Libro Sentencia Fujimori b - Biblioteca Virtual del Genocidio Ayacucho
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Extradición, juicio y condena de Alberto <strong>Fujimori</strong><br />
«El veinte de diciembre de mil novecientos noventa y uno y el uno de enero de mil<br />
novecientos noventa y dos, el presidente de la República nombró al general EP Hermoza<br />
Ríos comandante general <strong>del</strong> Ejército y presidente <strong>del</strong> CCFFAA, respectivamente.<br />
«Lo expuesto no hace sino confirmar que Vladimiro Montesinos Torres llegó a convertirse<br />
en una persona de absoluta confianza de Alberto <strong>Fujimori</strong> <strong>Fujimori</strong>, a quien daba cuenta<br />
de sus actividades, sin reconocer a un superior distinto que el presidente de la República<br />
[…] —aunque en el primer momento de su presentación ante el candidato no fue así<br />
[…]—. Esa posición de confianza se expresó, en un primer momento, cuando el propio<br />
acusado lo quiso nombrar jefe <strong>del</strong> SIN, pero que ante la observación <strong>del</strong> presidente <strong>del</strong><br />
Consejo <strong>del</strong> Ministros, ingeniero Hurtado Miller, y su sugerencia de ocupar el puesto de<br />
subjefe <strong>del</strong> SIN o asesor <strong>del</strong> SIN […] optó finalmente por este último cargo, lo que desde<br />
luego lo colocaba, administrativa y políticamente, en una posición menos vulnerable y<br />
consagraba la opacidad de su intervención en los asuntos públicos […].<br />
«Cabe destacar que en una primera etapa el cargo de asesor de la Alta Dirección <strong>del</strong> SIN<br />
por parte de Montesinos Torres —entre mil novecientos noventa y mil novecientos<br />
noventa y uno— fue absolutamente informal —no se expidió resolución administrativa<br />
alguna ni memorando de adscripción—; luego, siempre como reacción frente a los<br />
cuestionamientos públicos, fue nombrado mediante simple Resolución Jefatural asesor<br />
ad honorem […]; y finalmente se le nombró formalmente en ese cargo a través de una<br />
Resolución Suprema866, según explicó en el plenario el general EP Salazar Monroe»<br />
(Fundamentos 628, 629, 630 y 631 de la sentencia).<br />
El poder efectivo de <strong>Fujimori</strong>: «[…] El poder efectivo, el grado de injerencia en el quehacer<br />
castrense, que ostentaban el ex presidente <strong>Fujimori</strong> <strong>Fujimori</strong> y su asesor Montesinos<br />
Torres era evidente, no sólo por la cooptación de oficiales claves en los órganos de<br />
dirección de las FFAA, sino por el control absoluto, más rígido y centralizado, que se<br />
desarrolló después <strong>del</strong> golpe de Estado. Es así que el acusado <strong>Fujimori</strong> <strong>Fujimori</strong> afirmaba<br />
con seguridad que era el jefe supremo de las FFAA, y ejercía con plena autoridad y decisión<br />
ese cargo dictando disposiciones diversas que abarcaban todos los planos de la actividad<br />
castrense.<br />
«El imputado, por consiguiente, ejercía no sólo las potestades político militares que le<br />
concede la Constitución, sino también las atribuciones efectivas derivadas <strong>del</strong> mo<strong>del</strong>o<br />
de cooptación, que se residenciaron no sólo en los planos político estratégico sino también<br />
táctico militar.<br />
«El poder militar de mando que ostentaba el acusado <strong>Fujimori</strong> <strong>Fujimori</strong> como jefe<br />
supremo de las Fuerzas Armadas, de los órganos integrantes <strong>del</strong> Sistema de Defensa<br />
Nacional, especialmente <strong>del</strong> Consejo de Defensa Nacional y sus miembros, como las<br />
FFAA, la PNP y el SIN, fue directa y de primer orden […].<br />
«Los lazos especialmente intensos entre el acusado como presidente de la República y<br />
Montesinos Torres como jefe de facto <strong>del</strong> SIN —la necesaria dación en cuenta de lo que<br />
se hacía—, y la amplitud de tareas que asumió, controlando las FFAA, el SINA y las políticas<br />
de seguridad pública y antisubversiva, permiten advertir no sólo un ineludible