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Revista del Col·legi Cardenal Spínola Abat Oliba

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Opinión<br />

El nihilismo<br />

y la Esperanza<br />

Ya lo avisaba el Papa Benedicto<br />

XVI hace tres años: “el nihilismo<br />

contemporáneo que corroe la<br />

esperanza en el corazón <strong>del</strong><br />

hombre le induce a pensar<br />

que dentro de él y alrededor<br />

de él reina la nada, nada antes<br />

de nacer, y nada antes de la<br />

muerte”.<br />

Pero, ¿qué es exactamente<br />

el nihilismo? Se puede definir<br />

como la postura filosófica<br />

que rechaza todo aquello<br />

que no se puede demostrar<br />

razonablemente. Ese nihilismo<br />

niega todos los principios,<br />

a u t o r i d a d e s y c u a l q u i e r<br />

dogma; además, defiende<br />

que el hombre no tiene ningún<br />

significado o verdad superior<br />

las que aferrarse, y que por lo<br />

tanto no se debe a ello.<br />

8<br />

Lo contrario <strong>del</strong> nihilismo es la<br />

esperanza. Hay muchos autores<br />

que dicen que lo que le falta a<br />

la sociedad no es otra cosa que<br />

esperanza, porque sin ella la<br />

vida decae. La esperanza es el<br />

deseo de lograr un bien futuro<br />

que es difícil de obtener. Su<br />

objeto primario es la posesión<br />

de Dios y su fundamento es la<br />

omnipotencia de Dios. Por la<br />

esperanza deseamos la vida<br />

eterna y habar de eternidad es<br />

hablar de Dios. Si no tenemos<br />

metas o deseos, esperanza al<br />

fin y al cabo para que pase algo<br />

en concreto, ¿a dónde vamos?<br />

El hombre no es capaz de<br />

moverse sin esperanza.<br />

Afirmaba el Sumo Pontífice que<br />

la corrosión de la esperanza<br />

por ese nihilismo hace que el<br />

hombre piense que antes <strong>del</strong><br />

nacimiento y de la muerte no hay<br />

nada. La vida al margen de Dios<br />

es inconcebible y la verdadera<br />

esperanza está anclada en<br />

Cristo. El ser humano es fruto de<br />

la voluntad de Dios y como ser<br />

racional que es tiene esperanza,<br />

pero también tiene la libertad<br />

de decidir si no quiere esa<br />

esperanza eliminando a Dios<br />

de su vida. Desde siempre tener<br />

esperanza es creer en Dios.<br />

Desgraciadamente vivimos en<br />

una sociedad pagana donde<br />

los valores más esenciales<br />

de derecho y defensa de la<br />

vida y <strong>del</strong> respeto y el amor a<br />

las personas escasean. Los<br />

jóvenes de hoy están invadidos<br />

por un nihilismo que se ha<br />

ido instalando poco a poco<br />

entre nosotros. Es necesario<br />

llevar a cabo iniciativas serias<br />

para permitir a los jóvenes que<br />

comprendan el valor de la vida<br />

en una familia basada en el<br />

matrimonio.<br />

Nuestra sociedad avanza gracias<br />

a esa confianza que Dios tiene<br />

depositada en el hombre. No<br />

somos quiénes para proponer<br />

una solución a un tema de tanta<br />

trascendencia y dificultad, pero<br />

lo que sí podemos hacer es<br />

confiar en nosotros mismos y<br />

en el resto de la humanidad, ser<br />

alegres y vivir cada día como<br />

verdaderos cristianos. Donde<br />

haya nihilismo es necesario<br />

poner esperanza. Como diría<br />

Benedicto XVI, "la verdadera y<br />

segura esperanza está fundada<br />

en la fe en Dios Amor, Padre<br />

Misericordioso".<br />

Paco Bravo<br />

Alexander Rakitín

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