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LA RUTA DEL ESCLAVO EN EL RÍO DE LA PLATA: SU HISTORIA Y SUS CONSECUENCIAS Francia permitió a las unidades de pardos libres llevar armas de fuego, pues era de rigor que los hombres que formasen parte de la tropa de línea fuesen de casta blanca. El doctor Viola (1990) precisa que “los mulatos prestaban servicio militar igual que los vecinos blancos, en caso de peligro de invasión de indígenas o en los presidios de la frontera norte. Francia escribía en 1831 al comandante de Concepción preguntando si cada uno de los ciento cuatro pardos ha participado de los socorros de vestuarios (...) un poncho, una camisa, un chaleco, un pantalón y un cuchillo entregados a manera de retribución por los servicios prestados en defensa de la patria”. Pese a las extrañas actitudes del autocrático gobernante, generadas tal vez por algún atavismo familiar -era hijo de un portugués venido de Brasil contratado por los españoles- ejerció sin embargo un trato justo e igualitario con los negros y mulatos criollos, destinándolos al cuidado de los presidios para defensa de las fronteras. El dictador tenía un obsesivo interés en mantener un estado militarizado siguiendo los moldes de los gobiernos coloniales procediendo a actualizar los armamentos y las estructuras del ejército. Sumados a los regimientos de Voluntarios de Caballería, los cuerpos de Artillería y los de negros y mulatos, estas unidades completaban un total de unos dos mil quinientos soldados. En setiembre de 1820 se produjo un acontecimiento insólito: el ingreso al Paraguay del general oriental José Gervasio Artigas en carácter de asilado. El contingente que acompañaba al perseguido y traicionado líder era de unas doscientas personas, compuesto principalmente por gente de color. Fue el mayor aflujo de sangre negra en la historia del Paraguay en un corto espacio de tiempo. Ana Ribeiro (2004) reproduce un relato de José María Artigas: “Llegó a las fronteras del Paraguay (José Gervasio Artigas) con doscientos libertos y algunos oficiales, escribió al dictador solicitando su entrada a la provincia y éste otorgándosela, mandó inmediatamente a recibirlo. En efecto, lo recibió un oficial en las primeras guardias al que entregó Artigas su espada y su bastón y a su ejemplo todos los soldados sus armas”. El dictador Francia guardaba desconfianza y resentimiento hacia Artigas, con quien había tenido desavenencias por las noticias llegadas al Paraguay de que el jefe oriental pensaba en una posible invasión. Prudentemente dispuso mantenerlo aislado, apenas con la compañía de un par de hombres de su servicio, en la lejana población de San Isidro de Curuguaty -entonces importante centro económico debido a la explotación de la yerba mate- instalada en medio de la jungla. La tropa constituida por los llamados pardos artiguistas fue asignada por el dictador a labores agrícolas, en reductos cuyos habitantes se conservan hasta el día de hoy, leales a su origen. Son los célebres morenos de Laurelty y Camba Cuá -centros ubicados a menos de una veintena de quilómetros de Asunción- quienes acriollados y hablando en guaraní hoy se sienten orgullosos de sus ancestrales ritos y costumbres, siendo vestigios tangibles de la presencia negra en Paraguay. Sin la participación de éstos, no hubiera sobrevivido en el país ninguna otra memoria cultural relacionada con los hombres de color. “Instalados que fueron en sus respectivos lotes, el Gobierno proveyó a cada varón adulto de una yunta de novillos para amansar y convertir en bueyes, herramientas e implementos de labranza (...)”. (Héctor F. Decoud, “El Campamento de Laurelty”, 1930) Alfredo Boccia Romañach 83

