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48 En 1610, el Cabildo de Buenos Aires acuerda permisos para importar negros “para el trabajo dada la escasez de indios que hay”(8). Este mismo cuerpo actúa diligentemente sobre el trabajo esclavo y permite “introducir negros a cambio de cueros y lanas a estas provincias”(9). Otro de los destinos más comunes de los negros, además de Potosí y su zona de influencia más cercana, son las minas de Uspallata en la antigua capitanía general de Chile, como lo demuestra una comunicación del teniente de rey Diego de Salas dando cumplimiento a órdenes del virrey en el sentido de permitir la introducción de negros a ese destino (102) o una Real Orden de 1776 que establece la introducción de 100 negros “para las minas de Uspallata”, en el Reino de Chile. Éste era una de las rutas de salida de los negros ingresados por Buenos Aires. La falta de mano de obra no es sólo privativa de Potosí o Chile. Un auto del gobernador Hernando Arias de Saavedra de 1615, establece que los negros vendidos en almoneda pública “sean llevados a trabajar a las provincias de Buenos Aires, Santa Fé y Asunción” (13). Las pingües ganancias que acarrea el comercio de esclavos se pueden corroborar en la entrada de dinero en las arcas de la Real Hacienda, desde las primeras décadas del siglo XVII (11,12), sobre todo por el derecho de alcabalas cobrados a raíz de la compra-venta de negros (29, 30). Los Protocolos de Escribanos muestran el accionar de los escribanos de la ciudad por medio de su intervención en las compra-ventas de negros desde muy tempranos años. Por ejemplo, la venta de una negra el 24 de junio de 1605 en Buenos Aires es certificada por el escribano en $220 (5). En otra venta de 1621 se venden los hombres en $250 y a $450 las mujeres (20). El alto precio de las mujeres respecto de los hombres obedece a razones de crecimiento vegetativo, y la ventaja de disponer de un vientre joven que daría nuevos esclavos. Lo inhumano de este tráfico se reflejaba en las marcas sobre los cuerpos, maltrato al que eran sometidos los esclavos al llegar a puerto o ser vendidos a sus amos (28, 32). Esta costumbre empieza a ser desterrada durante la segunda mitad del siglo XVIII. Asentados en la ciudad, a los esclavos se los encuentra trabajando en diversas tareas, como vendedores de mercaderías en la plaza central o en las obras públicas, sobre todo aquellos que quedaban a disposición de la Corona o el Cabildo. En éste pueden ser pregoneros, como el negrito José, que es nombrado en 1735 (69). Sin embargo, algunas disposiciones legales les prohíben hacer ciertos trabajos, como atender pulperías (34) o vender vinos (18). El otorgamiento de licencias a compañías extranjeras para el comercio de esclavos se destaca en los expedientes. La Real Compañía de Guinea francesa tiene este privilegio durante los primeros trece años del siglo XVIII (47), y en 1703 empiezan a llegar los primeros barcos procedentes de Guinea con el sufrido cargamento humano (47). El asiento establece sólo traer negros y se le prohíbe a la compañía, mediante Real Cédula del 11 de octubre de 1703, introducir mercadería en los puertos de América (48), pero el contrabando solucionaba esta prohibición. En 1705 el Cabildo de Buenos Aires acordó otorgar a la compañía un paraje destinado a edificar un hospicio para alojar a los negros recién desembarcados (52). En 1712 las relaciones no parecen ser las mejores entre los oficiales reales y la compañía, la cual estableció una demanda contra estos por no dejarle desembarcar un cargamento de 140 negros (55). UNESCO ESTUDIO DEL COMERCIO DE ESCLAVOS EN EL RÍO DE LA PLATA

