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26.04.2013 Views

LA RUTA DEL ESCLAVO EN EL RÍO DE LA PLATA: SU HISTORIA Y SUS CONSECUENCIAS Este folclore incluye cuentos maravillosos y morales, relatos de carácter humorístico, cuentos de amor, fábulas, etcétera. En sus expresiones el animal más débil y pequeño vence al más fuerte. Triunfa la sagacidad sobre la fuerza bruta o la estupidez. El caracol o la rana derrotan al venado; el camaleón al elefante; la tortuga al antílope. Respecto de la escritura los africanos no eran ágrafos. Expresaban todos los proverbios con signos. Las lenguas negroafricanas comprenden las sudanesas, las nilóticas, las semibantú de la selva africana occidental, las bantú habladas desde el Ecuador al Cabo. Estas últimas constituían el grupo más importante. El término bantu o bantú designa un importante sector de la población negroafricana que se refiere al parentesco existente entre los lenguajes de la mayoría de las poblaciones negras asentadas en el África central y meridional. O sea, que suele entenderse por bantús a un conjunto de pueblos y tribus que sólo presentan afinidades idiomáticas. La creencia religiosa del africano es tan coherente que en ella se encuentra el verdadero sentido de la humanidad. Sus doctrinas serán fuente de surgimiento de religiones sincréticas afroamerindias en América. Otro aspecto que lo caracteriza es el de la solidaridad. El africano es un ser fraterno, naturalmente afectuoso, ya sea entre hermanos o entre quienes se tratan como tales. Para él la palabra es una especie de organismo vivo. No se falta a la palabra dada. Entre las sociedades africanas esto implica un alto concepto de la dignidad. También dan importancia a la persuasión de la palabra; ella es la que golpea, acaricia, convence o rechaza. El esclavizado africano y su supervivencia Después del descubrimiento de América asistimos al despegue de Europa, que por diver- sos factores encadenados coincidirá con un general hundimiento africano. Estos factores fueron: Tomás Olivera Chirimini — el descubrimiento de América, — los progresos tecnológicos y — la polarización del comercio hacia el Nuevo Mundo. El descubrimiento de América, con la consecuente formación de plantaciones en constante expansión determinó para África la trata de esclavos. Es paradójico el hecho de que durante el período de mayor postración para África, su cultura y su forma de ser hubiera de irradiar lejos del continente. Ese trasplante trajo aparejada varias consecuencias: El negro africano estuvo entre los fundadores de ciudades que se crearon durante el tiempo de la trata y hoy son las principales de México, América Central, las Antillas y el hemisferio Sur. Durante los tres primeros siglos de la trata desembarcaron en América más africanos que europeos, llegando a afirmarse que la obra de la colonización fue una empresa afro-europea. 167

168 Durante ese tiempo, la corriente esclavista fue enorme, no se detuvo en ningún momento y llegó a todas partes. No hubo lugar donde los esclavizados no llegaran; no hubo actividad que no aprendieran. Fueron plateros, capataces de indios, artesanos, constructores, forjadores de hierro, soldados, agricultores, etcétera. La participación del negro en la emancipación de América Latina en general es ignorada. Sin embargo, las investigaciones contemporáneas han revelado una sucesión impresionante de sublevaciones de esclavizados, anteriores a la independencia; así como se han dado a conocer acontecimientos de la revolución de Haití y su influencia en el pensamiento de Simón Bolívar y posteriormente, la acción directa y efectiva de contingentes negros en las tropas de Colombia, en las proezas de Artigas y en la de los Treinta y Tres Orientales o de los Regimientos de Pardos y Morenos, tanto en la Banda Oriental como en la vecina orilla y en la liberación de Perú y Chile. Otra consecuencia de ese trasplante puede hallarse en la gestación de una cultura afroamericana, extraordinariamente diversa en calidad, en vitalidad, en pureza o en hibridación. En las nuevas tierras, al esclavizado africano no se le ofrecía la oportunidad de rehacer sus valores y sus sistemas de vida, su orden, su familia, su gobierno, sus lenguas, sus creencias y sus prácticas religiosas, sino que se los aislaba, se los separaba, se buscaba quebrar los lazos comunes con sus aldeas y sus familias para una rápida y completa asimilación de sus nuevos lugares de destino. Este proceso radical de desculturación presentó diversas modalidades de ejecución según el lugar y los sistemas de trabajo. A pesar de los tremendos padecimientos que tuvo que afrontar y soportar el negro esclavizado, con su fuerza espiritual se las ingenió para sobrevivir y conservar su nativa originalidad. Cuando tuvo una hora de libertad, esa hora se convirtió en danza, en música, en canción. Sus danzas dejaron su influencia a lo largo y ancho de las tres Américas, pudiendo afirmarse que casi todos los bailes populares modernos tienen una marcada raíz negra. Los bantúes han constituido, sobre todo en ciertas épocas, el elemento dominante de la población esclavizada americana. Su folclore se ha conservado de Norte a Sur en todo el continente americano. La música desempeñó un papel importante en el fenómeno de adaptación del africano a las nuevas formas de vida en el nuevo continente. Esa música originaria se transformó en poderoso foco de dispersión de influencias africanas. El negro conservó en América sus cantos rituales, sostenidos por los restos lingüísticos transportados a las nuevas tierras, y por medio de formas de vida urbana en las que el negro participara se fueron introduciendo peculiaridades en el hacer y decir musicales que terminaron por caracterizar las músicas y danzas de los pueblos latinoamericanos. Como consecuencia de las peculiares actitudes del africano y sus descendientes y de las condiciones que el sistema esclavista imponía al negro, desde el punto de vista social, la presencia de África en América se ha mantenido y a lo largo del tiempo no ha dejado de mestizarse, de transformarse y reelaborarse. El esclavizado en América depositó sus culturas y se nutrió con las raíces propias que sembraron en una tierra nueva. Su presencia, evidente a través de estudios arqueológicos, etnográficos, etnológicos e históricos, certifica que no sólo fueron la fuerza de trabajo con que UNESCO SEGUNDO PANEL

