La Ruta del Esclavo en el Río de la Plata: su ... - unesdoc - Unesco

La Ruta del Esclavo en el Río de la Plata: su ... - unesdoc - Unesco La Ruta del Esclavo en el Río de la Plata: su ... - unesdoc - Unesco

unesdoc.unesco.org
from unesdoc.unesco.org More from this publisher
26.04.2013 Views

192 Los africanos esclavizados tenían prohibidas manifestaciones religiosas propias o autóctonas pues los blancos, además de considerarlas paganas, eran conscientes de la fuerza que imprimían. Bien sabían los “amos” que la religión daba al africano la confianza imprescindible para alcanzar la ansiada libertad. Percibían que en esas reuniones se recuperaba la esencia africana, motivo de orgullo e insubordinación. Por causa de la persecución y prohibición de que fueron objeto, muchas veces debieron camuflar esa expresión de vida con santos católicos. Mimetizaron sus divinidades, sus orixás, en imágenes de santos que les eran permitidos, para adorar a sus dioses. Esta fue una práctica permanente entre los africanos en toda América. La fuerza espiritual-religiosa es una de las causas que permitió al africano enfrentar lo amargo de su realidad, permitiéndole recuperarse y convertirse, muchas veces, en uno más de la sociedad que lo esclavizaba, aunque sin llegar a quebrarlo. (Oscar D. Montaño, “Umkhonto, Historia del aporte negro-africano en la formación del Uruguay”, 1997, pág. 212) Salas de Nación La vida del Montevideo colonial y del período posterior era más mística, activa y compleja de lo que generalmente se ha sostenido. Basta decir que no menos de veinte pueblos africanos tuvieron en el territorio oriental, sobre todo en Montevideo, una actividad propia espiritualmente diferenciada entre ellos, respondiendo a cada creencia y costumbre. Cada pueblo africano tenía su forma de comunicarse con sus deidades o con sus ancestros mediante rituales específicos. Las salas se caracterizaban por ser el espacio donde volcaban sus sentimientos, lugar donde se manifestaba el vestigio con que contaba cada pueblo. Eran sitios humildes, por ser característica ancestral la veneración sencilla de los africanos con sus entidades. En las salas de nación se desarrollaban las actividades sociales de los africanos o allí se planeaban y organizaban. Eran los sitios que reconocían sus propios componentes como sedes madre, donde se trataba de resolver toda suerte de conflicto entre componentes de esa nación o de miembros de ella con los de otra sala. Allí se alentaba la vida, se encontraba consuelo y comprensión. Cuando se amenazaba “vender” a un componente de esa nación hacia otra ciudad, se realizaba una colecta que posibilitara “comprar” la libertad de ese hermano o hermana para que pudiera quedarse en la ciudad y seguir siendo un miembro de la sala. Si el caso era un funeral, la actitud de solidaridad de los componentes de las diferentes naciones amigas o aliadas estaba presente para ofrecer el apoyo necesario. Dentro de las diferentes salas se desarrollaba a puertas cerradas la ceremonia típica, correspondiente a cada nación africana, la cual no se diferenciaba de las realizadas en su tierra de origen. Eran lugares donde los africanos volvían a ser ellos mismos sin restricciones; y los “amos” desconocían lo que sucedía en esas reuniones. Desde la fuerza que irradiaban las salas de nación, de hechos importantes como eran los casamientos entre “esclavos” o con “libertos”, se iba edificando la resistencia cotidiana donde se lograba la supervivencia del día a día. Las situaciones límite eran sobrellevadas con el canto, la danza, la relación con sus deidades y la mínima vida en pareja que se les permitía. UNESCO SEGUNDO PANEL

