Cómo empezar a escribir historias

Cómo empezar a escribir historias Cómo empezar a escribir historias

28.04.2013 Views

Es importante señalar que el texto no dice explícitamente que la narradora sienta miedo, pero nosotros podemos inferirlo fácilmente. Esto se debe a que la estructura del cuento nos ayuda: la revelación de que el marido de la vecina está muerto nos sugiere, en el ambiente de inquietud y de sucesos extraños, que podría tratarse de otro fantasma, también sin decirlo nunca de manera explícita. Y esto, a su vez, cambia nuestra percepción de la vecina, quien está hablando con toda naturalidad... de alguien muerto, y no de alguien vivo, como creíamos. Todo esto es suficiente para incrementar la inquietud y permitirnos comprender lo que siente la narradora. De la misma manera, podemos preguntarnos: ¿de dónde proviene el ambiente de “inquietud y sucesos extraños” del cuento? De hecho, no de la conclusión sino del planteamiento, que ya describe la forma en que los sonidos de los columpios por la tarde se reducen pero no desaparecen ni siquiera en la madrugada, cuando sólo se oye un columpio y se especifican dos características extrañas que la narradora imagina a partir del sonido: que quien se columpia podría tener sueño o pesar poco. La diferencia entre un cuento como la “La camisa mágica” y otro como “Columpios” es justamente que, como hemos visto, los sucesos de la historia se entrelazan más fuertemente y hacen más referencia unos a otros. En “La camisa mágica”, los sucesos ocurren uno después de otro, en el orden en que fueron agregándose a lo largo del tiempo, sin que ninguno anticipe o recuerde necesariamente a los demás. Este orden es una estructura también, por supuesto: una en la que los hechos se van sucediendo de manera inesperada, por lo que nunca se sabe qué va a pasar inmediatamente después del punto en que se está leyendo. Más todavía, podemos comparar el pequeñísimo planteamiento o situación inicial que nos ofrece el cuento ruso (el soldado está de servicio en su regimiento) con su también brevísima conclusión (el soldado obtiene justa venganza y se casa con la adorable cocinera) y podemos decir que la historia tiene un final feliz. El acto de contar 35

Por otra parte, no se puede decir que el cuento tenga un clímax muy claro, porque no todo lo que se dice en la historia desemboca en esa venganza y ese casamiento. La diferencia es, de nuevo, que en la historia contemporánea se le da más peso al efecto unitario de todas las palabras, de los episodios y su relación entre sí. Éste es un ideal relativamente moderno que propuso, entre otros, el escritor estadunidense Edgar Allan Poe: la unidad de efecto que encontramos en muchas narraciones modernas. Hay muchas otras formas de estructurar una historia: algunas son simples y otras intrincadas. Pero en todas está, en el fondo, la misma intención: contar algo y hacerlo de alguna manera que atraiga a posibles lectores. 36 El acto de contar

Es importante señalar que el texto no dice explícitamente que la narradora<br />

sienta miedo, pero nosotros podemos inferirlo fácilmente. Esto se debe a que<br />

la estructura del cuento nos ayuda: la revelación de que el marido de la vecina<br />

está muerto nos sugiere, en el ambiente de inquietud y de sucesos extraños,<br />

que podría tratarse de otro fantasma, también sin decirlo nunca de manera<br />

explícita. Y esto, a su vez, cambia nuestra percepción de la vecina, quien está<br />

hablando con toda naturalidad... de alguien muerto, y no de alguien vivo,<br />

como creíamos. Todo esto es suficiente para incrementar la inquietud y permitirnos<br />

comprender lo que siente la narradora.<br />

De la misma manera, podemos preguntarnos: ¿de dónde proviene el ambiente<br />

de “inquietud y sucesos extraños” del cuento? De hecho, no de la conclusión<br />

sino del planteamiento, que ya describe la forma en que los sonidos de los<br />

columpios por la tarde se reducen pero no desaparecen ni siquiera en la madrugada,<br />

cuando sólo se oye un columpio y se especifican dos características<br />

extrañas que la narradora imagina a partir del sonido: que quien se columpia<br />

podría tener sueño o pesar poco.<br />

La diferencia entre un cuento como la “La camisa mágica” y otro como “Columpios”<br />

es justamente que, como hemos visto, los sucesos de la historia se<br />

entrelazan más fuertemente y hacen más referencia unos a otros. En “La camisa<br />

mágica”, los sucesos ocurren uno después de otro, en el orden en que<br />

fueron agregándose a lo largo del tiempo, sin que ninguno anticipe o recuerde<br />

necesariamente a los demás.<br />

Este orden es una estructura también, por supuesto: una en la que los hechos<br />

se van sucediendo de manera inesperada, por lo que nunca se sabe qué va a<br />

pasar inmediatamente después del punto en que se está leyendo. Más todavía,<br />

podemos comparar el pequeñísimo planteamiento o situación inicial que<br />

nos ofrece el cuento ruso (el soldado está de servicio en su regimiento) con<br />

su también brevísima conclusión (el soldado obtiene justa venganza y se casa<br />

con la adorable cocinera) y podemos decir que la historia tiene un final feliz.<br />

El acto de contar<br />

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