La Ruta del Esclavo en el Río de la Plata: su ... - unesdoc - Unesco

La Ruta del Esclavo en el Río de la Plata: su ... - unesdoc - Unesco La Ruta del Esclavo en el Río de la Plata: su ... - unesdoc - Unesco

unesdoc.unesco.org
from unesdoc.unesco.org More from this publisher
26.04.2013 Views

LA RUTA DEL ESCLAVO EN EL RÍO DE LA PLATA: SU HISTORIA Y SUS CONSECUENCIAS La mujer guaraní, en el pobre rancho del español, fue una pieza insustituible para asegurar su subsistencia. Ella labraba y cosechaba la tierra, tejía los vestidos, cocinaba los alimentos, atendía a los enfermos, al tiempo que cuidaba de la numerosa prole engendrada con el conquistador. Esta mujer constituyó el pilar estructural de la familia al asegurar el sustento y constituirse en la base productiva doméstica. La provincia del Paraguay, por el alejamiento y por la falta de metales preciosos, dede merecer la atención de la corona española. Asunción, creada como avanzada en el camino a la Sierra del Plata, generadora de ciudades, sede del mayor núcleo poblacional de la Cuenca del Plata, pronto perdió su poder estratégico para convertirse en la más olvidada y pobre posesión de la metrópoli. Con la despoblación del puerto y del asentamiento de la primera Buenos Aires en 1541, impuesta por circunstancias de supervivencia de la ya raleada hueste mendocina, y del traslado de sus escasos habitantes a Asunción, se produjo el ingreso de los primeros hombres de color en la lejana provincia. Los indios guaraníes observaron con asombro el desembarco de hombres y mujeres retintos, de piel brillante y cabellos encaracolados, rememorando un estupor similar que causara el arribo de los blancos y barbudos europeos, con unos extraños animales y asustadoras armas de fuego. Con el correr de los años una cantidad de negros que se presume no pasó de tres centenas siguió arribando durante los dos siglos siguientes en carácter de servidores domésticos de los conquistadores, religiosos, mercaderes y funcionarios peninsulares. Estos fueron conocidos por los indígenas con el mote de cambá, término que subsiste hasta la fecha. La poca magnitud cuantitativa e importancia de los negros en el Paraguay, se atribuye a que en esta provincia no había minas ni explotaciones agrícolas extensivas. Por tanto, no se impuso la necesidad de importar en gran escala elementos de esta índole ni llevar a cabo la trata de negros, como ocurría en los puertos del Plata y en las costas de la América portuguesa. Ese importante comercio de africanos, significó el origen de un amplio segmento de la población de color que se percibe principalmente en el Caribe y en Brasil. Al finalizar la conquista del Paraguay el panorama racial en estas tierras adquirió contornos firmemente perfilados: una abrumadora población guaraní, dos a cuatro millares de mestizos, unas cinco centenas de europeos y muy pocos criollos, así como negros y mulatos a los que se sumaron algunos fugitivos ingresados a través de las permeables fronteras con el Portugal americano. En esta situación demográfica, la sangre blanca europea y la negra africana en menor cantidad, se diluyeron en el gran torrente de la vitalidad india, generando un producto que respondía a proporciones aritméticas claras. Es casi imposible, dado el intenso mestizaje con los indios, identificar en la constitución física del paraguayo la pequeña contribución sanguínea del negro africano. En ningún momento de la historia paraguaya hubo un caudal de negros, esclavos o libertos, en proporción ni cantidad suficientes para dejar impresos sus rasgos fisonómicos. Incluso estos africanos, por su escasa población no llegaron a mantener sus idiomas originales adoptando, como los “conquistadores” europeos, el lenguaje del sometido, el guaraní. La pobreza casi igualitaria de amos y esclavos, a más de su estrecha convivencia, impidieron que se produjeran abismales diferencias de castas, como se observó en otras provincias de la misma región platina. Alfredo Boccia Romañach 77

