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Historia de los Patriarcas y Profetas (2008) - Ellen G. White Writings

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374 <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>Patriarcas</strong> y <strong>Profetas</strong><br />

temente encen<strong>de</strong>r fuego el séptimo día durante la permanencia en<br />

el <strong>de</strong>sierto. La prohibición no había <strong>de</strong> exten<strong>de</strong>rse a la tierra <strong>de</strong><br />

Canaán, don<strong>de</strong> la severidad <strong>de</strong>l clima haría a menudo necesario que<br />

se encendiera fuego; pero este no se necesitaba en el <strong>de</strong>sierto para<br />

calentarse. El acto llevado a cabo por este hombre era una violación<br />

voluntaria y <strong>de</strong>liberada <strong>de</strong>l cuarto mandamiento. Era un pecado, no<br />

<strong>de</strong> negligencia, sino <strong>de</strong> presunción.<br />

Se le sorprendió mientras lo cometía, y se le llevó ante Moisés.<br />

Ya se había <strong>de</strong>clarado que la violación <strong>de</strong>l sábado sería castigada<br />

<strong>de</strong> muerte; pero aun no se había revelado cómo <strong>de</strong>bía ejecutarse la<br />

pena. Moisés presentó el caso al Señor, y se le dio la or<strong>de</strong>n: “Irremisiblemente<br />

ese hombre <strong>de</strong>be morir; apedréelo toda la congregación<br />

fuera <strong>de</strong>l campamento”. Números 15:35. Los pecados <strong>de</strong> blasfemia<br />

y violación voluntaria <strong>de</strong>l sábado recibieron el mismo castigo, pues<br />

eran ambos una expresión <strong>de</strong> menosprecio por la autoridad <strong>de</strong> Dios.<br />

En nuestros días, muchos rechazan el sábado <strong>de</strong> la creación como<br />

si fuera una institución judaica, y alegan que si se lo ha <strong>de</strong> guardar<br />

<strong>de</strong>be aplicarse la pena capital por su violación; pero vemos que<br />

la blasfemia recibió el mismo castigo que la violación <strong>de</strong>l sábado.<br />

¿Hemos <strong>de</strong> concluir, por lo tanto, que el tercer mandamiento también<br />

se ha <strong>de</strong> poner a un lado como algo que se aplica solamente a <strong>los</strong><br />

judíos? Sin embargo, el argumento que se basa en la pena <strong>de</strong> muerte<br />

es tan aplicable al tercer mandamiento, al quinto, o a casi todos <strong>los</strong><br />

Diez Mandamientos, como al cuarto. Aunque Dios no castigue la<br />

transgresión <strong>de</strong> su ley con penas temporales, su Palabra <strong>de</strong>clara que<br />

la paga <strong>de</strong>l pecado es la muerte; y en la ejecución final <strong>de</strong>l juicio<br />

se <strong>de</strong>scubrirá que la muerte es el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> <strong>los</strong> transgresores <strong>de</strong> su<br />

santa ley.<br />

Durante <strong>los</strong> cuarenta años que <strong>los</strong> israelitas permanecieron en el<br />

<strong>de</strong>sierto, el milagro <strong>de</strong>l maná les recordó cada semana la obligación<br />

sagrada <strong>de</strong>l sábado. Sin embargo, ni aun esto <strong>los</strong> indujo a obe<strong>de</strong>cer.<br />

Aunque no se atrevían a cometer transgresiones tan osadas como la<br />

que recibiera tan gran<strong>de</strong> castigo, eran sin embargo muy negligentes<br />

en la observancia <strong>de</strong>l cuarto mandamiento. Dios <strong>de</strong>clara por medio<br />

<strong>de</strong> su profeta: “Mis sábados profanaron en gran manera”. Véase<br />

Ezequiel 20:13-24. Y esto se enumeró entre <strong>los</strong> motivos por <strong>los</strong><br />

cuales se excluyó a la primera generación <strong>de</strong> la tierra prometida.<br />

Pero sus hijos no aprendieron la lección. Tal fue su negligencia <strong>de</strong>l

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