84 En 1840, a la muerte de Francia, fueron liberados por disposición del dictador los pocos esclavos que pertenecían al difunto gobernante. Una de las primeras medidas tomadas por los cónsules Carlos Antonio López y Mariano Roque Alonso, fue dictar la Ley del Vientre Libre, que en concreto significaba la abolición progresiva de la esclavitud al declarar que en adelante las mujeres nacidas de vientres esclavos serían libres a los veinticuatro años, en cambio los varones lo serían recién a la edad cumplida de veinticinco. Asimismo, otorgaba a los adultos el derecho de adquirir su propia libertad por una suma módica, al mismo tiempo que prohibía la salida y entrada al país de cualquier otro elemento de color. Alfred Demersay (1860) considera que los negros se vieron beneficiados con estas disposiciones. Posiblemente el cronista francés desconocía que desde los tiempos primigenios de la colonia, las Leyes de Indias establecían el derecho del esclavo de solicitar “Papel de Venta”, que en sí consistía en cambiar de dueño. Una Cédula Real disponía “que si algún negro o negra, u otros cualquiera tenidos por esclavos, proclaman a la libertad, los oigan y hagan justicia (Las Audiencias) y provean que por esto no sean maltratados por sus amos”. La Ley de Libertad de Vientres fue aprobada el 24 de noviembre de 1842 y determinaba en su primer artículo “que desde el primero del año entrante de 1843, serán libres los vientres de las esclavas, y sus hijos que nacieren en adelante, serán llamados Libertos de la República del Paraguay”. El artículo 13 disponía la prohibición de sacar fuera del territorio de la República esclavos o libertos de edad menor, aun cuando declaren aquéllos y éstos que quieren seguir a sus señores o a sus patrones. Por el artículo 14 de la ley se prohibía la admisión de esclavos de otras provincias en el territorio de la República de donde viniesen prófugos, y los comandantes de frontera debían ordenar su salida inmediata del Paraguay para evitar reclamos y quejas de los propietarios. Eran en ese entonces de primordial interés la consolidación del Paraguay como país independiente, obtener el reconocimiento de su independencia y conservar la integridad del territorio nacional. Por ello los cónsules ejercieron una política de acercamiento hacia el Imperio del Brasil, a sabiendas que esta nación hacía esfuerzos por mantener el control del Río de la Plata y evitar la reestructuración de las Provincias Unidas dentro de los límites de lo que fuera el virreinato del mismo nombre. En estas instancias entraron en juego los esclavos fugitivos llegados al Paraguay procedentes de las provincias vecinas del Brasil, como lo venían haciendo desde los tiempos de la colonia, pero en tal momento estratégico el gobierno debió incluir el precitado artículo 14 para no tener más causas de roces con el Imperio. A partir de la Ley de Libertad de Vientres, hubo un gran aumento de la natalidad entre los siervos esclavos en razón de que sabían que sus hijos nacerían libertos y que serían libres en la edad adulta. Consecuencia de la misma ley fue la caída de precios de la esclavatura negra durante la segunda mitad del siglo XIX. Otra ley que influiría, aunque en menor grado en la liberación de esclavos, fue la que ordenaba la libertad de aquellos pertenecientes a extranjeros transeúntes. El periódico El Semanario, en su número 60 del año 1854, publicaba la lista de las indemnizaciones abonadas durante ese año a propósito de dichas operaciones. Otras favorecidas fueron las mulatas, siempre UNESCO PRIMER PANEL

LA RUTA DEL ESCLAVO EN EL RÍO DE LA PLATA: SU HISTORIA Y SUS CONSECUENCIAS<br />

Francia permitió a <strong>la</strong>s unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pardos libres llevar armas <strong>de</strong> fuego, pues era <strong>de</strong> rigor que los<br />

hombres que formas<strong>en</strong> parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> tropa <strong>de</strong> línea fues<strong>en</strong> <strong>de</strong> casta b<strong>la</strong>nca.<br />

El doctor Vio<strong>la</strong> (1990) precisa que “los mu<strong>la</strong>tos prestaban servicio militar igual que los<br />

vecinos b<strong>la</strong>ncos, <strong>en</strong> caso <strong>de</strong> p<strong>el</strong>igro <strong>de</strong> invasión <strong>de</strong> indíg<strong>en</strong>as o <strong>en</strong> los presidios <strong>de</strong> <strong>la</strong> frontera norte.<br />

Francia escribía <strong>en</strong> 1831 al comandante <strong>de</strong> Concepción preguntando si cada uno <strong>de</strong> los ci<strong>en</strong>to cuatro<br />

pardos ha participado <strong>de</strong> los socorros <strong>de</strong> vestuarios (...) un poncho, una camisa, un chaleco, un<br />

pantalón y un cuchillo <strong>en</strong>tregados a manera <strong>de</strong> retribución por los servicios prestados <strong>en</strong> <strong>de</strong>f<strong>en</strong>sa <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

patria”.<br />

Pese a <strong>la</strong>s extrañas actitu<strong>de</strong>s <strong>d<strong>el</strong></strong> autocrático gobernante, g<strong>en</strong>eradas tal vez por algún atavismo<br />

familiar -era hijo <strong>de</strong> un portugués v<strong>en</strong>ido <strong>de</strong> Brasil contratado por los españoles- ejerció<br />

sin embargo un trato justo e igualitario con los negros y mu<strong>la</strong>tos criollos, <strong>de</strong>stinándolos al<br />

cuidado <strong>de</strong> los presidios para <strong>de</strong>f<strong>en</strong>sa <strong>de</strong> <strong>la</strong>s fronteras. El dictador t<strong>en</strong>ía un obsesivo interés <strong>en</strong><br />

mant<strong>en</strong>er un estado militarizado sigui<strong>en</strong>do los mol<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los gobiernos coloniales procedi<strong>en</strong>do<br />

a actualizar los armam<strong>en</strong>tos y <strong>la</strong>s estructuras <strong>d<strong>el</strong></strong> ejército. Sumados a los regimi<strong>en</strong>tos <strong>de</strong> Voluntarios<br />

<strong>de</strong> Caballería, los cuerpos <strong>de</strong> Artillería y los <strong>de</strong> negros y mu<strong>la</strong>tos, estas unida<strong>de</strong>s completaban<br />

un total <strong>de</strong> unos dos mil quini<strong>en</strong>tos soldados.<br />

