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Historia de los Patriarcas y Profetas (2008) - Ellen G. White Writings

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720 <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>Patriarcas</strong> y <strong>Profetas</strong><br />

que se hiciera el pacto con Israel. No eran el<strong>los</strong> un convenio hecho,<br />

sino algo que Dios les mandaba que cumplieran. Así el Decálogo es<br />

<strong>de</strong>cir, el pacto <strong>de</strong> Dios, llegó a ser el fundamento <strong>de</strong> la alianza hecha<br />

entre él e Israel. Los diez mandamientos son, en sus <strong>de</strong>talles, “todas<br />

estas cosas”, respecto a las cuales se hizo el pacto. Véase Éxodo<br />

24:8.<br />

Nota 9. Pág. 323. Cuando se ofrecía un sacrificio expiatorio para un<br />

sacerdote o para toda la congregación, se llevaba la sangre al lugar<br />

santo, y era <strong>de</strong>rramada ante la cortina y puesta sobre <strong>los</strong> cuernos <strong>de</strong>l<br />

altar <strong>de</strong> oro. El sebo era consumido sobre el altar <strong>de</strong> holocaustos que<br />

estaba en el atrio, pero el cuerpo <strong>de</strong> la víctima era quemado fuera<br />

<strong>de</strong>l campamento. Véase Levítico 4:1-21.<br />

Sin embargo, si el sacrificio era para un príncipe o para un miembro<br />

<strong>de</strong>l pueblo, no se llevaba la sangre al lugar santo, sino que la carne era<br />

comida por el sacerdote, tal como el Señor le or<strong>de</strong>nó a Moisés: “El<br />

sacerdote que la ofreciere por expiación, la comerá: en el lugar santo<br />

será comida, en el atrio <strong>de</strong>l tabernáculo <strong>de</strong>l testimonio”. Levítico<br />

6:26; véase también Levítico 4:22-35.<br />

Nota 10. Pág. 337. Que el que pronunció las palabras <strong>de</strong> la ley y<br />

llamó a Moisés al monte para hablarle era el Señor Jesucristo, es<br />

algo que se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> las siguientes consi<strong>de</strong>raciones:<br />

Fue por medio <strong>de</strong> Cristo cómo Dios se reveló al hombre en todos<br />

<strong>los</strong> tiempos. “Nosotros, sin embargo, solo hay un Dios, el Padre,<br />

<strong>de</strong>l cual proce<strong>de</strong>n todas las cosas y para quien nosotros existimos”. 1<br />

Corintios 8:6. “Este es aquel Moisés que estuvo en la congregación<br />

en el <strong>de</strong>sierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con<br />

nuestros padres, y que recibió palabras <strong>de</strong> vida para darnos”. Hechos<br />

7:38. Este ángel era “el ángel <strong>de</strong> su faz” (Isaías 63:9), el ángel en<br />

quien estaba el nombre <strong>de</strong> Jehová. Éxodo 23:20-23. La expresión<br />

no pue<strong>de</strong> referirse a otro más que al Hijo <strong>de</strong> Dios.<br />

A<strong>de</strong>más, a Cristo se le llama el Verbo o Palabra <strong>de</strong> Dios. Juan 1:1-<br />

3. Es llamado así porque en todas las eda<strong>de</strong>s Dios comunicó sus<br />

revelaciones al hombre por medio <strong>de</strong> él. Fue su Espíritu el que<br />

inspiró a <strong>los</strong> profetas. 1 Pedro 1:10, 11. Les fue revelado como<br />

el Ángel <strong>de</strong> Jehová, el príncipe <strong>de</strong>l ejército <strong>de</strong>l Señor, Miguel el<br />

arcángel.

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