27.04.2013 Views

Historia de los Patriarcas y Profetas (2008) - Ellen G. White Writings

Historia de los Patriarcas y Profetas (2008) - Ellen G. White Writings

Historia de los Patriarcas y Profetas (2008) - Ellen G. White Writings

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

La idolatría en el Sinaí 291<br />

puso en la hendidura <strong>de</strong> una roca, mientras la gloria <strong>de</strong> Dios y toda<br />

su bondad pasaban <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> él.<br />

Esta experiencia, y sobre todo la promesa <strong>de</strong> que la divina presencia<br />

lo ayudaría, fueron para Moisés una garantía <strong>de</strong> éxito para la<br />

obra que tenía <strong>de</strong>lante, y la consi<strong>de</strong>ró como <strong>de</strong> mucho más valor que<br />

toda la sabiduría <strong>de</strong> Egipto, o que todas sus proezas como estadista<br />

o jefe militar. No hay po<strong>de</strong>r terrenal, ni habilidad ni ilustración que<br />

pueda sustituir la presencia permanente <strong>de</strong> Dios.<br />

Para el transgresor es terrible caer en las manos <strong>de</strong>l Dios viviente;<br />

pero Moisés estuvo solo en la presencia <strong>de</strong>l Eterno y no temió,<br />

porque su alma estaba en armonía con la voluntad <strong>de</strong> su Creador. El<br />

salmista dice: “Si en mi corazón hubiera yo mirado a la maldad, el [299]<br />

Señor no me habría escuchado”. En cambio “la comunicón íntima<br />

<strong>de</strong> Jehová es con <strong>los</strong> que le temen, y a el<strong>los</strong> hará conocer su pacto”.<br />

Salmos 66:18; 25:14.<br />

La Deidad se proclamó a sí misma: “¡Jehová! ¡Jehová! Dios<br />

fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira y gran<strong>de</strong> en misericordia<br />

y verdad, que guarda misericordia a millares, que perdona la<br />

iniquidad, la rebelión y el pecado, pero que <strong>de</strong> ningún modo tendrá<br />

por inocente al malvado”.<br />

“Apresurándose, bajó la cabeza hasta el suelo y adoró”. De nuevo<br />

imploró a Dios que perdonara la iniquidad <strong>de</strong> su pueblo, y que lo<br />

recibiera como su heredad. Su oración fue contestada. El Señor<br />

prometió benignamente renovar su favor hacia Israel, y hacer por él<br />

“maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación<br />

alguna”.<br />

Cuarenta días con sus noches permaneció Moisés en el monte, y<br />

todo este tiempo, como la primera vez, fue milagrosamente sustentado.<br />

No se permitió a nadie subir con él, ni durante el tiempo <strong>de</strong> su<br />

ausencia nadie <strong>de</strong>bía acercarse al monte. Siguiendo la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Dios,<br />

había preparado dos tablas <strong>de</strong> piedra y las había llevado consigo<br />

a la cúspi<strong>de</strong> <strong>de</strong>l monte; y el Señor otra vez “escribió en tablas las<br />

palabras <strong>de</strong>l pacto, <strong>los</strong> Diez Mandamientos” (véase el Apéndice,<br />

nota 8).<br />

Durante el largo tiempo que Moisés pasó en comunión con Dios,<br />

su rostro había reflejado la gloria <strong>de</strong> la presencia divina. Sin que<br />

él lo notara, cuando <strong>de</strong>scendió <strong>de</strong>l monte, su rostro resplan<strong>de</strong>cía<br />

con una luz <strong>de</strong>slumbrante. Ese mismo fulgor iluminó el rostro <strong>de</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!