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Cómo empezar a escribir historias

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Aunque la “Historia de Urashima” puede haberse contado durante muchos<br />

siglos, y desde luego proviene de un tiempo muy alejado del de sus lectores<br />

en el siglo xxi, podemos reconocerla claramente como una narración. Podemos<br />

leerla, entenderla sin dificultad, y seguir lo que hace y lo que le sucede<br />

al pescador Urashima: los cambios de él mismo y de cuanto lo rodea.<br />

Hay elementos, características de esta historia, que tienen también las <strong>historias</strong><br />

que contamos ahora: es muy natural considerando que las <strong>historias</strong><br />

que contamos entonces descienden, aunque sea remotamente, de aquellas<br />

otras.<br />

Los más importantes de esos elementos comunes son tres, que en general<br />

podremos encontrar en todas las <strong>historias</strong>:<br />

1. Mundo narrado. Todas las <strong>historias</strong> proponen un escenario en el<br />

que ocurren los hechos que cuentan: este mundo narrado (a veces<br />

llamado también mundo ficcional) que puede estar descrito<br />

en detalle o no, y que puede parecerse a nuestro mundo cotidiano<br />

o puede ser, en cambio, muy distinto. El mundo narrado de una<br />

anécdota de nuestra propia vida es simplemente el mundo: la realidad<br />

que nos rodea. El mundo narrado de Urashima, en cambio,<br />

es el Japón antiguo, y de hecho una versión extraña de lo que debe<br />

haber sido aquel tiempo del pasado: después de todo, allá ocurren<br />

cosas que no podrían haber sucedido en el Japón de la realidad<br />

histórica, desde los animales que hablan hasta el palacio del rey<br />

del mar.<br />

2. Personajes. Todas las <strong>historias</strong> proponen personajes. Un personaje<br />

es, según el escritor checo Milan Kundera, un “ser imaginario”, o<br />

con más precisión (lo dice él también) un “ego imaginario”: una<br />

personalidad inventada, una representación de un carácter humano.<br />

Decirlo así es importante porque una historia puede tener<br />

personajes cuyo aspecto no sea humano; un ejemplo es la tortuga<br />

24 El acto de contar

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