LENGUA CASTELLANA

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376 GRAMÁTICA CASTELLANA posición' de; cuando lo son de un verbo, llevan la preposición que corresponda a la clase de complemento circunstancial a que la oración sea equivalente. Ejemplos: a) De un nombre o adjetivo. — EL TEMOR DE que se hagan usurpaciones sobre el propio interés, es la salvaguardia del ajeno (JOVE- LLANOS, Informe sobre la Ley Agraria), donde la oración de que se hagan es genitivo objetivo complemento de temor. Todo lo cuál confirmó en ellos más LA SOSPECHA DE que aquel que huia era el dueño déla muía [Quijote, i, 23), genitivo objetivo también. Se tuvieron por SEGUROS DE que no los hallarían {Ibid., i, 7)- TEMEROSO DE que no había de ser creído {Ibid., 11, 10). NOTA. Nuestros clásicos omitían con frecuencia la preposición, quedando entonces la oración substantiva como si fuera aposición del nombre a quien sirve de complemento; v. gr.: Hago CUENTA QUE HE HALLADO en él un tesoro {Quijote, I, 6). Me has dado INDICIO | QUE TIENES de bronce, el alma (Ibid., I, 11). No ponerle en CONDICIÓN, como yo le he puesto, QUE 7ne •íETHGA por dtslwnesta (Ibid., I, 34). El segundo remedio es tomar todos estos cuidados y arrojarlos en los brazos de Dios, teniendo entera CONFIANZA QUE ÉL PONDRÁ buen cobro en lo que fiáremos de sus manos (GRANADA, Tratado de la oración y consideración, II, 3, 6). b) De un verbo. — Esta señal nos CONFIRMÓ EN que alguna cristiana debía de estar caidiva en aquella casa {Quijote, I, 40). Viénense a DIFERENCIAR | La gallina y la mujer \ EN QUE ellas saben poner, \ Nosotras sólo quitar (QQEVEDO, Mtisa, 5). CONOCÍLA, respondió don Quijote, EN que trae los mismos vestidos que traía cuatido tú me la mostraste {Quijote, II, 23). Su corazón se azoraba al PENSAR EN QUE la boda pudiera desvanecerse cotno un sueño (VALERA, Dafnisy Cloe, página 160). SIN QUE nadie le viese, una mañana SE ARMÓ DE todas sus armas {Quijote, I, 2). En lo que TOCA A CÓMO has de gobernar {Ibid., II, 43). CON QUE me dijera vuestra merced que su merced de la señora Luscinda era ajicionada a , NO FUERA MENESTER otra exageración para darme a entender {Ibid.,1, 2i\). ' ^ NOTA. Nuestros clásicos empleaban además preposición en casos en que hoy generalmente la suprimimos, convirtiendo en directo el complemento circunstancial; v. gr.: Este padre retor nunca DUDÓ EN QUE era espíritu de Dios (SANTA TERESA, Vida, 33). En esta ocasión, no DUDO | DE euE tendrán jos señores \ Arriba gran colación (LOPE, La Moza de cántaro, III, 10). Ni DUDO DE QvEpiei'da \ El juicio (CALDERÓN, La Dama Duende, II, 3). Pero también la omitían; v. gr.: Y esto dijo, acordándoles que si tuvieran fe, no DUDARAN QUE en el desierto se hallara que comer (QUEVBDO, Política de Dios, I, 7).

PARTE II, CAPÍTULO XXV 377" CAPÍTULO XXV ORACIONES ADVERBIALES 400. La snbordinacién adverbial. — Así como las oraciones adjetivas se refieren a un nombre o pronombre de la oración principal, al que determinan o especifican a la manera del adjetivo, y como las substantivas desempeñan en la oración compuesta los mismos oficios que el nombre en la oración simple, las oracionessubordinadas adverbiales determinan o modifican el verbo de la oración principal como puede hacerlo un adverbio o locución equivalente. Serán, pues, tantas como sean las clases de adverbios. Todas son correlativas, y se relacionan con la oración principal por medio de conjunciones relativas que corresponden a un adverbiodemostrativo expreso o tácito en aquélla, 401. Oraciones adverbiales de Ingar.— Estas oraciones se unen a la principal por el adverbio correlativo donde, y se refieren a un nombre o a un adverbio de lugar que no siempre se expresa. Son un caso particular de las oraciones adjetivas, con las cuales s'e confunden cuando el antecedente a que se refiere el adverbio donde es un nombre substantivo o un pronombre. Si digo: ésta es la casa EN QUE naci, enuncio una oración de relativo; y si substituyo en ella el complemento circunstancial en que por el adverbio donde, y digo: ésta es la casa DONDE nací, enuncio una subordidada adverbial, como ea este ejemplo de SOLÍS, Conquista de Méjico, I, 18: Había en el centro de la villa una gran PLAZA, DONDE los indios hicieron el último esfuerzo{vé2LS& 355, a). a) Cuando el antecedente es un adverbio de lugar, responden estas oraciones, no inmediata, sino mediatamente, a los interrogativos ^'dónde? (o ^en dónde?), ^de dónde?, ^adonde?, ^por dónde?, ^hacia dónde?'y ^hasta dónde?, como se ve en los siguientes ejemplos; AQUÍ (ALLÍ, ALLÁ, etc),fué DONDE nos conocimos; DE AQUÍ (DE ALLÍ, etc.) fué DE DONDE salió; ALLÁ cs ADONDE va; POR AQUÍ (POR AHÍ, etc.) fué POR DONDE J>asó;-ÁLhÁ es HACIA DONDE se dirige. HASTA ALLÍ penetrará, HASTA DONDE penetrare su amor (ÁVILA, Tratado de la Eucaristía, 13). Como se ve, con verbos de movimiento lleva el adverbio

