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190 Banguela.- Nganguela.- Manguela.- Guisamá.- Mozambique.- Maquá.- Zulú.- Oza (Xhosa).- Quiloa (Africa Oriental).- Muñambuno.- Sin ubicación geográfica confirmada: Mangacha.- Macuva.- Quizambe.- Magumbe.- Calunbo.- Tambam.- Yanban.-Guisanche.- Maconva.- Museno.- Hay que agregar que se trajeron africanos desde Senegal, Sierra Leona, Isla Santo Tomé, Isla Príncipe e Isla Mauricio, sin mencionar el pueblo exacto. Los traídos de Senegal pudieron ser Fulah, Wolof, Malinkés (Mandingas), Sereres. Los de Sierra Leona: Mendé (también se les conoció como Mandingos), Konno, Yalunká, Bulom o Limba. (Oscar D. Montaño, “Yeninyanya. Historia de los afrouruguayos”, 2001, págs. 17-18) Ciudad de Montevideo. Censo de 1812 Calle San Pedro. Total: 1311. Afro: 464. (35%) Calle San Ramón. « 869. Afro: 286. (33%) Calle San Benito. « 508. Afro: 186. (36.5%) Calle San Fernando. « 248. Afro: 166. (67%) Calle Del Pilar. « 86. Afro: 42. (49%) (Archivo General de la Nación, Libro de Padrones Nº 249.) Calle San Francisco. Total: 663. Afro: 188. Calle San Joaquin. « 748. « 271. Calle San Felipe. Calle San Fernando « 813. « 299. y Pilar. « 800. « 208. (Archivo General de la Nación, Libro de Padrones Nº 251.) Total de censados en 1812 de que hay constancia en ambos libros: 6046 personas. De ellos 2110, es decir casi el 35 %, era de origen africano y en su gran mayoría en la condición de esclavos. Historia de la cultura afrouruguaya La afrouruguaya no es una historia sencilla ni fácil de relatar; es mucho el sufrimiento, el oprobio, la humillación que ella trasunta, traspasando la tonalidad de la piel y las épocas, apareciendo continuamente a exigir soluciones. Respuestas que cumplieran las reivindicaciones históricas de un pasado milenario y de una cultura riquísima, del respeto al derecho a ser negro sin discriminaciones. Es grande la deuda que esta tierra tiene con la gente de sangre africana ya que, obligados al principio por propia voluntad y por necesidad luego, fueron la base económica de la Banda Oriental y después de la República. Destinados a los trabajos más pesados, sacrificados e indeseables, desempeñaban todos los oficios manuales en beneficio de sus “dueños”. También la agricultura y la ganadería los tuvo como su principal fuerza de trabajo. No había actividad manual, de fuerza, que no realizaran. UNESCO SEGUNDO PANEL
LA RUTA DEL ESCLAVO EN EL RÍO DE LA PLATA: SU HISTORIA Y SUS CONSECUENCIAS La tragedia parecía no tener final ya que, además de las circunstancias inhumanas que les tocaba vivir, a las mujeres se las vejaba, “utilizándolas” para iniciar sexualmente a los “señoritos blancos”. A veces los propios “amos” las prostituían, aunque no estaba permitido legalmente. Los innumerables pardos o mulatos que aparecen en los censos se deben en su mayoría a las violaciones constantes de que eran objeto las “esclavas”. Estos hijos casi nunca eran reconocidos por el “padre amo”, ocurriendo que también eran reducidos a la esclavitud; y como domésticas las mujeres negras realizaban todas las labores de la casa. Cada pueblo africano trasladó su bagaje cultural, aunque no trajeron libros ni elementos materiales, pero sí trasmitieron, por ejemplo, por medio de las mujeres-madres, una cultura tradicional diferente a la europea: el papel desempeñado por las ayas o nodrizas quienes, junto con la leche de sus pechos, fueron incorporando en los niños blancos sus cantos, mitos y arrullos, así como la mística de la cultura africana con sus tradiciones y religiosidad. Gran parte de la sociedad de aquella época estaba teñida de un indeleble trazo africano en sus concepciones, creencias y comportamientos, más que ahora, ya que las posteriores oleadas de inmigrantes europeos hicieron más difusa esa influencia. Aunque en aquel momento tampoco era duradera, pues se censuraba todo lo que iba a contramano de lo que pretendía una sociedad considerada “culta”. Etapa por etapa, los africanos se las ingeniaron para intercambiar algún conocimiento, atesorar las tradiciones ancestrales, además de lo que se generaba en las respectivas Salas de Nación, que sirvieron de consuelo en momentos dramáticos. Gracias a la fuerza espiritual, característica de los africanos, lograron sobreponerse a las condiciones terribles que le significaban haber sido traídos a estas tierras cruelmente, separados de sus familias. Su nostalgia e impotencia eran expresadas mediante su arte: música, baile y canto; y como se expresa en “Umkhonto…” (Oscar D. Montaño, “Umkhonto…”, 1997), por rebeliones y fugas perfectamente planeadas y ejecutadas. Estas huidas eran alentadas por la