78 La literatura romántica se ha esmerado en pintar cuadros idílicos de seducción, de un incontenible atractivo por parte de las doncellas guaraníes hacia el brioso y deslumbrante conquistador español, pero se ha guardado relatar las rapiñas, las rancheadas o la saca de mujeres y niños, arrastrados desde sus “tava”, 1 por la codicia de capitanes y funcionarios reales. Como se ha visto, la mujer había adquirido un valor superlativo en la economía familiar, tanto que la fortuna del español se medía por el número de mujeres que tenía a su servicio. Tampoco debe ignorarse la existencia de otra corriente literaria de origen anglosajón, que insiste en exagerar las atrocidades producidas en la conquista española de América, el genocidio y la explotación de los indios que llevaron a la extinción casi completa de algunos pueblos. Es la tan divulgada “leyenda negra”. En Paraguay, si bien religiosos y funcionarios abusaron de sus potestades para provecho propio, hubo desde un principio una severa política real de protección a los naturales, una suerte de preocupación por el trato del indio avasallado, convertido por disposiciones reales en súbditos de la Corona. Aun así, estas medidas fueron acatadas y no siempre cumplidas. La Real Cédula del 2 de agosto de 1530 ordenaba claramente: “(...) en lo sucesivo, aun en tiempos de guerra, considerada justa, que nadie osara cautivar indios, y tampoco podrá obtener esclavos por vías de rescate (...)” Los monarcas estuvieron algunas veces más preocupados en la administración del quinto real que en la atención de las noticias llegadas del Paraguay denunciando abusos, maltratos y usurpaciones infligidos a los naturales por parte de encomenderos o funcionarios complacientes. Los excesos respondían a la falta de celo de los gobernadores y oficiales reales en el cumplimento de los mandatos de la Corona, pues bajo el amparo de la incomunicación procedían como verdaderos reyezuelos involucrados en oscuras negociaciones. La respuesta a una carta enviada a España podía tardar fácilmente más de un año, cuando ya el remitente había muerto o las condiciones tratadas en las epístolas habían perdido actualidad. Se puede admitir que a pesar de la explotación de los indígenas, a partir del siglo XVII no se produjeron grandes desbordes ni insurrecciones. Sin embargo, el tratamiento del siervo de origen guaraní continúa siendo motivo de opiniones desencontradas, dado que los límites entre la servidumbre y la esclavitud no son muy nítidos y dependen más de la apreciación personal e interesada de los cronistas. Someter a los nativos a trabajos forzados, a prestar obediencia a un lejano y desconocido rey, a aceptar las imposiciones de una nueva fe y un nuevo ordenamiento que les hacía perder su identidad, su estructura familiar y su innata libertad, eran medidas semejantes a las que afectaban a las naciones negras capturadas en África. Había poca diferencia en el trato del siervo indígena con el del esclavo negro, siendo éste mejor considerado en razón de su elevado precio. El 27 de abril de 1574 Felipe II dispuso que “todos los negros y negras, mulatos y mulatas libres debían pagar un tributo anual en metálico equivalente a un marco de plata, más o menos, conforme a las tierras donde viviesen, y la institución de un padrón de los mulatos libres que resulten 1. Estructura grupal de ranchos indígenas que respondía a intereses familiares. UNESCO PRIMER PANEL

LA RUTA DEL ESCLAVO EN EL RÍO DE LA PLATA: SU HISTORIA Y SUS CONSECUENCIAS<br />

<strong>La</strong> mujer guaraní, <strong>en</strong> <strong>el</strong> pobre rancho <strong>d<strong>el</strong></strong> español, fue una pieza in<strong>su</strong>stituible para asegurar<br />

<strong>su</strong> <strong>su</strong>bsist<strong>en</strong>cia. El<strong>la</strong> <strong>la</strong>braba y cosechaba <strong>la</strong> tierra, tejía los vestidos, cocinaba los alim<strong>en</strong>tos,<br />

at<strong>en</strong>día a los <strong>en</strong>fermos, al tiempo que cuidaba <strong>de</strong> <strong>la</strong> numerosa prole <strong>en</strong>g<strong>en</strong>drada con <strong>el</strong> conquistador.<br />