En setiembre <strong>de</strong> 1820 se produjo un acontecimi<strong>en</strong>to insólito: <strong>el</strong> ingreso al Paraguay <strong>d<strong>el</strong></strong><br />

g<strong>en</strong>eral ori<strong>en</strong>tal José Gervasio Artigas <strong>en</strong> carácter <strong>de</strong> asi<strong>la</strong>do. El conting<strong>en</strong>te que acompañaba al<br />

perseguido y traicionado lí<strong>de</strong>r era <strong>de</strong> unas dosci<strong>en</strong>tas personas, compuesto principalm<strong>en</strong>te por<br />

g<strong>en</strong>te <strong>de</strong> color. Fue <strong>el</strong> mayor aflujo <strong>de</strong> sangre negra <strong>en</strong> <strong>la</strong> historia <strong>d<strong>el</strong></strong> Paraguay <strong>en</strong> un corto<br />

espacio <strong>de</strong> tiempo.<br />

Ana Ribeiro (2004) reproduce un r<strong>el</strong>ato <strong>de</strong> José María Artigas: “Llegó a <strong>la</strong>s fronteras <strong>d<strong>el</strong></strong><br />

Paraguay (José Gervasio Artigas) con dosci<strong>en</strong>tos libertos y algunos oficiales, escribió al dictador solicitando<br />

<strong>su</strong> <strong>en</strong>trada a <strong>la</strong> provincia y éste otorgándos<strong>el</strong>a, mandó inmediatam<strong>en</strong>te a recibirlo. En efecto,<br />

lo recibió un oficial <strong>en</strong> <strong>la</strong>s primeras guardias al que <strong>en</strong>tregó Artigas <strong>su</strong> espada y <strong>su</strong> bastón y a <strong>su</strong><br />

ejemplo todos los soldados <strong>su</strong>s armas”.<br />

El dictador Francia guardaba <strong>de</strong>sconfianza y res<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to hacia Artigas, con qui<strong>en</strong> había<br />

t<strong>en</strong>ido <strong>de</strong>sav<strong>en</strong><strong>en</strong>cias por <strong>la</strong>s noticias llegadas al Paraguay <strong>de</strong> que <strong>el</strong> jefe ori<strong>en</strong>tal p<strong>en</strong>saba <strong>en</strong> una<br />

posible invasión. Prud<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te dispuso mant<strong>en</strong>erlo ais<strong>la</strong>do, ap<strong>en</strong>as con <strong>la</strong> compañía <strong>de</strong> un par <strong>de</strong><br />

hombres <strong>de</strong> <strong>su</strong> servicio, <strong>en</strong> <strong>la</strong> lejana pob<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> San Isidro <strong>de</strong> Curuguaty -<strong>en</strong>tonces importante<br />

c<strong>en</strong>tro económico <strong>de</strong>bido a <strong>la</strong> explotación <strong>de</strong> <strong>la</strong> yerba mate- insta<strong>la</strong>da <strong>en</strong> medio <strong>de</strong> <strong>la</strong> jung<strong>la</strong>.<br />

<strong>La</strong> tropa constituida por los l<strong>la</strong>mados pardos artiguistas fue asignada por <strong>el</strong> dictador a<br />

<strong>la</strong>bores agríco<strong>la</strong>s, <strong>en</strong> reductos cuyos habitantes se conservan hasta <strong>el</strong> día <strong>de</strong> hoy, leales a <strong>su</strong><br />

orig<strong>en</strong>. Son los célebres mor<strong>en</strong>os <strong>de</strong> <strong>La</strong>ur<strong>el</strong>ty y Camba Cuá -c<strong>en</strong>tros ubicados a m<strong>en</strong>os <strong>de</strong> una<br />

veint<strong>en</strong>a <strong>de</strong> quilómetros <strong>de</strong> A<strong>su</strong>nción- qui<strong>en</strong>es acriol<strong>la</strong>dos y hab<strong>la</strong>ndo <strong>en</strong> guaraní hoy se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong><br />

orgullosos <strong>de</strong> <strong>su</strong>s ancestrales ritos y costumbres, si<strong>en</strong>do vestigios tangibles <strong>de</strong> <strong>la</strong> pres<strong>en</strong>cia negra<br />

<strong>en</strong> Paraguay. Sin <strong>la</strong> participación <strong>de</strong> éstos, no hubiera sobrevivido <strong>en</strong> <strong>el</strong> país ninguna otra memoria<br />

cultural r<strong>el</strong>acionada con los hombres <strong>de</strong> color. “Insta<strong>la</strong>dos que fueron <strong>en</strong> <strong>su</strong>s respectivos<br />

lotes, <strong>el</strong> Gobierno proveyó a cada varón adulto <strong>de</strong> una yunta <strong>de</strong> novillos para amansar y convertir <strong>en</strong><br />

bueyes, herrami<strong>en</strong>tas e implem<strong>en</strong>tos <strong>de</strong> <strong>la</strong>branza (...)”. (Héctor F. Decoud, “El Campam<strong>en</strong>to <strong>de</strong><br />

<strong>La</strong>ur<strong>el</strong>ty”, 1930)<br />

Alfredo Boccia Romañach<br />

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