LA RUTA DEL ESCLAVO EN EL RÍO DE LA PLATA: SU HISTORIA Y SUS CONSECUENCIAS Contrariamente, son los ingleses los que llegaron con barcos negreros a raíz de la paz de Utrech de 1713, y la concesión de la exclusividad del transporte y venta de negros a la South Sea Company (55, 56, 61, 66), privilegio que se extenderá por lo menos hasta 1750. Los Bandos de gobernadores y virreyes de Buenos Aires tienen en cuenta las formas de vida de los esclavos desde las primeras décadas del siglo XVIII. Los mismos reglamentan los trabajos de éstos en las cosechas de la campaña de Buenos Aires (77, 90), o la colocación laboral en términos perentorios de aquellos que vagan sin trabajo estable (78), o la prohibición de usar boleadoras en zona urbana “por ser un arma ofensiva” (80). También son reclutados para expediciones punitivas contra indios rebeldes (89). La pena más común para aquellos esclavos díscolos son los azotes corporales (87), que incluso en cantidades elevadas provocaba la muerte del castigado. La fuga parece haber sido una de las respuestas más frecuentes de resistencia contra la esclavitud. Existen numerosos expedientes y disposiciones legales sobre este tema. Los negros se fugaban a la campaña bonaerense o cruzaban el río hacia la Banda Oriental (227), otros llegaban hasta las tolderías de indios para vivir entre ellos. Los gobernadores y virreyes emitieron en forma constante órdenes sobre no admitir en las casas o campos esclavos fugados (112, 122) o sin licencia (107). Muchos son los expedientes judiciales iniciados por propietarios de esclavos que reclaman la devolución de algún esclavo fugado atrapado por la justicia o por personas que les daban cabida en su hogar para hacer uso de ellos (127, 133). Los malos tratos parecía ser la razón principal de la fuga. Muchos esclavos son registrados en los expedientes de tribunales con golpes denunciados por los mismos compradores, que al ver el mal estado de salud de alguno de ellos, solicitaban les sea devuelto su dinero a cambio de la entrega del esclavo maltratado (130, 147, 148, 210). La presentación de demandas judiciales de los negros, no sólo por medio de sus representantes, como los capitanes de morenos (148) o el defensor de pobres (204) sino, y sobre todo a fines del siglo XVIII, son litigios personales solicitando la libertad mediante la manumisión (171, 175, 245) o la denuncia de malos tratos contra ellos (169). Algunos esclavos llegan a cometer homicidio sobre sus amos debido a esto (110). Son numerosísimos los expedientes judiciales referentes a esclavos, especialmente durante la segunda mitad del siglo XVIII. Los temas más comunes son las solicitudes de devolución de esclavos fugados, malos tratos recibidos, homicidios, robos, heridas, solicitudes de libertad, fugas, entre otros. La dispersión territorial de los negros se puede rastrear mediante los inventarios de bienes laicos y religiosos. Existen registros de órdenes religiosas, especialmente de los jesuitas, que detallan entre “sus bienes” a esclavos negros, sobre todo en los numerosos inventarios de las juntas de Temporalidades creadas en todo el virreinato luego de la expulsión de jesuitas en 1767, que incluyen grandes cantidades de negros entre sus trabajadores (152, 154, 155), presentes en todas las regiones del virreinato. La campaña de Buenos Aires es escenario de la vida de estos esclavos. Se los encuentra en las cosechas, en el trabajo de las estancias, en los padrones tomados en los pueblos (179) o en las sumarias criminales levantadas por las autoridades judiciales y policiales de la campaña bonaerense. Gustavo Fabián Alonso 49

LA RUTA DEL ESCLAVO EN EL RÍO DE LA PLATA: SU HISTORIA Y SUS CONSECUENCIAS<br />

Contrariam<strong>en</strong>te, son los ingleses los que llegaron con barcos negreros a raíz <strong>de</strong> <strong>la</strong> paz <strong>de</strong><br />

Utrech <strong>de</strong> 1713, y <strong>la</strong> concesión <strong>de</strong> <strong>la</strong> exclusividad <strong>d<strong>el</strong></strong> transporte y v<strong>en</strong>ta <strong>de</strong> negros a <strong>la</strong> South Sea<br />

