Revista del Col·legi Cardenal Spínola Abat Oliba
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La Portada<br />
¿QUÉ HARÍAMOS<br />
SIN LOS ABUELOS?<br />
La realidad de las familias cada<br />
vez es más compleja, ambos<br />
padres trabajan largas jornadas<br />
fuera <strong>del</strong> hogar, horarios<br />
escolares amplios con multitud<br />
de actividades extraescolares<br />
para los niños, vecinos a los<br />
que apenas saludamos, familias<br />
rotas…<br />
Nuestros hijos, nuestros<br />
alumnos se encuentran muchas<br />
veces solos, a menudo las<br />
familias no saben qué hacer<br />
cuando el niño tiene fiebre,<br />
cómo recogerle <strong>del</strong> colegio y<br />
lo que es más grave ¿quién<br />
2<br />
escucha al niño, quién le<br />
transmite la fe, la cultura, las<br />
tradiciones familiares?<br />
En esta compleja situación<br />
aparecen los abuelos. El abuelo<br />
puede regalar a sus nietos<br />
el don más precioso: tiempo<br />
y dedicación. Los abuelos<br />
siempre están ahí, son pacientes,<br />
c a r i ñ o s o s , s a c r i f i c a d o s ,<br />
están cuando se les necesita<br />
y se retiran discretamente<br />
cuando “sobran”. No quieren<br />
ser protagonistas, dejan el<br />
protagonismo a los nietos,<br />
escuchando sus mil y una<br />
aventuras e historietas. A veces<br />
son cómplices de las pequeñas<br />
travesuras y caprichos de los<br />
pequeños, otras veces son los<br />
confidentes de los problemas,<br />
no tan pequeños, de los nietos<br />
ya adolescentes.<br />
En no pocas ocasiones sufren la<br />
incomprensión de nosotros, sus<br />
hijos, porque nos parece que<br />
han sido muy condescendientes<br />
con los nietos, porque nos los<br />
“malcrían”, raramente les damos<br />
las gracias por su disponibilidad<br />
y entrega, simplemente nos<br />
acordamos de ellos cuando<br />
hacen falta y punto. Usamos su<br />
casa como si siguiera siendo la<br />
nuestra aunque ellos no usen la<br />
nuestra como si fuera la suya.<br />
Son así de discretos, generosos,<br />
disponibles, abnegados, son los<br />
abuelos.<br />
El nieto encuentra en el abuelo<br />
a la persona que me quiere<br />
como soy, que no me juzga,<br />
que está siempre disponible,<br />
que me aconseja suavemente,<br />
que me da algún capricho, que<br />
me escucha y a la que escucho<br />
atentamente sus magníficas<br />
historias que reflejan una vida<br />
cargada de “aventuras”. Y cada<br />
vez más el nieto recibe de los<br />
abuelos la transmisión de la Fe<br />
que quizás no vea tan viva en<br />
sus padres.<br />
¿Qué haríamos sin los abuelos?