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25.04.2013 Views

Armando H. Toledo La Antigüedad del Futuro Gigantes terribles de Canaán La progenie de los Nefilim existió bajo varios nombres en esa región considerada “tierra de gigantes” (Deuteronomio 2:20). Se nos habla de los anaquitas, descendientes de Anac (Números 13:28); de los refaítas, descendientes de Refá; de los zamzumitas, etc. Todos ellos compartían las características de ser ‘enormes’ y sobradamente ‘fuertes’. Tomemos como ejemplo el siguiente pasaje de Deuteronomio 2:10-11: “Tiempo atrás vivió allí un pueblo fuerte y numeroso, el de los emitas, que eran tan altos como los anaquitas. Tanto a ellos como a los anaquitas se les consideraba gigantes, pero los moabitas los llamaban emitas” (NVI). Se dice también que cundía el terror cuando se les veía. Por ejemplo, algunos de aquellos espías que fueron enviados a reconocer la tierra de Canaán antes de conquistarla, dijeron acobardados: “La tierra que hemos explorado devora a los que en ella viven. Toda la gente que vimos allá es de gran tamaño. Vimos a los Nefilim allá […] A nuestros ojos parecíamos como langostas, y así nos veían ellos a nosotros” (Números 13:32-33. NIV). En su famosa obra Antigüedades de los Judíos, Flavio Josefo, aquel notable historiador judío del siglo I d. C., mencionó a estos gigantes describiéndolos como “poseedores de cuerpos tan grandes y de aspectos tan enteramente diferentes de las demás personas, que eran sorprendentes a la vista y terribles al oído.” También afirma que en su época, los huesos de los gigantes aún podían ser hallados. El gigantesco rey Og de Basán Tomemos ahora la detallada descripción que hace la Biblia de una de las pertenencias (una cama verdaderamente súper king size) de uno los gigantes más famosos: el rey Og. “Únicamente Og rey de Basán había quedado del resto de los gigantes (refaítas). Su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella es de nueve codos [cuatro metros y medio], y su anchura de cuatro codos [dos metros], según el codo de un hombre” (Deuteronomio 3:11. Reina-Valera). La Escritura también menciona a otros gigantes impresionantes. Se dice del gigante Isbibenob, por ejemplo, que “iba armado con una espada nueva y una lanza de bronce que pesaba más de tres quilos” (2º Samuel 21:16). Por su parte, del gigante Lajmí, hermano del legendario Goliat, se dice que su lanza “tenía un asta tan grande como el rodillo de un telar’ (2º Samuel 21:19 ó 1º Crónicas 20:5). Se dice también que Goliat, el gigante filisteo más famoso de todos, solía llevar sobre la cabeza un casco hecho de bronce y una coraza también de bronce que pesaba 55 kilos; él mismo medía ‘casi tres metros’ de altura. (1º Samuel 17:4-7). Finalmente, se dice de al menos un descendiente de Rafá el guitita, que era un gigante “altísimo que tenía veinticuatro dedos, seis en cada mano y seis en cada pie” (2º Samuel 21:20). 50

Armando H. Toledo La Antigüedad del Futuro ¿Pudieron persona de semejantes dimensiones y fortaleza haber caminado sobre la tierra en alguna época? Como veremos en el capítulo 12, la respuesta solo puede ser ‘sí’. A pesar de la aparente falta de evidencia arqueológica de la presencia en el pasado de completas razas de gigantes, existe sin embargo evidencia abrumadora que sugiere que al menos un gran número de estos individuos realmente existieron. Muchos y asombrosos restos humanos, herramientas de trabajo y ataúdes de roca han sido desenterrados en diferentes partes del mundo. 63 63 Para un estudio más amplio acerca de huesos gigantes que han sido descubiertos en épocas tanto antiguas como modernas, ver WOOD, Edward J. (1868): Giants and Dwarves. [Richard Bentley: London], y el artículo de HALL, Mark A. (1993): “Giant Bones”, Wonders ―Seeking the Truth in a Universe of Mysteries, vol. 2, Nº 1, Bloomington, Maryland. 51

Armando H. Toledo La Antigüedad del Futuro<br />

¿Pudieron persona de semejantes dimensiones y fortaleza haber caminado sobre la tierra<br />

en alguna época? Como veremos en el capítulo 12, la respuesta solo puede ser ‘sí’. A pesar de<br />

la aparente falta de evidencia arqueológica de la presencia en el pasado de completas razas de<br />

gigantes, existe sin embargo evidencia abrumadora que sugiere que al menos un gran número<br />

de estos individuos realmente existieron. Muchos y asombrosos restos humanos, herramientas<br />

de trabajo y ataúdes de roca han sido desenterrados en diferentes partes del mundo. 63<br />

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Para un estudio más amplio acerca de huesos gigantes que han sido descubiertos en épocas tanto antiguas como<br />

modernas, ver WOOD, Edward J. (1868): Giants and Dwarves. [Richard Bentley: London], y el artículo de HALL,<br />

Mark A. (1993): “Giant Bones”, Wonders ―Seeking the Truth in a Universe of Mysteries, vol. 2, Nº 1,<br />

Bloomington, Maryland.<br />

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