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Durante ese tiempo, <strong>la</strong> corri<strong>en</strong>te esc<strong>la</strong>vista fue <strong>en</strong>orme, no se <strong>de</strong>tuvo <strong>en</strong> ningún mom<strong>en</strong>to y<br />

llegó a todas partes. No hubo lugar don<strong>de</strong> los esc<strong>la</strong>vizados no llegaran; no hubo actividad que<br />

no apr<strong>en</strong>dieran. Fueron p<strong>la</strong>teros, capataces <strong>de</strong> indios, artesanos, constructores, forjadores <strong>de</strong><br />

hierro, soldados, agricultores, etcétera.<br />

<strong>La</strong> participación <strong>d<strong>el</strong></strong> negro <strong>en</strong> <strong>la</strong> emancipación <strong>de</strong> América <strong>La</strong>tina <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral es ignorada.<br />

Sin embargo, <strong>la</strong>s investigaciones contemporáneas han rev<strong>el</strong>ado una <strong>su</strong>cesión impresionante <strong>de</strong><br />

<strong>su</strong>blevaciones <strong>de</strong> esc<strong>la</strong>vizados, anteriores a <strong>la</strong> in<strong>de</strong>p<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia; así como se han dado a conocer<br />

acontecimi<strong>en</strong>tos <strong>de</strong> <strong>la</strong> revolución <strong>de</strong> Haití y <strong>su</strong> influ<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> <strong>el</strong> p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to <strong>de</strong> Simón Bolívar<br />

y posteriorm<strong>en</strong>te, <strong>la</strong> acción directa y efectiva <strong>de</strong> conting<strong>en</strong>tes negros <strong>en</strong> <strong>la</strong>s tropas <strong>de</strong> Colombia,<br />

<strong>en</strong> <strong>la</strong>s proezas <strong>de</strong> Artigas y <strong>en</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong> los Treinta y Tres Ori<strong>en</strong>tales o <strong>de</strong> los Regimi<strong>en</strong>tos <strong>de</strong> Pardos<br />

y Mor<strong>en</strong>os, tanto <strong>en</strong> <strong>la</strong> Banda Ori<strong>en</strong>tal como <strong>en</strong> <strong>la</strong> vecina oril<strong>la</strong> y <strong>en</strong> <strong>la</strong> liberación <strong>de</strong> Perú y<br />

Chile.<br />

Otra consecu<strong>en</strong>cia <strong>de</strong> ese trasp<strong>la</strong>nte pue<strong>de</strong> hal<strong>la</strong>rse <strong>en</strong> <strong>la</strong> gestación <strong>de</strong> una cultura<br />

afroamericana, extraordinariam<strong>en</strong>te diversa <strong>en</strong> calidad, <strong>en</strong> vitalidad, <strong>en</strong> pureza o <strong>en</strong> hibridación.<br />

