NORMAN - Federació Catalana de Golf

ENTREVISTA GREG NORMAN
FCGOLF 12I13
ntes de que el Tigre impusiera su
ley a zarpazos en los greens y
arrasara con todo lo que encontraba
a su paso, hubo otra
bestia indomable que provocaba pánico
entre sus rivales. Era un tiburón, un gran
tiburón blanco que llegó a ser el mejor
durante seis años y medio en diferentes
etapas. Sus dentelladas con el driver, los
hierros y el putter provocaban admiración
entre los aficionados y pánico entre
los rivales. Ese animal que tanto miedo
daba sobre el verde responde al nombre
de Greg Norman, y aún hoy mantiene el
instinto asesino que le hizo célebre y le
reportó, entre muchos otros títulos, dos
Open británicos (1986 y 1993) durante
su carrera. Precisamente en la última
edición de este torneo, disputada en julio,
estuvo cerca de lograr la victoria. Pero
el irlandés Padraig Harrington le arrebató,
en la última jornada, la ocasión
de hacer historia, y acabó tercero. De
haber triunfado, el australiano se habría
EL GRAN TIBURÓN BLANCO, QUE FUE TERCERO EN EL ÚLTIMO OPEN
BRITÁNICO A LOS 53 AÑOS, ASEGURA QUE NO SE RETIRARÁ “JAMÁS”.
convertido en el golfista más veterano
en ganar un Grand Slam. Tiene 53 años.
¿53 años? Sí, lo dice su partida de nacimiento.
No su aspecto jovial y potente,
su estampa impecable, su silueta
fornida; su imagen todavía intimidante,
en fin. FCGOLF tuvo la oportunidad de
charlar unos minutos con él y certificar
que el Tiburón, el Gran Tiburón Blanco,
mantiene los colmillos afilados. Su
mirada azul sigue siendo tan gélida y
penetrante que hace sentir frío (¿cómo
se deberían de sentir los rivales en el tee
del 1 cuando le saludaban y se deseaban
suerte?) Pero Norman solo muerde
en el campo; su trato es cordial, aunque
distante. Este periodista le entrega cuatro
ejemplares de diferentes ediciones
de la revista. Tras echarles un rápido vistazo,
el australiano lanza un “Oh, gracias,
gracias, lo agradezco mucho”, y le
extiende la mano para estrechársela con
firmeza. Y dibuja una sonrisa de compromiso
sin dejar de mirar a los ojos.
“Un futbolista, un tenista sí se retiran, pero un golfista sigue
porque siempre tiene la capacidad de jugar. No creo que llegue
el día en que cuelgue los palos y diga que nunca más los tocaré”
“Amo el golf
más que ninguna
otra cosa”
GREG NORMAN
Texto FERRAN IMEDIO Fotos JUAN LAFITA (www.juanlafita.com)
EL REY QUE PRECEDIÓ
A TIGER WOODS
Greg Norman (Queensland, Australia;
10-2-1955) se enganchó al golf
cuando hizo de caddy de su madre
en un torneo. Tenía 15 años y ya no
hubo vuelta atrás. Cada día, al salir
del colegio, iba a tirar bolas. Dos
años después, aquel joven que destacaba
como jugador de rubgy tenía
hándicap 0. Su primer triunfo, el que
recuerda con más cariño, llegó en el
West Lake Classic de Adelaida (1976);
era su tercera participación en un torneo.
“Gané 7.000 dólares y me sentí
el hombre más rico del mundo”, recuerda.
Fue un aperitivo porque luego
llegaron dos Open británicos (1986
y 1993) y otras 88 victorias. El Gran
Tiburón Blanco (apodado así por su
afición por la pesca y su aspecto fiero)
se convirtió en el primer jugador
en superar los 10 millones de dólares
en ganancias. También se ha hecho
millonario con sus negocios de vino,
ropa y diseño de campos, entre los
que está el RCG El Prat, que inauguró
en el 2004. Fue número 1 durante
331 semanas hasta que llegó otra fiera
para ocupar su trono: Tiger Woods.