Company (55, 56, 61, 66), privilegio que se ext<strong>en</strong><strong>de</strong>rá por lo m<strong>en</strong>os hasta 1750.<br />

Los Bandos <strong>de</strong> gobernadores y virreyes <strong>de</strong> Bu<strong>en</strong>os Aires ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong><br />

vida <strong>de</strong> los esc<strong>la</strong>vos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong>s primeras décadas <strong>d<strong>el</strong></strong> siglo XVIII. Los mismos reg<strong>la</strong>m<strong>en</strong>tan los<br />

trabajos <strong>de</strong> éstos <strong>en</strong> <strong>la</strong>s cosechas <strong>de</strong> <strong>la</strong> campaña <strong>de</strong> Bu<strong>en</strong>os Aires (77, 90), o <strong>la</strong> colocación <strong>la</strong>boral<br />

<strong>en</strong> términos per<strong>en</strong>torios <strong>de</strong> aqu<strong>el</strong>los que vagan sin trabajo estable (78), o <strong>la</strong> prohibición <strong>de</strong> usar<br />

boleadoras <strong>en</strong> zona urbana “por ser un arma of<strong>en</strong>siva” (80). También son reclutados para expediciones<br />

punitivas contra indios reb<strong>el</strong><strong>de</strong>s (89).<br />

<strong>La</strong> p<strong>en</strong>a más común para aqu<strong>el</strong>los esc<strong>la</strong>vos díscolos son los azotes corporales (87), que<br />

incluso <strong>en</strong> cantida<strong>de</strong>s <strong>el</strong>evadas provocaba <strong>la</strong> muerte <strong>d<strong>el</strong></strong> castigado.<br />

<strong>La</strong> fuga parece haber sido una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s respuestas más frecu<strong>en</strong>tes <strong>de</strong> resist<strong>en</strong>cia contra <strong>la</strong><br />

esc<strong>la</strong>vitud. Exist<strong>en</strong> numerosos expedi<strong>en</strong>tes y disposiciones legales sobre este tema. Los negros se<br />

fugaban a <strong>la</strong> campaña bonaer<strong>en</strong>se o cruzaban <strong>el</strong> río hacia <strong>la</strong> Banda Ori<strong>en</strong>tal (227), otros llegaban<br />

hasta <strong>la</strong>s tol<strong>de</strong>rías <strong>de</strong> indios para vivir <strong>en</strong>tre <strong>el</strong>los. Los gobernadores y virreyes emitieron <strong>en</strong><br />

forma constante órd<strong>en</strong>es sobre no admitir <strong>en</strong> <strong>la</strong>s casas o campos esc<strong>la</strong>vos fugados (112, 122) o<br />

sin lic<strong>en</strong>cia (107). Muchos son los expedi<strong>en</strong>tes judiciales iniciados por propietarios <strong>de</strong> esc<strong>la</strong>vos<br />

que rec<strong>la</strong>man <strong>la</strong> <strong>de</strong>volución <strong>de</strong> algún esc<strong>la</strong>vo fugado atrapado por <strong>la</strong> justicia o por personas que<br />

les daban cabida <strong>en</strong> <strong>su</strong> hogar para hacer uso <strong>de</strong> <strong>el</strong>los (127, 133).<br />

Los malos tratos parecía ser <strong>la</strong> razón principal <strong>de</strong> <strong>la</strong> fuga. Muchos esc<strong>la</strong>vos son registrados<br />

<strong>en</strong> los expedi<strong>en</strong>tes <strong>de</strong> tribunales con golpes d<strong>en</strong>unciados por los mismos compradores, que<br />

al ver <strong>el</strong> mal estado <strong>de</strong> salud <strong>de</strong> alguno <strong>de</strong> <strong>el</strong>los, solicitaban les sea <strong>de</strong>vu<strong>el</strong>to <strong>su</strong> dinero a cambio<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>en</strong>trega <strong>d<strong>el</strong></strong> esc<strong>la</strong>vo maltratado (130, 147, 148, 210).<br />

