NORMAN - Federació Catalana de Golf

ENTREVISTA GREG NORMAN
FCGOLF 18I19
tenido malas experiencias con algunos
de ellos. De ahí, quizá, su frialdad en
el trato, aunque no deja de atender a
ninguno de los profesionales que han
acudido a su encuentro en PortAventura.
“Es triste leer artículos en los que
se da una imagen de mí que no es
real”. Quizá por eso, su web (www.
shark.com) contiene decenas, centenares
de preguntas con respuesta sobre
su ideario vital y golfístico, sobre sus
negocios, sus aficiones, su país.
No parece afectado por
haber perdido la oportunidad
de convertirse
en el hombre más
veterano que gana
un Grand Slam. Sigue
siéndolo otro
animal golfístico:
Jack Nicklaus, el
Oso Dorado, que
venció en el Masters
de Augusta de 1986
con 46 años. Norman
tuvo el Open Británico en
la mano, pero una floja última
jornada le relevó al tercer puesto. Una
constante en su carrera, en la que ha
podido ganar cinco o seis grandes más
de haber estado más fino en los momentos
cruciales. “Claro que me siento decepcionado
por no haber podido ganar,
pero Harrington es un justo vencedor”,
había explicado tras el torneo con la honestidad
que le caracteriza. Su padre,
que tanto se disgustó cuando le comunicó
que quería dedicarse al golf, le inculcó
que siempre debía decir la verdad,
aunque doliera (“me transmitió el valor
de la ética y la moral, el hacerlo todo lo
mejor posible”). Por eso se le puede preguntar
de todo, aunque le duela...
¿Cómo lleva el hecho de no haber ganado
más grandes? Fue segundo ocho
veces y perdió cuatro desempates…
No crea que me levanto cada mañana
sintiéndome mal porque he estado
a punto de ganar varios torneos del
Grand Slam. ¿Me habría gustado ganarlos?
Sí. Debería haber ganado entre
cinco y siete. Pero soy fuerte, resistente.
Y me siento lleno por lo que el golf
me ha dado. Lo que he logrado en mi
carrera deportiva y en mi vida es mejor
de lo que jamás pude imaginar.
En el último Open británico demostró
que puede ganar otro major.
Nunca he descartado ganar otro. Soy
un joven de 53 años con la experiencia
de un hombre de 53 años. La edad es
solo un número. Si crees que eres viejo,
eres viejo. Si sigo con salud y en forma,
puedo ganar otro grande. Ya he ganado
dos, y no he olvidado cómo lo hice.
Estuvo tan cerca de nuevo…
Me fui decepcionado, pero con la cabeza
alta por haber plantado cara. Seguro
que sorprendí a muchos.
con una disciplina diaria que incluye el
ejercicio dirigido por un entrenador personal
y la dieta. “Cuando estoy en casa
(vive en Florida), corro unos 40 kilómetros
en bici. Si me aburro, voy al gimnasio
a hacer pesas o trabajo cardiovascular
entre una y dos horas. Hacer deporte
me relaja y a menudo me ayuda a tomar
“Siempre he pensado que yo era el mejor, que era especial.
Eso lo proyectaba; mucha gente lo confundía con arrogancia”
Qué menos. Estaba
de luna de miel con
su mujer, la extenista
Chris Evert, con
la que se había
casado en las islas
Bahamas, y se
había tomado el
Open como preparación
cara a los
Abiertos británicos y
estadounidense sénior.
Es cierto, resulta sorprendente
que usted acabara tercero cuando
apenas juega debido a sus negocios.
¿Cómo consigue mantener ese nivel?
Es lo mismo que ir en bicicleta. Aunque
haga años que no te subes a una,
cuando lo haces te sientes un poco extraño
pero enseguida vuelves a tener
las sensaciones de siempre. Lo mismo
me sucede con el golf. Ya cuando me
dedicaba al 100% a este deporte
podía pasar cinco o seis
semanas sin competir, y volvía
y ganaba. Ahora, solo puedo
jugar entre 10 y 12 torneos al
año; es un buen equilibrio entre el
golf y los negocios. Lo difícil es mantener
la motivación.
Y usted la tiene…
Sigo creyendo que puedo competir
y sigo creyendo que puedo ganar.
Siempre intento ser el mejor. Créame,
si no pensara que aún puedo
ganar, no estaría ahí.
Aún impone a sus rivales...
Claro. Cuando voy al tee del
uno, voy a arrancarte el corazón
y devolvértelo en el hoyo
18. Siempre he pensado que yo
era el mejor, que era especial.
Eso lo proyectaba; mucha gente
lo confundía con arrogancia.
Otra de las claves de su éxito
es que se mantiene en un estado
de forma excelente. Y eso tiene que ver
decisiones para mis negocios”, comenta.
Bebe tres litros diarios de agua y no
comete excesos alimentarios. Ni siquiera
toma un refresco; se lo prohibió a sí
mismo en 1991. “Eso no significa que
de vez en cuando me apetezca una cerveza
fría por la noche”, matiza. “Uno
debe cuidar su propio cuerpo porque
no puedes cambiarlo por otro. Y si mantengo
este nivel, podré ser competitivo
hasta los 60”, concluye. Solo padece
problemas de espalda, que le obligan a
En el centro, una
bola firmada por
Norman, con el
año en curso. Junto
a estas líneas, el
buggy con su bolsa
de palos, también
firmada por él.