376 GRAMÁTICA <strong>CASTELLANA</strong><br />

posición' de; cuando lo son de un verbo, llevan la preposición que<br />

corresponda a la clase de complemento circunstancial a que la oración<br />

sea equivalente. Ejemplos:<br />

a) De un nombre o adjetivo. — EL TEMOR DE que se hagan usurpaciones<br />

sobre el propio interés, es la salvaguardia del ajeno (JOVE-<br />

LLANOS, Informe sobre la Ley Agraria), donde la oración de que se<br />

hagan es genitivo objetivo complemento de temor. Todo lo cuál confirmó<br />

en ellos más LA SOSPECHA DE que aquel que huia era el dueño<br />

déla muía [Quijote, i, 23), genitivo objetivo también. Se tuvieron<br />

por SEGUROS DE que no los hallarían {Ibid., i, 7)- TEMEROSO DE que<br />

no había de ser creído {Ibid., 11, 10).<br />

NOTA. Nuestros clásicos omitían con frecuencia la preposición, quedando<br />

entonces la oración substantiva como si fuera aposición del nombre<br />

a quien sirve de complemento; v. gr.: Hago CUENTA QUE HE HALLADO<br />

en él un tesoro {Quijote, I, 6). Me has dado INDICIO | QUE TIENES de bronce,<br />

el alma (Ibid., I, 11). No ponerle en CONDICIÓN, como yo le he puesto, QUE 7ne<br />

•íETHGA por dtslwnesta (Ibid., I, 34). El segundo remedio es tomar todos estos<br />

cuidados y arrojarlos en los brazos de Dios, teniendo entera CONFIANZA QUE<br />

ÉL PONDRÁ buen cobro en lo que fiáremos de sus manos (GRANADA, Tratado<br />

de la oración y consideración, II, 3, 6).<br />

b) De un verbo. — Esta señal nos CONFIRMÓ EN que alguna cristiana<br />

debía de estar caidiva en aquella casa {Quijote, I, 40). Viénense<br />

a DIFERENCIAR | La gallina y la mujer \ EN QUE ellas saben poner, \<br />

Nosotras sólo quitar (QQEVEDO, Mtisa, 5). CONOCÍLA, respondió don<br />

Quijote, EN que trae los mismos vestidos que traía cuatido tú me la<br />

mostraste {Quijote, II, 23). Su corazón se azoraba al PENSAR EN QUE<br />

la boda pudiera desvanecerse cotno un sueño (VALERA, Dafnisy Cloe,<br />

página 160). SIN QUE nadie le viese, una mañana SE ARMÓ DE todas<br />

sus armas {Quijote, I, 2). En lo que TOCA A CÓMO has de gobernar<br />

{Ibid., II, 43). CON QUE me dijera vuestra merced que su merced de la<br />

señora Luscinda era ajicionada a , NO FUERA MENESTER otra exageración<br />

para darme a entender {Ibid.,1, 2i\). ' ^<br />

NOTA. Nuestros clásicos empleaban además preposición en casos en<br />

que hoy generalmente la suprimimos, convirtiendo en directo el complemento<br />

circunstancial; v. gr.: Este padre retor nunca DUDÓ EN QUE era<br />

espíritu de Dios (SANTA TERESA, Vida, 33). En esta ocasión, no DUDO | DE<br />

euE tendrán jos señores \ Arriba gran colación (LOPE, La Moza de cántaro,<br />

III, 10). Ni DUDO DE QvEpiei'da \ El juicio (CALDERÓN, La Dama Duende,<br />

II, 3). Pero también la omitían; v. gr.: Y esto dijo, acordándoles que si<br />

tuvieran fe, no DUDARAN QUE en el desierto se hallara que comer (QUEVBDO,<br />

Política de Dios, I, 7).

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