La ciencia experimenta con superpoderes - Diario Hoy

-Vivo en una ciudad donde poseer armas de
fuego es algo raro, la mayoría de mis amigos no
crecieron alrededor de ellas, así que sus reacciones
fueron muy parecidas a las de tus compañeros
de trabajo. Pero cuando les mostraba
las fotos a dueños de armas, les gustaban. La
gente que se ve en Armed America es muy disímil
de página a página. Si los reunís a todos,
pensás que algunos están locos, y que otros son
muy racionales. Creo que eso es así para
cualquier grupo tan diverso. Le di vueltas a la
idea de fotografiar a cien personas dueñas de
sillas mecedoras, sólo para ver cómo serían, y
sospecho que la gente los miraría y pensaría que
algunos están locos, y otros, no.
-La postura antiarmas es muy conocida
aquí por filmes como Bowling for Columbine.
¿Pudiste recabar lo que los amantes
de las armas piensan de eso?
-Bowling for Columbine fue muy popular por
acá y muchísima gente la vio. Creo que los
defensores del derecho de tener armas de fuego
y los defensores del control sobre la tenencia de
armas están de acuerdo en un punto fundamental
del debate de las armas: “No hay que dispararle
a los inocentes”. Aunque tienen ideas
muy diferentes sobre qué hay que hacer para
que esto ocurra. Parece simplificarse, por un
lado, diciendo “hay gente mala en las calles disparándole
a otra gente, deberíamos deshacernos
de las armas de fuego”, y del otro “hay gente
Bashir y Cisco
Bushmaster CAR-15
Kyle: “Tengo esta foto colgada en casa, adoro la
mirada del perro. Cisco fue el perro que peor se
comportó de los que me encontré en el viaje. Estaba
tan excitado que les saltaba a todos. Para sacar la
foto, mi asistente Phil tenía que arrastrarlo hacia
delante de la cámara, sentarlo sobre el suelo, quitarle
el collar y dar un salto hacia atrás. Ni bien Phil
estaba fuera del encuadre, yo sacaba la foto y el perro
le saltaba encima otra vez, moviendo la cola, sacando
la lengua, todo eso. Así, una y otra vez. Pero al final
creo que salió buenísima: Cisco una fracción de segundo
antes de abalanzarse sobre Phil”.
mala en las calles disparándole a otra gente,
entonces me voy a comprar una pistola para
defenderme”.
En los últimos dos años, me he dado cuenta
de que ambos lados tienen argumentos legítimos
y, desde que creo que realmente tienen un
consenso en este asunto, tengo la esperanza de
que este libro abra un espacio para que la gente
pueda empezar a hablar, más que a disparar,
para tratar de hallar una solución. La clave de
ese pensamiento es que cada lado tiene que
empezar a mirar al otro como a personas más
que como a consignas. Escuchar a las personas
con las que estás en desacuerdo y tratar de
comprender por qué sienten de ese modo. Es
así como se resuelven los problemas.
Las armas
en Argentina
El jueves, un joven de 14 años
fue detenido en Olmos luego de
haber robado un local. Entre sus
ropas llevaba una pistola tipo ametralladora
de origen norteamericano.
El arma no era robada.
El caso vuelve a traer al tapete la
discusión sobre las armas que
están en manos de civiles. Emblemático
fue el de “Junior”, el joven
que en un colegio de Carmen de
Patagones mató a tres compañeros
e hirió a cinco, el 28 de septiembre
de 2004. También marcó un hito
Martín Ríos, “el tirador de Belgrano”,
que mató a una persona e
hirió a otras seis con un arma autorizada
por el RENAR.
Existen algunos números que dan
una idea de la dimensión que tiene
el tema en Argentina:
Cada dos horas muere una persona
víctima de armas de fuego.
Tres de cada cuatro personas que
mueren por un arma de fuego no
son víctimas de robo, sino que fallecen
en disputas interpersonales,
por accidente o suicidio, de acuerdo
a las últimas estadísticas del
Ministerio de Justicia de la Nación.
De acuerdo a un estudio de 2005
del Centro de Investigaciones en
Estadística Aplicada, el 11% de los
argentinos posee un arma de fuego
en el hogar, y el 46% consideró la
posibilidad de adquirir una.
Están registradas 1.200.000 armas
de fuego en manos de 617.350 particulares.
Otras 500.000 figuran
inscriptas por las fuerzas de seguridad.
Más allá de los números oficiales,
un estudio realizado por la
Dirección Nacional de Política
Criminal asegura que el arsenal de
los argentinos orillaría las
4.800.000 armas, pero el Estado
sólo sabe dónde están 1.200.000.
En el mundo, las armas pequeñas
matan más de 200.000 personas al
año en áreas que no están en guerra.
HISTORIAS - 17