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PORTADA - Consultavet

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Síndrome vestibular<br />

en el perro y el gato<br />

Sopesando lo bueno y lo malo<br />

E<br />

l sistema vestibular es responsable de<br />

mantener el animal orientado respecto a la<br />

gravedad. Es el sistema sensorial que<br />

mantiene la posición de los ojos, cuerpo y<br />

extremidades respecto a la posición de la cabeza.<br />

Para localizar, diagnosticar y pronosticar la<br />

alteración subyacente es esencial interpretar<br />

correctamente los déficits neurológicos y la<br />

localización neuroanatómica precisa. El examen<br />

neurológico puede confirmar si la disfunción<br />

vestibular es de origen periférico o del sistema<br />

nervioso central. Las enfermedades vestibulares<br />

periféricas incluyen el síndrome vestibular<br />

idiopático que, a pesar de su dramática<br />

presentación clínica, puede mejorar sin<br />

tratamiento. Por lo contrario, las enfermedades<br />

vestibulares centrales tienen generalmente un peor<br />

pronóstico.<br />

Anatomía y fisiología<br />

Para el enfoque clínico, los componentes<br />

anatómicos del sistema vestibular se dividen en<br />

componentes periféricos y centrales. Los<br />

componentes periféricos del sistema vestibular se<br />

encuentran en la porción petrosa del hueso<br />

temporal (en lo que es conocido como el oído<br />

interno) (figura 1) y constan del órgano receptor y<br />

axones periféricos de la rama vestibular del VIII par<br />

craneal. Los componentes centrales (figura 2) del<br />

sistema vestibular incluyen los núcleos vestibulares<br />

en la médula y las proyecciones vestibulares del<br />

cerebelo, médula espinal y tronco del encéfalo<br />

rostral.<br />

Los órganos receptores constan del sáculo,<br />

utrículo y los canales semicirculares y detectan la<br />

posición y movimiento de la cabeza en el espacio.<br />

Esta información se convierte en señales eléctricas<br />

que viajan a lo largo del VIII par craneal hasta el<br />

tronco del encéfalo. Los núcleos vestibulares<br />

reciben esta información y envían mensajes a<br />

varias partes del cuerpo para cumplir las<br />

siguientes funciones:<br />

Canal<br />

auditivo<br />

externo<br />

Hueso<br />

petroso<br />

temporal<br />

Consulta Difus Vet 2011; 179: 37-44.<br />

Conductos<br />

semicirculares<br />

Cóclea<br />

VIII<br />

VII<br />

Tronco simpático<br />

Bulla timpánica<br />

= Tractos largos (ej. vías de propiocepción + motoras)<br />

= Núcleos cerebelares<br />

= Núcleos vestibulares (VIII par craneal)<br />

❶ Hacia la medula espinal vía el tracto<br />

vestibuloespinal para ejercer un efecto<br />

facilitador en los músculos extensores de la<br />

extremidad ipsilateral.<br />

➋ Hacia los ojos vía el fascículo longitudinal<br />

medial para controlar los músculos<br />

implicados en el movimiento de los ojos<br />

(pares craneales III, IV y VI).<br />

Mark Lowrie<br />

MA VetMB, DipECVN,<br />

MRCVS<br />

European Specialist in<br />

Veterinary Neurology<br />

Davies Veterinary<br />

Specialists, Manor<br />

Farm Business Park,<br />

Higham Gobion,<br />

Hertfordshire,<br />

SG5 3HR,<br />

United Kingdom<br />

Figura 1<br />

Representación<br />

esquemática de los<br />

componentes del oído<br />

interno y estructuras<br />

relacionadas.<br />

Figura 2<br />

Representación<br />

esquemática de los<br />

componentes del sistema<br />

vestibular.<br />

consulta • 37<br />

RESPUESTAS<br />

56 • consulta<br />

Figura 2: Visita inicial: amplias pápulas<br />

sobre el labio superior izquierdo.<br />

CUESTIONES:<br />

1 ¿Qué diagnósticos diferenciales consideraría?<br />

2 ¿Qué pruebas diagnósticas estarían indicadas?<br />

Figura 3: Visita inicial: ulceración, costras hemorrágicas<br />

y pápulas sobre el puente de la nariz.<br />

1 - DIAGNÓSTICOS DIFERENCIALES<br />

❶ Pioderma infeccioso o estéril y síndrome de celulitis.<br />

➋ Foliculitis eosinofílica / furunculosis de la cara.<br />

