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212 1992, con un africano, Fabien Andonon, del pueblo Fon de lo que es hoy Benin. Este africano es titular de la cátedra de Ciencia Política en la UNAM (Universidad Autónoma de México) y es un profundo conocedor y estudioso de la realidad africana. Éste nos informó que es imposible que cualquier persona, ajena a la comunidad, pueda presenciar el culto vudú u otro que sea de importancia. Sólo se permiten ver los rituales que están preparados para los visitantes o extranjeros que no tienen la significación que los que se realizan en secreto. Nos comentó que esto ha sido una práctica constante en toda la historia de los pueblos africanos para preservar sus creencias. “Esas hermandades estaban formadas así: Congos Africanos, cuya sala se hallaba en Ibicuy esquina Soriano, siendo los reyes José Gómez y Catalina Gómez. Sala Minas Magi en Maldonado esquina Ibicuy, cuyos reyes eran el capitán Benjazmin Irigoyen y su esposa Catalina Vidal de Irigoyen. Minas Nagó en Juaquín Requena y Durazno, reyes Manuel Barbosa y María Rosco de Barbosa. Conosco a un descendiente de Minas Nagó que fue rey de esa entidad en aquellos memorables tiempos, quien conserva como preciada reliquia dos collares que deben medir aproximadamente tres metros de circunferencia; uno perteneció a la abuela, el otro a la mamá, cuenta él, que sólo lo lucían en las grandes fiestas. Hay que ver cómo le encantan las reminiscencias de su pasado primoroso, que al tocarlo surge de cada motivo un relámpago mental que ilumina con entera precisión los hechos y las cosas.» Banguela, Ibicuy esquina Durazno. Lubolos, reyes José Casoso y Margarita Sararí. Musena, Río Negro entre Durazno e Isla de Flores. Entre estas entidades estaban aquellas que gustaban realizar sus fiestas características al aire libre como ser los Musenas, que tenían por costumbre enarenar el frente de calle que daba a su local y en él efectuaban sus tertulias. “(…) Aunque algo hechos a las costumbres del país, en lo que a vestimenta se trata, no se apartaban mucho de las de su origen, mayormente las mujeres; pues era su orgullo lucir grandes haros africanos, como así largos collares compuestos de perlas y corales. Luego estaban Angunga y Minas Carabarí. Es de comprender que desde el resurgimiento de sus viejas costumbres asta su abolición tiene que haber existido más de una dignastía entre las naciones, las que quedan ignoradas por falta de datos concretos, eso sí, eran vitalicios los reinados y en caso de fallecimiento se otorgaban por orden de méritos.» (Lino Suárez Peña, Montevideo, 1924) Marcelino Bottaro afirma sobre los miembros de pueblo Mozambique: “Podemos afirmar, sin exageración, que habitaban en todas partes del barrio del Cordón». “Las salas más conocidas, según la información que nos ofrece el anciano Carlos Baiz, eran: sala de las Ánimas, de los Congos, ubicada en la calle Queguay (hoy Paraguay), entre Canelones y Soriano; sala de los Banguelas, en la calle Ibicuy entre Durazno y Maldonado; sala de Musena, calle Durazno entre Arapey y Daymán; sala de Lubolos, calle Sierra cerca de Miguelete.» UNESCO SEGUNDO PANEL
LA RUTA DEL ESCLAVO EN EL RÍO DE LA PLATA: SU HISTORIA Y SUS CONSECUENCIAS Oscar Montaño Otra sala del pueblo Mahí o Maxí o “de los Magises se hallaba en la calle Canelones cerca de Blanes”, según el testimonio que Pereda Valdés obtuvo del anciano Carlos Baiz. (Pereda Valdés, “Negros esclavos y negros libres”, pág. 94) Un 6 de enero de fines de la década de 1820 es descrito por De María dentro de lo que él titula “Los Candombes 1808-1829”: «¡Oh! en ese día regía fiesta, era lo que había que ver. -Vamos a los Reyes, a las salas de los Benguelas, de los Congos y demás por el barrio del Sur, era la palabra de orden del ama de casa, y apróntense muchachas; y los chicos saltaban de contentos (...) Y los cortejantes y curiosos no se descuidaban en ir a hacer acto de presencia en el punto de reunión, pues, a ver los tronos y el candombe. Cada nación echaba el resto en la compostura de su sala; y no hay que hablar de la vestimenta de los tíos y de las tías, como para presentarse en la corte y hacer los honores a su Majestad conga, cambimba o mozambique. Las amas y las amitas de buena pasta, se esmeraban en ataviar a la Reina y a las princesas, proporcionándoles vestidos, blondas, cinturones, collares, collares y tantas cosas... Los tíos agenciaban sus casacas, calzones, levitas, aunque fuesen color ratón pelado, corbatines, elástico, galera alta, y por fin, cuanto podían para vestir de corte.» (Isidoro de María, “Tradiciones y recuerdos”, Montevideo Antiguo, Libro Segundo, Montevideo, 1888, pág. 170) “En cada sala un trono, con