espiritualidad que aun hoy mantienen los africanos. Sin embargo, la historia del africano estuvo a su vez teñida de alegría, toque y canto a pesar de la realidad que debieron enfrentar. En los momentos dramáticos surgía un elemento definido de su personalidad que le permitió sobrevivir; un elemento de protesta y reivindicación: el tambor. En África existe una espiritualidad con diversidad de creencias. La deidad o deidades tiene muchos nombres. Pueden ser seres divinos, héroes convertidos en dioses, pueden estar identificados con la naturaleza, como comúnmente sucede. Pueden descender del cielo o surgir de la tierra. Para los diferentes pueblos africanos, lo que pueden llamarse religiones en realidad son sus formas de vida. Los africanos tienen organizadas sus vidas en forma tradicional en torno de las entidades espirituales. Estas rigen el accionar de la comunidad de acuerdo a los designios de las divinidades. La representación de esa fuerza divina tiene infinidad de maneras de expresarse por medio de la naturaleza, animal y vegetal; por supuesto que el mundo espiritual africano cubre una amplísima gama sobre cómo interpretar e imaginar las divinidades. Oscar Montaño 191
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Hay que agregar que se trajeron africanos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> S<strong>en</strong>egal, Sierra Leona, Is<strong>la</strong> Santo Tomé,<br />
Is<strong>la</strong> Príncipe e Is<strong>la</strong> Mauricio, sin m<strong>en</strong>cionar <strong>el</strong> pueblo exacto. Los traídos <strong>de</strong> S<strong>en</strong>egal pudieron<br />
ser Fu<strong>la</strong>h, Wolof, Malinkés (Mandingas), Sereres. Los <strong>de</strong> Sierra Leona: M<strong>en</strong>dé (también se les<br />
conoció como Mandingos), Konno, Yalunká, Bulom o Limba. (Oscar D. Montaño, “Y<strong>en</strong>inyanya.<br />
Historia <strong>de</strong> los afrouruguayos”, 2001, págs. 17-18)<br />
Ciudad <strong>de</strong> Montevi<strong>de</strong>o. C<strong>en</strong>so <strong>de</strong> 1812<br />
Calle San Pedro. Total: 1311. Afro: 464. (35%)<br />
Calle San Ramón. « 869. Afro: 286. (33%)<br />
Calle San B<strong>en</strong>ito. « 508. Afro: 186. (36.5%)<br />
Calle San Fernando. « 248. Afro: 166. (67%)<br />
Calle D<strong>el</strong> Pi<strong>la</strong>r. « 86. Afro: 42. (49%)<br />
(Archivo G<strong>en</strong>eral <strong>de</strong> <strong>la</strong> Nación, Libro <strong>de</strong> Padrones Nº 249.)<br />
Calle San Francisco. Total: 663. Afro: 188.<br />
Calle San Joaquin. « 748. « 271.<br />
Calle San F<strong>el</strong>ipe.<br />
Calle San Fernando<br />
« 813. « 299.<br />
y Pi<strong>la</strong>r. « 800. « 208.<br />
(Archivo G<strong>en</strong>eral <strong>de</strong> <strong>la</strong> Nación, Libro <strong>de</strong> Padrones Nº 251.)<br />
Total <strong>de</strong> c<strong>en</strong>sados <strong>en</strong> 1812 <strong>de</strong> que hay constancia <strong>en</strong> ambos libros:<br />
6046 personas. De <strong>el</strong>los 2110, es <strong>de</strong>cir casi <strong>el</strong> 35 %, era <strong>de</strong> orig<strong>en</strong> africano y <strong>en</strong> <strong>su</strong><br />
gran mayoría <strong>en</strong> <strong>la</strong> condición <strong>de</strong> esc<strong>la</strong>vos.<br />
Historia <strong>de</strong> <strong>la</strong> cultura afrouruguaya<br />
<strong>La</strong> afrouruguaya no es una historia s<strong>en</strong>cil<strong>la</strong> ni fácil <strong>de</strong> r<strong>el</strong>atar; es mucho <strong>el</strong> <strong>su</strong>frimi<strong>en</strong>to, <strong>el</strong><br />
oprobio, <strong>la</strong> humil<strong>la</strong>ción que <strong>el</strong><strong>la</strong> tra<strong>su</strong>nta, traspasando <strong>la</strong> tonalidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> pi<strong>el</strong> y <strong>la</strong>s épocas, apareci<strong>en</strong>do<br />
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un pasado mil<strong>en</strong>ario y <strong>de</strong> una cultura riquísima, <strong>d<strong>el</strong></strong> respeto al <strong>de</strong>recho a ser negro sin discriminaciones.<br />
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Destinados a los trabajos más pesados, sacrificados e in<strong>de</strong>seables, <strong>de</strong>sempeñaban todos<br />
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como <strong>su</strong> principal fuerza <strong>de</strong> trabajo. No había actividad manual, <strong>de</strong> fuerza, que no realizaran.<br />
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