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Historia de los Patriarcas y Profetas (2008) - Ellen G. White Writings

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La <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> Sodoma 137<br />

las ciuda<strong>de</strong>s y la fértil llanura. Sus palacios y temp<strong>los</strong>, las costosas<br />

moradas, <strong>los</strong> jardines y viñedos, la muchedumbre amante <strong>de</strong>l placer, [142]<br />

que la noche anterior había injuriado a <strong>los</strong> mensajeros <strong>de</strong>l cielo, todo<br />

fue consumido. El humo <strong>de</strong> la conflagración ascendió al cielo como<br />

si fuera el humo <strong>de</strong> un gran horno. Y el hermoso valle <strong>de</strong> Sidim se<br />

convirtió en un <strong>de</strong>sierto, un sitio que jamás había <strong>de</strong> ser reconstruido<br />

ni habitado, como testimonio para todas las generaciones <strong>de</strong> la<br />

seguridad con que el juicio <strong>de</strong> Dios castiga el pecado.<br />

Las llamas que consumieron las ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la llanura transmiten<br />

hasta nuestros días la luz <strong>de</strong> su advertencia. Se nos enseña la temible<br />

y solemne lección <strong>de</strong> que mientras la misericordia <strong>de</strong> Dios tiene<br />

mucha paciencia con el transgresor, hay un límite más allá <strong>de</strong>l cual<br />

<strong>los</strong> hombres no pue<strong>de</strong>n seguir en sus pecados. Cuando se llega a ese<br />

límite, se retira el ofrecimiento <strong>de</strong> la gracia y comienza la ejecución<br />

<strong>de</strong>l juicio.<br />

El Re<strong>de</strong>ntor <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong>clara que hay pecados mayores que<br />

aquel<strong>los</strong> por <strong>los</strong> cuales fueron <strong>de</strong>struidas Sodoma y Gomorra. Los<br />

que oyen la invitación <strong>de</strong>l evangelio que llama a <strong>los</strong> pecadores al<br />

arrepentimiento, y no hacen caso <strong>de</strong> ella, son más culpables ante<br />

Dios que <strong>los</strong> habitantes <strong>de</strong>l valle <strong>de</strong> Sidim. Mayor aun es el pecado<br />

<strong>de</strong> <strong>los</strong> que aseveran conocer a Dios y guardar sus mandamientos, y<br />

sin embargo, niegan a Cristo en su carácter y en su vida diaria. De<br />

acuerdo con lo indicado por el Salvador, la suerte <strong>de</strong> Sodoma es una<br />

solemne advertencia, no meramente para <strong>los</strong> que son culpables <strong>de</strong><br />

pecados manifiestos, sino para todos aquel<strong>los</strong> que están jugando con<br />

la luz y <strong>los</strong> privilegios que vienen <strong>de</strong>l cielo.<br />

El Testigo fiel dijo a la iglesia <strong>de</strong> Éfeso: “Pero tengo contra ti<br />

que has <strong>de</strong>jado tu primer amor. Recuerda, por tanto, <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> has<br />

caído, arrepiéntete y haz las primeras obras, pues si no te arrepientes,<br />

pronto vendré a ti y quitaré tu can<strong>de</strong>labro <strong>de</strong> su lugar”. Apocalipsis<br />

2:4, 5.<br />

Con una compasión más tierna que la que conmueve el corazón<br />

<strong>de</strong> un padre terrenal que perdona a su hijo pródigo y doliente, el<br />

Salvador anhela que respondamos a su amor y al perdón que nos<br />

ofrece. Dice a <strong>los</strong> extraviados: “Volveos a mí y yo me volveré a<br />

vosotros”. Malaquías 3:7. Pero si el pecador se niega obstinadamente<br />

a respon<strong>de</strong>r a la voz que lo llama con compasivo y tierno amor, será<br />

abandonado al fin en las tinieblas. El corazón que ha menospreciado

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