su cortinaje y el altar de San Antonio o San Baltasar, y el platillo a la entrada para los cobres o pesetas, con el capitán guardián de la puerta y de la colecta. En el trono aparecían sentados con mucha gravedad, el Rey tío Francisco Sienra, o tío José Vidal, o tío Antonio Pagola, con su par de charreteras, su casaca galoneada y su calzón blanco con franja, y sus colgajos con honores y decoraciones sobre el pecho. A su lado la Reina tía Felipa Artigas, o tía Petrona Durán, o tía María del Rosario, la mejor pastelera, con su vestido de rango, su manta de punto, su collar de cuentas blancas o su cadena de oro luciendo en el cuello de azabache; y las princesas y camareras por el estilo. Y la gente entra y sale a la sala a ver los Reyes... Era la fiesta popular de los Reyes... Después, ilusiones adiós, y volvamos al fregado, cambiando el manto y la diadema y las charreteras y el elástico, por el rebozo, la chaqueta vieja, la escoba y la tipa de la plaza o la Recoba.» (Isidoro de María, “Tradiciones y recuerdos”, Montevideo Antiguo, Libro Segundo, Montevideo, 1888, págs. 170-171) Los ritos funerarios Los ritos funerarios se realizaban en las salas de nación y estaban perfectamente organizados. En las ceremonias fúnebres se hacían presentes miembros de todas las sociedades o naciones con el objeto de velar. Estos se fueron perdiendo pero no desaparecieron de un año para el otro, sino que se trató de un proceso de desacreditación de las tradiciones y costumbres propias de sus mayores que casi a diario sufrían los descendientes de africanos, incluso de parte de ciertos sectores del colectivo afrouruguayo que fue asimilando las costumbres de la sociedad de origen europeo. Respecto de la religiosidad africana, se ha repetido que los afro-orientales se circunscribieron exclusivamente a la adoración de las figuras católicas y que los rituales africa- 213
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LA RUTA DEL ESCLAVO EN EL RÍO DE LA PLATA: SU HISTORIA Y SUS CONSECUENCIAS<br />
Oscar Montaño<br />
Otra sa<strong>la</strong> <strong>d<strong>el</strong></strong> pueblo Mahí o Maxí o “<strong>de</strong> los Magises se hal<strong>la</strong>ba <strong>en</strong> <strong>la</strong> calle Can<strong>el</strong>ones<br />
cerca <strong>de</strong> B<strong>la</strong>nes”, según <strong>el</strong> testimonio que Pereda Valdés obtuvo <strong>d<strong>el</strong></strong> anciano<br />
Carlos Baiz. (Pereda Valdés, “Negros esc<strong>la</strong>vos y negros libres”, pág. 94)<br />
Un 6 <strong>de</strong> <strong>en</strong>ero <strong>de</strong> fines <strong>de</strong> <strong>la</strong> década <strong>de</strong> 1820 es <strong>de</strong>scrito por De María d<strong>en</strong>tro <strong>de</strong> lo<br />
que él titu<strong>la</strong> “Los Candombes 1808-1829”:<br />
«¡Oh! <strong>en</strong> ese día regía fiesta, era lo que había que ver.<br />
-Vamos a los Reyes, a <strong>la</strong>s sa<strong>la</strong>s <strong>de</strong> los B<strong>en</strong>gu<strong>el</strong>as, <strong>de</strong> los Congos y <strong>de</strong>más por <strong>el</strong> barrio<br />
<strong>d<strong>el</strong></strong> Sur, era <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong> ord<strong>en</strong> <strong>d<strong>el</strong></strong> ama <strong>de</strong> casa, y aprónt<strong>en</strong>se muchachas; y los<br />
chicos saltaban <strong>de</strong> cont<strong>en</strong>tos (...) Y los cortejantes y curiosos no se <strong>de</strong>scuidaban <strong>en</strong> ir<br />
a hacer acto <strong>de</strong> pres<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> <strong>el</strong> punto <strong>de</strong> reunión, pues, a ver los tronos y <strong>el</strong> candombe.<br />
Cada nación echaba <strong>el</strong> resto <strong>en</strong> <strong>la</strong> compostura <strong>de</strong> <strong>su</strong> sa<strong>la</strong>; y no hay que hab<strong>la</strong>r <strong>de</strong><br />
<strong>la</strong> vestim<strong>en</strong>ta <strong>de</strong> los tíos y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tías, como para pres<strong>en</strong>tarse <strong>en</strong> <strong>la</strong> corte y hacer los<br />
honores a <strong>su</strong> Majestad conga, cambimba o mozambique.<br />
<strong>La</strong>s amas y <strong>la</strong>s amitas <strong>de</strong> bu<strong>en</strong>a pasta, se esmeraban <strong>en</strong> ataviar a <strong>la</strong> Reina y a <strong>la</strong>s<br />
princesas, proporcionándoles vestidos, blondas, cinturones, col<strong>la</strong>res, col<strong>la</strong>res y tantas<br />
cosas...<br />