En <strong>la</strong>s nuevas tierras, al esc<strong>la</strong>vizado africano no se le ofrecía <strong>la</strong> oportunidad <strong>de</strong> rehacer <strong>su</strong>s<br />

valores y <strong>su</strong>s sistemas <strong>de</strong> vida, <strong>su</strong> ord<strong>en</strong>, <strong>su</strong> familia, <strong>su</strong> gobierno, <strong>su</strong>s l<strong>en</strong>guas, <strong>su</strong>s cre<strong>en</strong>cias y <strong>su</strong>s<br />

prácticas r<strong>el</strong>igiosas, sino que se los ais<strong>la</strong>ba, se los separaba, se buscaba quebrar los <strong>la</strong>zos comunes<br />

con <strong>su</strong>s al<strong>de</strong>as y <strong>su</strong>s familias para una rápida y completa asimi<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> <strong>su</strong>s nuevos lugares <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>stino.<br />

Este proceso radical <strong>de</strong> <strong>de</strong>sculturación pres<strong>en</strong>tó diversas modalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ejecución según<br />

<strong>el</strong> lugar y los sistemas <strong>de</strong> trabajo. A pesar <strong>de</strong> los trem<strong>en</strong>dos pa<strong>de</strong>cimi<strong>en</strong>tos que tuvo que afrontar<br />

y soportar <strong>el</strong> negro esc<strong>la</strong>vizado, con <strong>su</strong> fuerza espiritual se <strong>la</strong>s ing<strong>en</strong>ió para sobrevivir y conservar<br />

<strong>su</strong> nativa originalidad. Cuando tuvo una hora <strong>de</strong> libertad, esa hora se convirtió <strong>en</strong> danza, <strong>en</strong><br />

música, <strong>en</strong> canción. Sus danzas <strong>de</strong>jaron <strong>su</strong> influ<strong>en</strong>cia a lo <strong>la</strong>rgo y ancho <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tres Américas,<br />

pudi<strong>en</strong>do afirmarse que casi todos los bailes popu<strong>la</strong>res mo<strong>de</strong>rnos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una marcada raíz negra.<br />

Los bantúes han constituido, sobre todo <strong>en</strong> ciertas épocas, <strong>el</strong> <strong>el</strong>em<strong>en</strong>to dominante <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

pob<strong>la</strong>ción esc<strong>la</strong>vizada americana. Su folclore se ha conservado <strong>de</strong> Norte a Sur <strong>en</strong> todo <strong>el</strong> contin<strong>en</strong>te<br />

americano. <strong>La</strong> música <strong>de</strong>sempeñó un pap<strong>el</strong> importante <strong>en</strong> <strong>el</strong> f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o <strong>de</strong> adaptación <strong>d<strong>el</strong></strong><br />

africano a <strong>la</strong>s nuevas formas <strong>de</strong> vida <strong>en</strong> <strong>el</strong> nuevo contin<strong>en</strong>te. Esa música originaria se transformó<br />

<strong>en</strong> po<strong>de</strong>roso foco <strong>de</strong> dispersión <strong>de</strong> influ<strong>en</strong>cias africanas. El negro conservó <strong>en</strong> América <strong>su</strong>s<br />

cantos rituales, sost<strong>en</strong>idos por los restos lingüísticos transportados a <strong>la</strong>s nuevas tierras, y por<br />

medio <strong>de</strong> formas <strong>de</strong> vida urbana <strong>en</strong> <strong>la</strong>s que <strong>el</strong> negro participara se fueron introduci<strong>en</strong>do peculiarida<strong>de</strong>s<br />

<strong>en</strong> <strong>el</strong> hacer y <strong>de</strong>cir musicales que terminaron por caracterizar <strong>la</strong>s músicas y danzas <strong>de</strong><br />

los pueblos <strong>la</strong>tinoamericanos.<br />

Como consecu<strong>en</strong>cia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s peculiares actitu<strong>de</strong>s <strong>d<strong>el</strong></strong> africano y <strong>su</strong>s <strong>de</strong>sc<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

condiciones que <strong>el</strong> sistema esc<strong>la</strong>vista imponía al negro, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>el</strong> punto <strong>de</strong> vista social, <strong>la</strong> pres<strong>en</strong>cia<br />

<strong>de</strong> África <strong>en</strong> América se ha mant<strong>en</strong>ido y a lo <strong>la</strong>rgo <strong>d<strong>el</strong></strong> tiempo no ha <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> mestizarse, <strong>de</strong><br />

transformarse y re<strong>el</strong>aborarse.<br />

El esc<strong>la</strong>vizado <strong>en</strong> América <strong>de</strong>positó <strong>su</strong>s culturas y se nutrió con <strong>la</strong>s raíces propias que<br />

sembraron <strong>en</strong> una tierra nueva. Su pres<strong>en</strong>cia, evid<strong>en</strong>te a través <strong>de</strong> estudios arqueológicos,<br />

etnográficos, etnológicos e históricos, certifica que no sólo fueron <strong>la</strong> fuerza <strong>de</strong> trabajo con que<br />

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