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Armando H. Toledo La Antigüedad del Futuro<br />
delineó la perspectiva del posible regreso (hacia el final de los tiempos) de estos seres<br />
angelicales malvados. 57<br />
Varios acontecimientos del Diluvio se encuentran registrados también en tablillas de<br />
escritura cuneiforme babilónicas, acadianas y sumerias, las cuales se hallan actualmente en el<br />
Museo Británico. Estas tablas datan de alrededor del año 700 antes de Cristo. Pero hay relatos<br />
más antiguos del Diluvio hallados en caracteres chinos individuales. Estos caracteres chinos<br />
están fechados hace mucho tiempo atrás, y las formas más antiguas de estos caracteres chinos se<br />
encuentran en el interior de vasijas ceremoniales de bronce.<br />
Es verdad que, aunque con el paso del tiempo las leyendas del diluvio han sido<br />
modificadas y adornadas por la imaginación de los hombres, todas poseen un esquema básico:<br />
1) Dios se llena de indignación debido a la maldad del género humano; 2) envía una mortal<br />
inundación mediante la que da fin a la vida de una generación corrompida; 3) un número muy<br />
pequeño de seres humanos ha de sobrevivir por ser considerados justos; 4) los elegidos habrían<br />
de construir una especie de embarcación en la que salvarían la vida junto con un cierto número<br />
de animales; 5) al final de la inundación enviarían aves para buscar tierra seca; 6) la nave<br />
descansaría sobre una montaña, y 7) al descender de la nave, los sobrevivientes ofrecerían un<br />
sacrificio.<br />
Todas estas similitudes no son una casualidad; son más bien pruebas conjuntas que<br />
corroboran el antiguo testimonio bíblico de que todos nosotros descendemos de los ocho<br />
sobrevivientes del Diluvio que destruyó a aquella generación pervertida por los ‘hijos de Dios’ y<br />
su descendencia híbrida, los Nefilim.<br />
Una civilización prediluviana avanzada<br />
Desde la perspectiva bíblica, no es posible ver al Diluvio universal como una calamidad<br />
natural. 58 Fue más bien el resultado del justo juicio de Dios contra un sistema de civilizaciones<br />
corrompidas por la obra de la raza nefilim. Aunque fueron advertidos con antelación, casi todos<br />
lo pasaron por alto. Jesucristo explicó la razón de ello:<br />
“Porque en los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, casándose y dando<br />
en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca; y no supieron nada acerca<br />
de lo que sucedería hasta que llegó el diluvio y se los llevó a todos” (Mateo 24:<br />
38-39. NIV).<br />
En más de un sentido, el sistema prediluviano de civilizaciones gozaba de ventajas que<br />
nosotros no tenemos en la actualidad. Un ejemplo de lo anterior lo constituye el hecho de que<br />
todos los antediluvianos contaban con una lengua en común (Génesis 11:1). Es obvio que tal<br />
circunstancia tuvo que haber favorecido el adelanto de las artes, las ciencias y las técnicas, las<br />
cuales requieren del esfuerzo colectivo de muchas personas con multitud de habilidades. Por lo<br />
demás, la notable longevidad de la que disfrutaban permitía al individuo promedio acumular<br />
nuevos conocimientos sobre los que ya había adquirido en siglos anteriores.<br />
A este respecto hay quienes contraponen que en realidad la vida humana promedio no<br />
era tan larga como la Biblia afirma, o que los largos periodos de vida adjudicados a los<br />
57<br />
PEMBER. Op. Cit.<br />
58<br />
WHITCOMB, John C. (1988): The World That Perished. [Baker Book House: Grand Rapids, Michigan]. Hay<br />
versión en español: WHITCOMB, John C. (1991): El mundo que pereció. [Editorial Portavoz/Kregel Publications:<br />
Grand Rapids, Michigan]<br />
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