➌ Dermatitis y linfadenitis juvenil estéril piogranulomatosa (“celulitis<br />

juvenil”).<br />

➍ Poco probable: demodicosis, dermatofitosis.<br />

2 - PRUEBAS DE LABORATORIO<br />

• Improntas a partir del flujo procedente de las<br />

lesiones papulares (figura 4): número elevado<br />

de eosinófilos. Presencia de numerosos<br />

macrófagos.<br />

• Tricograma: resultados no relevantes.<br />

• Biopsias de piel (figuras 5 y 6): Se obtuvieron<br />

dos muestras (biopsias punch de 8 mm) bajo<br />

anestesia general a partir de lesiones no<br />

ulceradas. La epidermis mostraba acantosis<br />

leve. La dermis superficial e intermedia<br />

presentaba acúmulos densos de eosinófilos<br />

con forma de llama. En la sección del labio<br />

había foliculitis luminal con acúmulos<br />

polimorfos. Algunos eran eosinófilos. Las<br />

glándulas sebáceas se mostraban<br />

hiperplásicas y dilatadas. El número de Figura 4: Improntas a partir de lesiones papulares vaciadas:<br />

folículos en anagen era normal. No se<br />

elevado número de eosinófilos. Presencia de macrófagos.<br />

observaron bacterias, Demodex, levaduras ni<br />

dermatofitos. Diagnóstico morfológico: dermatitis eosinofílica profunda perivascular y foliculitis.<br />

• Cultivo tisular (bacteriología): Ausencia de bacterias a las 48 horas de la incubación aeróbica y<br />

anaeróbica.<br />

la anestesia se llevó a cabo con isoflurano<br />

administrado mediante mascarilla<br />

de campana, y posteriormente se<br />

colocó un tubo endotraqueal sin<br />

balón (ID 3 mm) (imagen 3). Como<br />

analgésico pre y postoperatorio se<br />

empleó buprenorfina (0,02 mg/kg IM<br />

cada 24 horas). Se realizó una monitorización<br />

rutinaria de capnometría y<br />

ECG durante toda la intervención.<br />

El abordaje quirúrgico se llevó a cabo<br />

mediante laparotomía por línea alba,<br />

ligeramente lateralizada (imagen 4)<br />

para evitar seccionar la vena abdomi-<br />

Figura 3: La laringe ocupa una posición rostral y carece de epiglotis,<br />

nal ventral que recorre longitudinal-<br />

facilitando la intubación endotraqueal.<br />

mente la porción ventral del abdomen<br />

casi adherida a la línea alba. En caso de sección accidental se puede ligar el<br />

vaso sin que ello suponga, en la mayoría de los casos, daño irreparable para la<br />

supervivencia del paciente.<br />

La técnica de la cistotomía en muy similar a la de los carnívoros domésticos. Se<br />

colocaron dos puntos de sutura con nailon 2/0 para elevar la vejiga (figura 5) y<br />

se incidió en la cara dorsal del cuerpo vesical. El urolito, de consistencia pétrea,<br />

estaba rodeado externamente de una pasta semisólida de microesferas de ácido<br />

úrico y sustancia mucoide (considerada como fisiológica) (figuras 6 y 7). Se<br />

recomienda aislar el campo operatorio con paños o gasas estériles, así como<br />

aspirar y lavar a fondo la vejiga y uretra tras la extracción de cálculo. La pared<br />

vesical de suturó con Poliglecaprona (Monocryl ®) 4/0 empleando un doble<br />

patrón continuo de Cushing (figura 8). La cirugía se completó con una sutura<br />

continua simple abarcando todas las capas de la pared abdominal (figura 9), y<br />

una combinación de puntos simples y en “X” para cerrar la piel (figura 10).<br />

Figura 4: Laparotomía por línea alba evitando dañar la vena<br />

abdominal ventral.<br />

Figura 6: Una masa de consistencia gelatinosa (fisiológica)<br />

rodea al cálculo.<br />

Figura 5: Exteriorización y elevación de la vejiga<br />

mediante 2 suturas de nailon.<br />

Figura 7: Extracción del urolito de consistencia pétrea,<br />

compuesto principalmente por ácido úrico.<br />

consulta • 51<br />

3 - DIAGNÓSTICO MÁS PROBABLE<br />

Figuras 2 y 3: Imágenes citológicas de una masa cervical (May-Grünwald-Giemsa, 40x).<br />

CUESTIONES<br />

3. En función de las pruebas realizadas ¿cuál es el diagnóstico más probable?<br />

4. ¿Considera necesario realizar más pruebas diagnósticas antes de plantear un plan terapéutico?<br />

5. ¿Cuál sería el planteamiento terapéutico más adecuado en función de las pruebas realizadas?<br />

