaza llena, asisten delegaciones de otras provincias de Cajamarca, es
una multitud nunca antes congregada en la ciudad de Cajamarca. Los cálculos
más conservadores hablaban de un promedio de 60,000 personas (considerando
que la plaza de armas tiene un área de 22,047 metros cuadrados según informa
la Oficina de Catastro Digital de la Municipalidad Provincial).
Hombres y mujeres exclaman a una sola voz: «Escucha Yanacocha, Cajamarca
se respeta». Suenan las sagradas notas del Himno Nacional y del Himno a
Cajamarca. Podíamos ver lágrimas, alegría, mucha emoción cívica.
Aquí estábamos los «cuatro gatos» de quien se
burlaba yanacocha y su prensa mediocre semanas
atrás, aquí estaban los cajamarquinos que
«no tenían cojones», según el funcionario de
Yanacocha.
Iván Salas Rodríguez
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