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Historia de los Patriarcas y Profetas (2008) - Ellen G. White Writings

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El tabernáculo y sus servicios 311<br />

vá llenó el tabernáculo”. Éxodo 40:34. Hubo una revelación <strong>de</strong> la<br />

majestad divina, y por un momento ni siquiera Moisés pudo entrar.<br />

Con profunda emoción, el pueblo vio la señal <strong>de</strong> que la obra <strong>de</strong> sus<br />

manos era aceptada. No hubo <strong>de</strong>mostraciones <strong>de</strong> regocijo en alta<br />

voz. Una solemne reverencia se apo<strong>de</strong>ró <strong>de</strong> todos. Pero la alegría <strong>de</strong><br />

sus corazones se manifestó en lágrimas <strong>de</strong> felicidad, y susurraron<br />

fervientes palabras <strong>de</strong> gratitud porque Dios había con<strong>de</strong>scendido a<br />

morar con el<strong>los</strong>.<br />

Por instrucción divina se apartó a la tribu <strong>de</strong> Leví para el servicio<br />

<strong>de</strong>l santuario. En tiempos anteriores, cada hombre era sacerdote <strong>de</strong><br />

su propia casa. En <strong>los</strong> días <strong>de</strong> Abraham, por <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> nacimiento,<br />

el sacerdocio recaía sobre el hijo mayor. Ahora, en lugar <strong>de</strong>l primogénito<br />

<strong>de</strong> todo Israel, el Señor escogió a la tribu <strong>de</strong> Leví para<br />

trabajar en el santuario. Mediante este gran honor, Dios manifestó su<br />

aprobación por la fi<strong>de</strong>lidad <strong>de</strong> <strong>los</strong> levitas, tanto por haberse adherido<br />

a su servicio como por haber ejecutado sus juicios cuando Israel<br />

apostató al rendir culto al becerro <strong>de</strong> oro. El sacerdocio, no obstante,<br />

se restringió a la familia <strong>de</strong> Aarón. Aarón y sus hijos fueron <strong>los</strong><br />

únicos a quienes se les permitió ministrar ante el Señor; al resto <strong>de</strong><br />

la tribu se le encargó el cuidado <strong>de</strong>l tabernáculo y su mobiliario;<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>bían ayudar a <strong>los</strong> sacerdotes en su ministerio, pero no<br />

podían ofrecer sacrificios, ni quemar incienso, ni mirar <strong>los</strong> santos<br />

objetos hasta que estuvieran cubiertos.<br />

Se <strong>de</strong>signó para <strong>los</strong> sacerdotes un traje especial, que concordaba<br />

con su oficio. “Harás vestiduras sagradas a Aarón tu hermano, para<br />

honra y hermosura” (Éxodo 28:2), fue la instrucción divina que se<br />

le dio a Moisés. Las vestiduras <strong>de</strong>l sacerdote común eran <strong>de</strong> lino<br />

blanco tejidas <strong>de</strong> una sola pieza. Se extendía casi hasta <strong>los</strong> pies,<br />

y se ceñían en la cintura con una faja <strong>de</strong> lino blanco bordada <strong>de</strong><br />

azul, púrpura y rojo. Un turbante <strong>de</strong> lino, o mitra, completaba su<br />

vestidura exterior. Ante la zarza ardiente se le or<strong>de</strong>nó a Moisés que<br />

se quitara las sandalias, porque la tierra en que estaba era santa.<br />

Tampoco <strong>los</strong> sacerdotes <strong>de</strong>bían entrar en el santuario con el calzado<br />

puesto. Las partículas <strong>de</strong> polvo pegadas a él habrían profanado el<br />

santo lugar. Debían <strong>de</strong>jar <strong>los</strong> zapatos en el atrio antes <strong>de</strong> entrar en<br />

el santuario, y también tenían que lavarse tanto las manos como <strong>los</strong><br />

pies antes <strong>de</strong> servir en el tabernáculo o en el altar <strong>de</strong>l holocausto. En<br />

esa forma se enseñaba constantemente que <strong>los</strong> que quieran acercarse [319]

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