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Historia de los Patriarcas y Profetas (2008) - Ellen G. White Writings

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Capítulo 57—El arca tomada por <strong>los</strong> filisteos<br />

Este capítulo está basado en 1 Samuel 3 a 7.<br />

Otra advertencia <strong>de</strong>bía ser dada a la casa <strong>de</strong> Elí. Dios no podía<br />

comunicarse con el sumo sacerdote ni con sus hijos; sus pecados,<br />

como <strong>de</strong>nsa nube, excluían la presencia <strong>de</strong>l Espíritu Santo. Pero<br />

en medio <strong>de</strong> la impiedad el niño Samuel permanecía fiel al cielo, y<br />

fue comisionado, como profeta <strong>de</strong>l Altísimo, para dar el mensaje <strong>de</strong><br />

con<strong>de</strong>nación a la casa <strong>de</strong> Elí.<br />

“En aquel<strong>los</strong> días escaseaba la palabra <strong>de</strong> Jehová y no eran<br />

frecuentes las visiones. Un día estaba Elí acostado en su aposento,<br />

cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse <strong>de</strong> modo que no podía<br />

ver. Samuel estaba durmiendo en el templo <strong>de</strong> Jehová, don<strong>de</strong> se<br />

encontraba el Arca <strong>de</strong> Dios; y antes que la lámpara <strong>de</strong> Dios fuera<br />

apagada, Jehová llamó a Samuel”. Véase 1 Samuel 3-7.<br />

Creyendo que la voz era <strong>de</strong> Elí, el niño se apresuró a ir al lado<br />

<strong>de</strong> la cama <strong>de</strong>l sacerdote, diciéndole: “Heme aquí; ¿para qué me<br />

llamaste?” La contestación que recibió fue: “Yo no he llamado;<br />

vuelve y acuéstate”. Tres veces fue llamado Samuel, y tres veces<br />

contestó <strong>de</strong> la misma manera. Y entonces Elí se convenció <strong>de</strong> que<br />

la voz misteriosa era la <strong>de</strong> Dios. El Señor había pasado por alto a<br />

su siervo elegido, el anciano canoso, para comunicarse con un niño.<br />

Esto era <strong>de</strong> por sí un reproche amargo, pero bien merecido para Elí<br />

y su casa.<br />

Ningún sentimiento <strong>de</strong> envidia o ce<strong>los</strong> se <strong>de</strong>spertó en el corazón<br />

<strong>de</strong> Elí. Le aconsejó a Samuel que contestara, si se lo llamaba nuevamente:<br />

“Habla, Jehová, que tu siervo oye”. Una vez más se oyó<br />

la voz, y el niño contestó: “Habla, que tu siervo oye”. Estaba tan<br />

asustado al pensar que el gran Dios le hablaba, que no pudo recordar<br />

exactamente las palabras que Elí le había mandado <strong>de</strong>cir.<br />

“Dijo Jehová a Samuel: “Yo haré una cosa en Israel que a quien<br />

la oiga le zumbarán ambos oídos. Aquel día yo cumpliré contra Elí<br />

todas las cosas que he dicho sobre su casa, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio hasta<br />

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