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fenómeno natural (una tormenta, una erupción volcánica), o bien<br />
una casualidad desafortunada, o cualquier otra fuerza semejante, es<br />
decir, que no tenga conciencia ni intención alguna de oponerse al<br />
personaje y simplemente esté allí, en el mundo narrado, como parte<br />
del mismo. Un personaje puede desear escalar una montaña: serán<br />
obstáculos la ladera de la misma, las piedras, el clima, todas las dificultades<br />
del ascenso.<br />
5. Un personaje contra el destino. La palabra “destino” se refería, en<br />
Grecia y Roma antiguas, a la voluntad de los dioses, infinitamente<br />
superiores a los seres humanos, invencibles y caprichosos. Aunque<br />
en nuestra época no creamos necesariamente en lo que se creía entonces,<br />
de todas formas podemos leer (y crear) <strong>historias</strong> en las que<br />
un personaje se enfrenta con una fuerza a la que no puede vencer y<br />
que desea controlarlo. El ejemplo clásico es el de la obra de teatro<br />
Edipo Rey, de Sófocles: el hijo del rey de Tebas nace y se profetiza<br />
que traerá la ruina del reino, que matará a su padre y se casará con<br />
su madre. El rey intenta que estos hechos terribles no sucedan, y sus<br />
acciones causan justamente que ocurran. En todos los otros tipos<br />
de conflicto, el personaje puede perder o puede ganar: aquí siempre<br />
pierde, y el interés está en ver cómo sucede: qué nos dice la derrota<br />
acerca del personaje y de su mundo.<br />
En una historia pueden darse muchos conflictos diferentes a la vez, pero no<br />
todos tienen igual importancia. De hecho, en general sucede que uno solo destaca<br />
por encima de todos los demás. Este conflicto suele estar relacionado con<br />
el arco dramático del protagonista de la historia y suele sugerir el tema de la<br />
misma: su idea central, que tiene relación con todos los hechos que se cuentan<br />
y en especial con su conclusión. Sobre todo en las <strong>historias</strong> que tienden a la<br />
unidad de efecto, este tema central es fácil de hallar. En “Columpios”, por<br />
ejemplo, el conflicto principal es el de la narradora contra sí misma, porque<br />
su miedo se opone a su deseo de conocer la verdad; el tema de esta historia es<br />
ese miedo. Y, a partir de aquí, podemos llegar también a lo que se llama la tesis<br />
El acto de contar<br />
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