LA RUTA DEL ESCLAVO EN EL RÍO DE LA PLATA: SU HISTORIA Y SUS CONSECUENCIAS Es sabido que las parejas en situación de esclavitud fueron menos capaces de engendrar hijos que otras parejas de origen afro en situación de libres. (Ernesto Mario Campagna, “La población esclava en ciudades puertos del Río de la Plata: Estructura y dinámica demográfica en Montevideo 1750-1830”, CEDHAL, San Pablo, Brasil, 1989) No obstante, alentaban la vida porque además de estar implícito en la idiosincrasia del africano, lo empujaba a reforzar la resistencia pensando en el fin de la tragedia y en la esperanza de que sus hijos nacieran libres, como lo expresaran en diferentes cantos como el de “Compañelo di Candombe” de 1834. No se sabe cuántas mujeres habrán optado por no tener hijos para evitarles que tuvieran que vivir la realidad que ellas sufrían. O cuántas se negarían a engendrar más hijos para que el niño o niña no pasara por las humillaciones que ella vivía. Por eso era baja la natalidad entre la población esclava. El número de pardos y mulatos ha sido alto en la población montevideana (“Umkhonto…”, págs. 120-121), si bien en repetidas ocasiones no se hace alusión al porcentaje en censos, se los incluía como población “esclava”, en general. Escribió Lino Suárez Peña: Sobre las Salas de Nación Oscar Montaño “Se organizaron las naciones, contrivullendo cada uno con sus escasos recursos pecuniarios, lo que le permite reunir el capital suficiente que demanda la adquisición de los sitios, que asi le llamaban a los lugares donde se ubicaban sus salas. Las que en mayoria se encontraban hacia el lado sud de la ciudad. Cada nacion representaba las distintas regiones de Africa a que pertenecían sus componentes; sus costumbres eran análogas, no existian entre ambas... esas represalias antagónicas que destruyen dentro de la generación atual, cuanta iniciativa laudable se pone en tela de juicio, encaminada hacia elevar a los elementos de su raza al justo puesto (...) Los unía estrechos lasos de fraternal mutualismo; cuando un hijo de la sala tal, o cual, caía en estado de enfermedad, eran todos a reparar la situación económica del paciente, durante el tiempo que permanecia privado de su acción”. (Oscar D. Montaño, “Umkhonto: Historia del aporte negro-africano en la formación del Uruguay”, 1997, pág. 67) En 1805 Ruiz Huidobro, con la intención de seguir de cerca “la naturaleza y el desarrollo formal” de las reuniones donde se efectuaban las ceremonias, ordenó que el “sargento mayor interino” Juan Antonio Martínez se constituyese en la casa que los africanos y sus descendientes tenían alquilada al efecto y de sus observaciones le informara “de las malas resultas que puedan tener tales juntas con lo demás que crea condusente sobre el particular”. Cumpliendo la orden el sargento mayor redactaba días más tarde el informe que a continuación transcribimos: “Sr. Gobernador. –(...) digo: que habiendo tomado algunas noticias del modo cómo los negros celebran sus juntas, me han informado que entre ellos tienen nombrados todos los empleos hasta el de Rey, y en el caso de mudar algunos de éstos por su mal 193

LA RUTA DEL ESCLAVO EN EL RÍO DE LA PLATA: SU HISTORIA Y SUS CONSECUENCIAS<br />

Es sabido que <strong>la</strong>s parejas <strong>en</strong> situación <strong>de</strong> esc<strong>la</strong>vitud fueron m<strong>en</strong>os capaces <strong>de</strong> <strong>en</strong>g<strong>en</strong>drar<br />

hijos que otras parejas <strong>de</strong> orig<strong>en</strong> afro <strong>en</strong> situación <strong>de</strong> libres. (Ernesto Mario Campagna, “<strong>La</strong><br />

pob<strong>la</strong>ción esc<strong>la</strong>va <strong>en</strong> ciuda<strong>de</strong>s puertos <strong>d<strong>el</strong></strong> <strong>Río</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> P<strong>la</strong>ta: Estructura y dinámica <strong>de</strong>mográfica <strong>en</strong><br />

Montevi<strong>de</strong>o 1750-1830”, CEDHAL, San Pablo, Brasil, 1989)<br />

No obstante, al<strong>en</strong>taban <strong>la</strong> vida porque a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> estar implícito <strong>en</strong> <strong>la</strong> idiosincrasia <strong>d<strong>el</strong></strong><br />

africano, lo empujaba a reforzar <strong>la</strong> resist<strong>en</strong>cia p<strong>en</strong>sando <strong>en</strong> <strong>el</strong> fin <strong>de</strong> <strong>la</strong> tragedia y <strong>en</strong> <strong>la</strong> esperanza<br />

<strong>de</strong> que <strong>su</strong>s hijos nacieran libres, como lo expresaran <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes cantos como <strong>el</strong> <strong>de</strong> “Compañ<strong>el</strong>o<br />

di Candombe” <strong>de</strong> 1834.<br />

No se sabe cuántas mujeres habrán optado por no t<strong>en</strong>er hijos para evitarles que tuvieran<br />

que vivir <strong>la</strong> realidad que <strong>el</strong><strong>la</strong>s <strong>su</strong>frían. O cuántas se negarían a <strong>en</strong>g<strong>en</strong>drar más hijos para que <strong>el</strong><br />

niño o niña no pasara por <strong>la</strong>s humil<strong>la</strong>ciones que <strong>el</strong><strong>la</strong> vivía. Por eso era baja <strong>la</strong> natalidad <strong>en</strong>tre <strong>la</strong><br />

pob<strong>la</strong>ción esc<strong>la</strong>va.<br />

El número <strong>de</strong> pardos y mu<strong>la</strong>tos ha sido alto <strong>en</strong> <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción montevi<strong>de</strong>ana<br />

(“Umkhonto…”, págs. 120-121), si bi<strong>en</strong> <strong>en</strong> repetidas ocasiones no se hace alusión al porc<strong>en</strong>taje<br />