Esta mujer constituyó <strong>el</strong> pi<strong>la</strong>r estructural <strong>de</strong> <strong>la</strong> familia al asegurar <strong>el</strong> <strong>su</strong>st<strong>en</strong>to y constituirse<br />

<strong>en</strong> <strong>la</strong> base productiva doméstica.<br />

<strong>La</strong> provincia <strong>d<strong>el</strong></strong> Paraguay, por <strong>el</strong> alejami<strong>en</strong>to y por <strong>la</strong> falta <strong>de</strong> metales preciosos, <strong>de</strong>jó <strong>de</strong><br />

merecer <strong>la</strong> at<strong>en</strong>ción <strong>de</strong> <strong>la</strong> corona españo<strong>la</strong>. A<strong>su</strong>nción, creada como avanzada <strong>en</strong> <strong>el</strong> camino a <strong>la</strong> Sierra<br />

<strong>d<strong>el</strong></strong> P<strong>la</strong>ta, g<strong>en</strong>eradora <strong>de</strong> ciuda<strong>de</strong>s, se<strong>de</strong> <strong>d<strong>el</strong></strong> mayor núcleo pob<strong>la</strong>cional <strong>de</strong> <strong>la</strong> Cu<strong>en</strong>ca <strong>d<strong>el</strong></strong> P<strong>la</strong>ta, pronto<br />

perdió <strong>su</strong> po<strong>de</strong>r estratégico para convertirse <strong>en</strong> <strong>la</strong> más olvidada y pobre posesión <strong>de</strong> <strong>la</strong> metrópoli.<br />

Con <strong>la</strong> <strong>de</strong>spob<strong>la</strong>ción <strong>d<strong>el</strong></strong> puerto y <strong>d<strong>el</strong></strong> as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to <strong>de</strong> <strong>la</strong> primera Bu<strong>en</strong>os Aires <strong>en</strong> 1541,<br />

impuesta por circunstancias <strong>de</strong> <strong>su</strong>perviv<strong>en</strong>cia <strong>de</strong> <strong>la</strong> ya raleada hueste m<strong>en</strong>docina, y <strong>d<strong>el</strong></strong> tras<strong>la</strong>do<br />

<strong>de</strong> <strong>su</strong>s escasos habitantes a A<strong>su</strong>nción, se produjo <strong>el</strong> ingreso <strong>de</strong> los primeros hombres <strong>de</strong> color <strong>en</strong><br />

<strong>la</strong> lejana provincia. Los indios guaraníes observaron con asombro <strong>el</strong> <strong>de</strong>sembarco <strong>de</strong> hombres y<br />

mujeres retintos, <strong>de</strong> pi<strong>el</strong> bril<strong>la</strong>nte y cab<strong>el</strong>los <strong>en</strong>caraco<strong>la</strong>dos, rememorando un estupor simi<strong>la</strong>r<br />

que causara <strong>el</strong> arribo <strong>de</strong> los b<strong>la</strong>ncos y barbudos europeos, con unos extraños animales y a<strong>su</strong>stadoras<br />

armas <strong>de</strong> fuego. Con <strong>el</strong> correr <strong>de</strong> los años una cantidad <strong>de</strong> negros que se pre<strong>su</strong>me no pasó <strong>de</strong> tres<br />

c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>as siguió arribando durante los dos siglos sigui<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> carácter <strong>de</strong> servidores domésticos<br />

<strong>de</strong> los conquistadores, r<strong>el</strong>igiosos, merca<strong>de</strong>res y funcionarios p<strong>en</strong>in<strong>su</strong><strong>la</strong>res. Estos fueron conocidos<br />

por los indíg<strong>en</strong>as con <strong>el</strong> mote <strong>de</strong> cambá, término que <strong>su</strong>bsiste hasta <strong>la</strong> fecha.<br />