¿Se podría plantear alguna prueba adicional que ayudase a valorar las posibilidades<br />

terapéuticas reales de cada paciente?<br />

En la ecografía realizada se observó una masa ovalada de ecogenicidad mixta<br />

de aproximadamente 6 cm de longitud, de contorno liso y límites bien<br />

definidos, que se encuentra en situación lateral y a la izquierda del tercio<br />

craneal de la tráquea. Entre la masa y la tráquea, en corte transversal, se<br />

visualiza una estructura compatible con el lóbulo izquierdo del tiroides, de 1<br />

cm de diámetro, que no parece estar unida a la masa, aunque no puede<br />

descartarse con seguridad.<br />

La citología mostró un componente sanguíneo significativo. Se observó una<br />

población tisular constituida por células con una cantidad moderada de<br />

citoplasma, claro o ligeramente basófilo, que tiende a exfoliar en grupos. Estos<br />

grupos pueden aparecer como núcleos libres, que parecen desnudos, incluidos<br />

en una matriz pálida, distinguiéndose los bordes citoplasmáticos sólo en algunas<br />

células. Se observó material coloide amorfo y eosinofílico adherido a los grupos<br />

celulares. Los núcleos presentaban ligeras variaciones de forma y tamaño.<br />

Aunque en este caso la ecografía no permitió identificar el origen de la masa, la<br />

descripción citológica es compatible con tumor tiroideo. Sólo en un 50% de las<br />

muestras procedentes de tiroides es posible establecer un diagnóstico citológico,<br />

ya que el tejido tiroideo neoplásico tiene una alta densidad vascular, lo que conlleva<br />

que las muestras se contaminen fácilmente con sangre. Por ello, las muestras<br />

procedentes de una masa compatible con tiroides siempre deben realizarse<br />

mediante la técnica de punción (sin aspiración) con aguja fina, para minimizar la<br />

hemodilución. Como se ha comentado, la exploración ecográfica previa permite<br />

delimitar las zonas más adecuadas para realizar esta punción.<br />

Si se consiguen muestras tisulares (en ocasiones, las células se acumulan en el<br />

borde de la extensión), el tejido tiroideo suele exfoliar con las características<br />

típicas de tumor neuroendocrino descritas en el informe. Algunas células pueden<br />

presentar gránulos citoplasmáticos, azul-negruzcos (gránulos de tirosina) en<br />

número y tamaño variable, pero este hallazgo no es constante (figura 4).<br />

consulta • 71<br />

Dr. Alex F. KOUTINAS<br />

DVM, PhD, Dip. ECVD<br />

Professor of<br />

Companion Animal<br />

Internal Medicine and<br />

Dermatology<br />

Companion Animal<br />

Clinic, Faculty of<br />

Veterinary Medicine,<br />

Aristotle University of<br />

Thessaloniki<br />

GREECE<br />

Situación clínica en dermatología<br />

CASO CLÍNICO:<br />

U n perro de caza griego (Gekas), macho entero, de 4 años de edad y 24 kg,<br />

es remitido a la unidad de dermatología de la Facultad de Veterinaria con<br />

una historia de pododermatitis pruriginosa de intensidad leve a moderada,<br />

de 10 meses de duración, que comenzó en los pies delanteros, progresando<br />

a los traseros.<br />

Inicialmente, su veterinario había prescrito un antibiótico tópico (cefaclor) y<br />

antifúngicos (terbinafina), sin mejoría. Los análisis de laboratorio solicitados<br />

por su veterinario no revelaron anormalidad alguna en el hemograma, la<br />

bioquímica sérica y el perfil tiroideo (T4 total, T4 libre, TSH canina), siendo<br />

negativa la serología, mediante inmunofluorescencia, frente a Leishmania<br />

infantum.<br />

El protocolo de vacunaciones estaba completo, aunque el perro nunca había<br />

sido desparasitado contra vermes internos y solo ocasionalmente había sido<br />

tratado con un spray de fipronilo (Frontline ® , Merial).<br />

El paciente estaba alojado con otros 15 perros de caza en una perrera improvisada,<br />

con el suelo húmedo y lleno de suciedad y heces. Ninguno de los restantes<br />

perros mostraba una condición similar.<br />

Al ingreso, el examen físico no mostró alteraciones, excepto en la articulación<br />

tarsal izquierda, que estaba hinchada y crepitaba, aunque no era dolorosa.<br />

Las lesiones cutáneas principales mostraban una distribución casi simétrica<br />

y se limitaban a las caras dorsales y ventrales de todos los pies, a los<br />

muslos, extendiéndose por debajo de las tuberosidades isquiáticas, y a las<br />

caras craneales de carpos y metacarpos (figura 1).<br />

Figura 1. Vista frontal del pie delantero izquierdo mostrando paroniquia<br />

(lechos ungueales hinchados y con hipotricosis), leve onicomegalia y alopecia<br />

con hiperpigmentación y liquenificación en la unión metacarpodigital.<br />

72 • consulta Consulta Difus Vet 2007; 138: 73-74.<br />

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