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Si atendemos a la propuesta de inventario y cartografía<br />
anteriormente citada se desprende de <strong>el</strong>la<br />
que, la mayor concentración de cavidades se presenta<br />
en las de litologías solubles correspondientes<br />
a afloramientos carbonáticos y eva<strong>por</strong>íticos. Entre<br />
<strong>el</strong>los destacan la Cordillera Cantábrica, Pirenaica,<br />
Bética y Cuencas Terciarias. También, la Sierra de<br />
Tramuntana y las plataformas carbonáticas d<strong>el</strong><br />
Mioce<strong>no</strong> superior de las Islas Baleares. Con me<strong>no</strong>s<br />
presencia <strong>el</strong> Sistema Ibérico y sierras adyacentes, así<br />
como las Cordillera Costero Catalana.<br />
Otra información fundamental es la tipología d<strong>el</strong><br />
tipo de hábitat en cuestión dependiendo de: a) su<br />
región climática; b) composición geoquímica de la<br />
roca encajante; c) su interr<strong>el</strong>ación con seres vivos;<br />
d) la influencia de las actividades humanas.<br />
a) Los ecosistemas endokársticos se pueden clasificar<br />
en varios tipos según la región climática y<br />
geográfica donde se localicen. Por <strong>el</strong>lo, se han<br />
distinguido entre aqu<strong>el</strong>los situados en regiones<br />
tropicales, subtropicales, mediterráneas, de<br />
Gondwana, áridas, semiáridas y de otras regiones<br />
para co<strong>no</strong>cer los mecanismos de formación.<br />
b) También se pueden comparar los ecosistemas<br />
kársticos a partir de la influencia de la composición<br />
geoquímica de las rocas carbonatadas en la<br />
s<strong>el</strong>ección de especies y en la biodiversidad.<br />
c) Los ecosistemas kársticos subterráneos han sido<br />
determinantes y diferentes entre <strong>el</strong>los, en la evolución<br />
de las especies trogloditas y su r<strong>el</strong>ación<br />
con las de la superficie.<br />
d) La r<strong>el</strong>ación existente entre los ecosistemas endokársticos<br />
y las actividades humanas. Por ejemplo,<br />
<strong>el</strong> impacto d<strong>el</strong> ecosistema en la agricultura,<br />
<strong>el</strong> impacto de las actividades humanas (urbanizaciones,<br />
canteras, minería, agricultura y otros).<br />
Es im<strong>por</strong>tante destacar que, aunque las cavidades<br />
habilitadas al <strong>turismo</strong> <strong>no</strong> forman parte d<strong>el</strong> tipo de<br />
hábitat en cuestión, algunas de éstas son ejemplos<br />
singulares que cumplen con todas las características<br />
que se describen en la ficha de <strong>Cuevas</strong> continentales<br />
<strong>no</strong> turísticas y son exc<strong>el</strong>entes ejemplos<br />
d<strong>el</strong> tipo de hábitat en cuestión. En este sentido,<br />
algunas cavidades albergan im<strong>por</strong>tantes colonias<br />
de murciélagos, flora y fauna endémica y formas<br />
de precipitación química y/o de disolución espectaculares.<br />
Destacan las cuevas de El Soplao, en<br />
Cantabria y Castañar de Ibor en Extremadura,<br />
<strong>por</strong> las concreciones aragoníticas; la Cueva de<br />
Nerja <strong>por</strong> las formaciones estalagmíticas y restos<br />
arqueológicos de asentamientos huma<strong>no</strong>s: la Cueva<br />
d<strong>el</strong> Tesoro <strong>por</strong> las formas de disolución en swish<br />
cheese consecuencia d<strong>el</strong> la exposición de la roca en<br />
la zona de mezcla entre aguas dulces y saladas.<br />
Además, la mayor parte de estas cavidades <strong>no</strong> están<br />
completamente abiertas al <strong>turismo</strong> si<strong>no</strong> que la<br />
mayor parte de su recorrido permanece fuera d<strong>el</strong><br />
itinerario d<strong>el</strong> visitante manteniéndose <strong>el</strong> hábitat<br />
inalterado y, <strong>por</strong> tanto, cumpliendo los objetivos<br />
de la ficha. También es im<strong>por</strong>tante destacar<br />
que la monitorización de muchas cuevas turísticas<br />
permite que podamos estudiar las variaciones que<br />
sufre su microclima debido a la presencia de visitantes<br />
u otras alteraciones que puedan afectar a la<br />
roca o <strong>el</strong> agua. Con <strong>el</strong>lo, podemos entender mejor<br />
<strong>el</strong> funcionamiento de las cuevas <strong>no</strong> <strong>explotadas</strong> <strong>por</strong><br />
<strong>el</strong> <strong>turismo</strong>, saber cuál es <strong>el</strong> estado de conservación<br />
desde <strong>el</strong> que se parte y como es evolución respecto<br />
a los parámetros ambientales. El hecho de <strong>no</strong> estar<br />
habilitadas <strong>no</strong> implica que <strong>no</strong> sufran alteración,<br />
natural o antrópica.<br />
En la actualidad, la cueva de Nerja, El Soplao,<br />
Campanet, Valpoerquero, Castañar, Mendukilo,<br />
entre otras, permiten, con la monitorización de una<br />
parte im<strong>por</strong>tante de la cueva, co<strong>no</strong>cer la evolución<br />
anual y estacional de los parámetros ambientales.<br />
Y, fundamentalmente, detectar a<strong>no</strong>malías que alteran<br />
su evolución natural y corregirlas. Con esto,<br />
se pone de manifiesto que gran parte d<strong>el</strong> estas cavidades<br />
deberían incluirse en <strong>el</strong> programa hábitat <strong>por</strong><br />
su a<strong>por</strong>tación e im<strong>por</strong>tancia en éste.<br />
PRESENTACIóN<br />
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