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Armando H. Toledo La Antigüedad del Futuro<br />
dedos. Al menos la autenticidad de las huellas de dinosaurio que se hallan en diversos lugares<br />
del curso del río Paluxy no ha sido discutida durante más de 50 años, pero la presencia de esas<br />
huellas humanas en el mismo estrato rocoso es inaceptable para la paleontología evolucionista<br />
ortodoxa, dada su postura de que los dinosaurios se extinguieron unos 60 millones de años antes<br />
de la aparición del hombre.<br />
Sabemos también de una gran piedra con la impresión perfecta de un pie humano de 36.5<br />
centímetros de largo que fue mostrada a la Academia de Ciencias de Ohio en 1896. La<br />
impresión fue hallada unos 20 años antes en una colina a seis kilómetros al norte de<br />
Parkersburg, Virginia Occidental. 75 En el Monte Vernon, área de Ohio, el Doctor Wilbur G.<br />
Borroughs, de la división Geológica del Colegio Berea de Kentucky, reportó en 1938 haber<br />
descubierto diez huellas de pies humanos de 23.5 centímetros de largo y 10.25 de ancho.<br />
Pero la que podría ser considerada la más antigua y sorprendente huella fosilizada de pie<br />
humano gigante fue descubierta por William J. Meister en 1968, cerca de Antelope Springs,<br />
Utah. Meister, coleccionista de fósiles, acababa de partir con su martillo un trozo de roca de<br />
unos cinco centímetros de grueso cuando observó asombrado la impresión de una huella de pie<br />
calzado con sandalia aplastando a un trilobites. Los trilobites fueron pequeños invertebrados<br />
marinos parientas de los camarones que, según los sistemas evolucionistas de datación<br />
geológica, se extinguieron hace millones de años. La sandalia tenía unos 26 centímetros de largo<br />
por 9 de ancho y, de ser lo que parece, solo hay dos posibles explicaciones: o se trata<br />
efectivamente de la huella de un ser humano (lo cual bastaría para trastornar las ideas vigentes<br />
sobre la antigüedad del hombre) o se trata de las huellas de un bípedo de otro mundo que, ya<br />
calzado, habría visitado nuestro planeta aplastando un trilobites a su paso. 76<br />
Similares huellas han sido descubiertas en otros países, especialmente en el Monte<br />
Victoria, región de Australia.<br />
Los huesos de los gigantes<br />
Más rastros gigantes han sido descubiertos en otras latitudes del mundo. El antropólogo<br />
y paleontólogo alemán Larson Kohl Vel ha realizado diversos estudios sobre hallazgos hechos<br />
en las orillas del lago Elyasi, en África Central, de restos óseos pertenecientes a individuos que<br />
medirían alrededor de 2.5 metros de altura y de unos 12 mil años de antigüedad. En Chenini,<br />
Túnez, el descubrimiento de unos enterramientos de esqueletos que medían 2.8 metros de<br />
altura, corrobora la hipótesis de una rama africana extinta de la raza de gigantes. Robert<br />
Charroux, escritor francés, menciona la aparición de restos óseos de 2.74 metros de altura en<br />
una cueva del Cáucaso.<br />
En Soyopa, estado de Sonora, México, durante los trabajos de labranza de unos<br />
granjeros, se desenterró accidentalmente en 1930 lo que parecía ser un antiguo cementerio.<br />
Entre los restos aparecieron los de hombres de más de 2 metros de altura enterrados en fila. En<br />
1934, el arqueólogo Paxton Hayes desenterró cerca de Barranca del Cobre lo que más tarde<br />
calificaría como ‘los restos de una raza de gigantes’.<br />
En la península Ibérica se han hallado también numerosos restos óseos de seres humanos<br />
de gran tamaño, los cuales debieron pertenecer a auténticos gigantes, como los que se<br />
descubrieron en Garos (Pirineo de Lérida). En una gruta de Manglis (Rusia) aparecieron<br />
también huesos humanos de medidas descomunales, entre 2.5 y 3 metros de altura y una<br />
antigüedad aproximada de 30 mil años. En el sur de España, en la antigua Tahivilla, se<br />
75 The American Anthropologist, febrero de 1896, pág.66.<br />
76 Bible-Science ewsletter, agosto-septiembre 1969; Creation Research Society Quarterly, diciembre 1968.<br />
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