<strong>La</strong> poca magnitud cuantitativa e importancia <strong>de</strong> los negros <strong>en</strong> <strong>el</strong> Paraguay, se atribuye a<br />

que <strong>en</strong> esta provincia no había minas ni explotaciones agríco<strong>la</strong>s ext<strong>en</strong>sivas. Por tanto, no se<br />

impuso <strong>la</strong> necesidad <strong>de</strong> importar <strong>en</strong> gran esca<strong>la</strong> <strong>el</strong>em<strong>en</strong>tos <strong>de</strong> esta índole ni llevar a cabo <strong>la</strong> trata<br />

<strong>de</strong> negros, como ocurría <strong>en</strong> los puertos <strong>d<strong>el</strong></strong> P<strong>la</strong>ta y <strong>en</strong> <strong>la</strong>s costas <strong>de</strong> <strong>la</strong> América portuguesa. Ese<br />

importante comercio <strong>de</strong> africanos, significó <strong>el</strong> orig<strong>en</strong> <strong>de</strong> un amplio segm<strong>en</strong>to <strong>de</strong> <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción<br />

<strong>de</strong> color que se percibe principalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> <strong>el</strong> Caribe y <strong>en</strong> Brasil.<br />

Al finalizar <strong>la</strong> conquista <strong>d<strong>el</strong></strong> Paraguay <strong>el</strong> panorama racial <strong>en</strong> estas tierras adquirió contornos<br />

firmem<strong>en</strong>te perfi<strong>la</strong>dos: una abrumadora pob<strong>la</strong>ción guaraní, dos a cuatro mil<strong>la</strong>res <strong>de</strong> mestizos,<br />

unas cinco c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>as <strong>de</strong> europeos y muy pocos criollos, así como negros y mu<strong>la</strong>tos a los que<br />

se <strong>su</strong>maron algunos fugitivos ingresados a través <strong>de</strong> <strong>la</strong>s permeables fronteras con <strong>el</strong> Portugal<br />

americano. En esta situación <strong>de</strong>mográfica, <strong>la</strong> sangre b<strong>la</strong>nca europea y <strong>la</strong> negra africana <strong>en</strong> m<strong>en</strong>or<br />

cantidad, se diluyeron <strong>en</strong> <strong>el</strong> gran torr<strong>en</strong>te <strong>de</strong> <strong>la</strong> vitalidad india, g<strong>en</strong>erando un producto que<br />

respondía a proporciones aritméticas c<strong>la</strong>ras. Es casi imposible, dado <strong>el</strong> int<strong>en</strong>so mestizaje con los<br />

indios, id<strong>en</strong>tificar <strong>en</strong> <strong>la</strong> constitución física <strong>d<strong>el</strong></strong> paraguayo <strong>la</strong> pequeña contribución sanguínea<br />

<strong>d<strong>el</strong></strong> negro africano.<br />

En ningún mom<strong>en</strong>to <strong>de</strong> <strong>la</strong> historia paraguaya hubo un caudal <strong>de</strong> negros, esc<strong>la</strong>vos o<br />

libertos, <strong>en</strong> proporción ni cantidad <strong>su</strong>fici<strong>en</strong>tes para <strong>de</strong>jar impresos <strong>su</strong>s rasgos fisonómicos. Incluso<br />

estos africanos, por <strong>su</strong> escasa pob<strong>la</strong>ción no llegaron a mant<strong>en</strong>er <strong>su</strong>s idiomas originales<br />

adoptando, como los “conquistadores” europeos, <strong>el</strong> l<strong>en</strong>guaje <strong>d<strong>el</strong></strong> sometido, <strong>el</strong> guaraní.<br />

<strong>La</strong> pobreza casi igualitaria <strong>de</strong> amos y esc<strong>la</strong>vos, a más <strong>de</strong> <strong>su</strong> estrecha conviv<strong>en</strong>cia, impidieron<br />

que se produjeran abismales difer<strong>en</strong>cias <strong>de</strong> castas, como se observó <strong>en</strong> otras provincias <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

misma región p<strong>la</strong>tina.<br />

Alfredo Boccia Romañach<br />

77

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!