<strong>La</strong> pres<strong>en</strong>tación <strong>de</strong> <strong>de</strong>mandas judiciales <strong>de</strong> los negros, no sólo por medio <strong>de</strong> <strong>su</strong>s repres<strong>en</strong>tantes,<br />

como los capitanes <strong>de</strong> mor<strong>en</strong>os (148) o <strong>el</strong> <strong>de</strong>f<strong>en</strong>sor <strong>de</strong> pobres (204) sino, y sobre todo a<br />

fines <strong>d<strong>el</strong></strong> siglo XVIII, son litigios personales solicitando <strong>la</strong> libertad mediante <strong>la</strong> manumisión<br />

(171, 175, 245) o <strong>la</strong> d<strong>en</strong>uncia <strong>de</strong> malos tratos contra <strong>el</strong>los (169). Algunos esc<strong>la</strong>vos llegan a<br />

cometer homicidio sobre <strong>su</strong>s amos <strong>de</strong>bido a esto (110).<br />

Son numerosísimos los expedi<strong>en</strong>tes judiciales refer<strong>en</strong>tes a esc<strong>la</strong>vos, especialm<strong>en</strong>te durante<br />

<strong>la</strong> segunda mitad <strong>d<strong>el</strong></strong> siglo XVIII. Los temas más comunes son <strong>la</strong>s solicitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>de</strong>volución<br />

<strong>de</strong> esc<strong>la</strong>vos fugados, malos tratos recibidos, homicidios, robos, heridas, solicitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> libertad,<br />

fugas, <strong>en</strong>tre otros.<br />

<strong>La</strong> dispersión territorial <strong>de</strong> los negros se pue<strong>de</strong> rastrear mediante los inv<strong>en</strong>tarios <strong>de</strong> bi<strong>en</strong>es<br />

<strong>la</strong>icos y r<strong>el</strong>igiosos. Exist<strong>en</strong> registros <strong>de</strong> órd<strong>en</strong>es r<strong>el</strong>igiosas, especialm<strong>en</strong>te <strong>de</strong> los je<strong>su</strong>itas, que<br />

<strong>de</strong>tal<strong>la</strong>n <strong>en</strong>tre “<strong>su</strong>s bi<strong>en</strong>es” a esc<strong>la</strong>vos negros, sobre todo <strong>en</strong> los numerosos inv<strong>en</strong>tarios <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

juntas <strong>de</strong> Temporalida<strong>de</strong>s creadas <strong>en</strong> todo <strong>el</strong> virreinato luego <strong>de</strong> <strong>la</strong> expulsión <strong>de</strong> je<strong>su</strong>itas <strong>en</strong><br />

1767, que incluy<strong>en</strong> gran<strong>de</strong>s cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> negros <strong>en</strong>tre <strong>su</strong>s trabajadores (152, 154, 155), pres<strong>en</strong>tes<br />

<strong>en</strong> todas <strong>la</strong>s regiones <strong>d<strong>el</strong></strong> virreinato.<br />

<strong>La</strong> campaña <strong>de</strong> Bu<strong>en</strong>os Aires es esc<strong>en</strong>ario <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida <strong>de</strong> estos esc<strong>la</strong>vos. Se los <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> <strong>la</strong>s<br />

cosechas, <strong>en</strong> <strong>el</strong> trabajo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s estancias, <strong>en</strong> los padrones tomados <strong>en</strong> los pueblos (179) o <strong>en</strong> <strong>la</strong>s<br />

<strong>su</strong>marias criminales levantadas por <strong>la</strong>s autorida<strong>de</strong>s judiciales y policiales <strong>de</strong> <strong>la</strong> campaña bonaer<strong>en</strong>se.<br />

Gustavo Fabián Alonso<br />

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