Los tíos ag<strong>en</strong>ciaban <strong>su</strong>s casacas, calzones, levitas, aunque fues<strong>en</strong> color ratón p<strong>el</strong>ado,<br />
corbatines, <strong>el</strong>ástico, galera alta, y por fin, cuanto podían para vestir <strong>de</strong> corte.»<br />
(Isidoro <strong>de</strong> María, “Tradiciones y recuerdos”, Montevi<strong>de</strong>o Antiguo, Libro Segundo,<br />
Montevi<strong>de</strong>o, 1888, pág. 170)<br />
“En cada sa<strong>la</strong> un trono, con <strong>su</strong> cortinaje y <strong>el</strong> altar <strong>de</strong> San Antonio o San Baltasar, y<br />
<strong>el</strong> p<strong>la</strong>tillo a <strong>la</strong> <strong>en</strong>trada para los cobres o pesetas, con <strong>el</strong> capitán guardián <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
puerta y <strong>de</strong> <strong>la</strong> colecta.<br />
En <strong>el</strong> trono aparecían s<strong>en</strong>tados con mucha gravedad, <strong>el</strong> Rey tío Francisco Si<strong>en</strong>ra, o<br />
tío José Vidal, o tío Antonio Pago<strong>la</strong>, con <strong>su</strong> par <strong>de</strong> charreteras, <strong>su</strong> casaca galoneada<br />
y <strong>su</strong> calzón b<strong>la</strong>nco con franja, y <strong>su</strong>s colgajos con honores y <strong>de</strong>coraciones sobre <strong>el</strong><br />
pecho. A <strong>su</strong> <strong>la</strong>do <strong>la</strong> Reina tía F<strong>el</strong>ipa Artigas, o tía Petrona Durán, o tía María <strong>d<strong>el</strong></strong><br />
Rosario, <strong>la</strong> mejor past<strong>el</strong>era, con <strong>su</strong> vestido <strong>de</strong> rango, <strong>su</strong> manta <strong>de</strong> punto, <strong>su</strong> col<strong>la</strong>r<br />
<strong>de</strong> cu<strong>en</strong>tas b<strong>la</strong>ncas o <strong>su</strong> cad<strong>en</strong>a <strong>de</strong> oro luci<strong>en</strong>do <strong>en</strong> <strong>el</strong> cu<strong>el</strong>lo <strong>de</strong> azabache; y <strong>la</strong>s<br />
princesas y camareras por <strong>el</strong> estilo.<br />
Y <strong>la</strong> g<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tra y sale a <strong>la</strong> sa<strong>la</strong> a ver los Reyes... Era <strong>la</strong> fiesta popu<strong>la</strong>r <strong>de</strong> los Reyes...<br />
Después, ilusiones adiós, y volvamos al fregado, cambiando <strong>el</strong> manto y <strong>la</strong> dia<strong>de</strong>ma<br />
y <strong>la</strong>s charreteras y <strong>el</strong> <strong>el</strong>ástico, por <strong>el</strong> rebozo, <strong>la</strong> chaqueta vieja, <strong>la</strong> escoba y <strong>la</strong> tipa <strong>de</strong><br />
<strong>la</strong> p<strong>la</strong>za o <strong>la</strong> Recoba.» (Isidoro <strong>de</strong> María, “Tradiciones y recuerdos”, Montevi<strong>de</strong>o<br />
Antiguo, Libro Segundo, Montevi<strong>de</strong>o, 1888, págs. 170-171)<br />
Los ritos funerarios<br />
Los ritos funerarios se realizaban <strong>en</strong> <strong>la</strong>s sa<strong>la</strong>s <strong>de</strong> nación y estaban perfectam<strong>en</strong>te organizados.<br />
En <strong>la</strong>s ceremonias fúnebres se hacían pres<strong>en</strong>tes miembros <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s socieda<strong>de</strong>s o naciones con <strong>el</strong><br />
objeto <strong>de</strong> v<strong>el</strong>ar. Estos se fueron perdi<strong>en</strong>do pero no <strong>de</strong>saparecieron <strong>de</strong> un año para <strong>el</strong> otro, sino que se<br />
trató <strong>de</strong> un proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>sacreditación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tradiciones y costumbres propias <strong>de</strong> <strong>su</strong>s mayores que<br />
casi a diario <strong>su</strong>frían los <strong>de</strong>sc<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes <strong>de</strong> africanos, incluso <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> ciertos sectores <strong>d<strong>el</strong></strong> colectivo<br />
afrouruguayo que fue asimi<strong>la</strong>ndo <strong>la</strong>s costumbres <strong>de</strong> <strong>la</strong> sociedad <strong>de</strong> orig<strong>en</strong> europeo.<br />
Respecto <strong>de</strong> <strong>la</strong> r<strong>el</strong>igiosidad africana, se ha repetido que los afro-ori<strong>en</strong>tales se<br />
circunscribieron exclusivam<strong>en</strong>te a <strong>la</strong> adoración <strong>de</strong> <strong>la</strong>s figuras católicas y que los rituales africa-<br />
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