<strong>en</strong> c<strong>en</strong>sos, se los incluía como pob<strong>la</strong>ción “esc<strong>la</strong>va”, <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral.<br />

Escribió Lino Suárez Peña:<br />

Sobre<br />

<strong>la</strong>s Sa<strong>la</strong>s<br />

<strong>de</strong> Nación<br />

Oscar Montaño<br />

“Se organizaron <strong>la</strong>s naciones, contrivull<strong>en</strong>do cada uno con <strong>su</strong>s escasos recursos<br />

pecuniarios, lo que le permite reunir <strong>el</strong> capital <strong>su</strong>fici<strong>en</strong>te que <strong>de</strong>manda <strong>la</strong><br />

adquisición <strong>de</strong> los sitios, que asi le l<strong>la</strong>maban a los lugares don<strong>de</strong> se ubicaban <strong>su</strong>s<br />

sa<strong>la</strong>s. <strong>La</strong>s que <strong>en</strong> mayoria se <strong>en</strong>contraban hacia <strong>el</strong> <strong>la</strong>do <strong>su</strong>d <strong>de</strong> <strong>la</strong> ciudad. Cada<br />

nacion repres<strong>en</strong>taba <strong>la</strong>s distintas regiones <strong>de</strong> Africa a que pert<strong>en</strong>ecían <strong>su</strong>s compon<strong>en</strong>tes;<br />

<strong>su</strong>s costumbres eran análogas, no existian <strong>en</strong>tre ambas... esas represalias<br />

antagónicas que <strong>de</strong>struy<strong>en</strong> d<strong>en</strong>tro <strong>de</strong> <strong>la</strong> g<strong>en</strong>eración atual, cuanta iniciativa <strong>la</strong>udable<br />

se pone <strong>en</strong> t<strong>el</strong>a <strong>de</strong> juicio, <strong>en</strong>caminada hacia <strong>el</strong>evar a los <strong>el</strong>em<strong>en</strong>tos <strong>de</strong> <strong>su</strong> raza al<br />

justo puesto (...) Los unía estrechos <strong>la</strong>sos <strong>de</strong> fraternal mutualismo; cuando un hijo<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> sa<strong>la</strong> tal, o cual, caía <strong>en</strong> estado <strong>de</strong> <strong>en</strong>fermedad, eran todos a reparar <strong>la</strong> situación<br />

económica <strong>d<strong>el</strong></strong> paci<strong>en</strong>te, durante <strong>el</strong> tiempo que permanecia privado <strong>de</strong> <strong>su</strong><br />

acción”. (Oscar D. Montaño, “Umkhonto: Historia <strong>d<strong>el</strong></strong> aporte negro-africano <strong>en</strong><br />

<strong>la</strong> formación <strong>d<strong>el</strong></strong> Uruguay”, 1997, pág. 67)<br />

En 1805 Ruiz Huidobro, con <strong>la</strong> int<strong>en</strong>ción <strong>de</strong> seguir <strong>de</strong> cerca “<strong>la</strong> naturaleza y <strong>el</strong><br />

<strong>de</strong>sarrollo formal” <strong>de</strong> <strong>la</strong>s reuniones don<strong>de</strong> se efectuaban <strong>la</strong>s ceremonias, ord<strong>en</strong>ó<br />

que <strong>el</strong> “sarg<strong>en</strong>to mayor interino” Juan Antonio Martínez se constituyese <strong>en</strong> <strong>la</strong> casa<br />

que los africanos y <strong>su</strong>s <strong>de</strong>sc<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes t<strong>en</strong>ían alqui<strong>la</strong>da al efecto y <strong>de</strong> <strong>su</strong>s observaciones<br />

le informara “<strong>de</strong> <strong>la</strong>s ma<strong>la</strong>s re<strong>su</strong>ltas que puedan t<strong>en</strong>er tales juntas con lo <strong>de</strong>más<br />

que crea condus<strong>en</strong>te sobre <strong>el</strong> particu<strong>la</strong>r”.<br />

Cumpli<strong>en</strong>do <strong>la</strong> ord<strong>en</strong> <strong>el</strong> sarg<strong>en</strong>to mayor redactaba días más tar<strong>de</strong> <strong>el</strong> informe que a<br />

continuación transcribimos:<br />

“Sr. Gobernador. –(...) digo: que habi<strong>en</strong>do tomado algunas noticias <strong>d<strong>el</strong></strong> modo cómo<br />

los negros c<strong>el</strong>ebran <strong>su</strong>s juntas, me han informado que <strong>en</strong>tre <strong>el</strong>los ti<strong>en</strong><strong>en</strong> nombrados<br />

todos los empleos hasta <strong>el</strong> <strong>de</strong> Rey, y <strong>en</strong> <strong>el</strong> caso <strong>de</strong> mudar algunos <strong>de</strong> éstos por <strong>su</strong> mal<br />

193

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!