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Armando H. Toledo La Antigüedad del Futuro<br />
La corroboración bíblica<br />
Pero las mitologías de Grecia y Roma no son las únicas que relatan tan extraños eventos.<br />
Ya en la década del 70, Von Däniken 53 aportó una gran lista de ejemplos que había<br />
coleccionado alrededor del mundo. Aunque no comparto sus conclusiones interpretativas ni las<br />
implicaciones teológicas de las mismas, no podemos dejar de agradecerle el haber puesto frente<br />
a nosotros en su obra una serie de hechos incontrovertibles que otros simplemente haían pasado<br />
por alto.<br />
Cuando estos y muchos otros registros son puestos juntos, nos sorprende el núcleo que<br />
comparten. Cada uno se refiere, aunque con pequeñas variaciones, al tráfico entre los ‘hijos de<br />
Dios’ y las ‘hijas de los hombres’, es decir a las actividades sexuales en las que se embarcaron,<br />
y a la inusual y anormal descendencia que produjeron. Otro elemento aun más convincente en<br />
esta lista de ejemplos, lo constituye el hecho de que estos mitos y leyendas pertenecen a pueblos<br />
muy alejados los unos de los otros en tiempo, espacio y lengua, a tal grado que la sola idea de<br />
que hayan sido deliberadamente diseñados con miras a engañar, simplemente es inviable.<br />
¿Cómo se explica entonces esta correlación mitológica intercultural? La única<br />
explicación posible es que, efectivamente, en una distante era de la historia humana, estos<br />
eventos hayan realmente ocurrido. Es decir, que en vez de ser el resultado de la fértil<br />
imaginación de hombres primitivos, ha resultado ser la cruda descripción de lo que realmente<br />
ocurrió aquí en la Tierra: seres venidos de los cielos se unieron con seres del planeta Tierra y<br />
engendraron una raza de gigantes –los Nefilim.<br />
Posteriormente, por supuesto, sobre muchos de estos mitos y leyendas verosímiles se<br />
desarrollaron una serie de elementos ficticios, fruto de la imaginación y el retoque folklórico,<br />
que los colocaron al nivel de la fantasía imposible.<br />
Pero sobre todas las cosas, nos convence el hecho de que la Biblia misma lo registra. El<br />
mensaje básico de los documentos apócrifos que ya hemos revisado, así como de las varias<br />
mitologías paganas, se ve respaldado por las mismas Sagradas Escrituras judeo-cristianas: una<br />
raza decadente de seres espirituales venidos del espacio exterior, llegaron a la Tierra para<br />
gobernarla como dioses y produjeron una generación antinatural de seres híbridos. Después de<br />
un largo período de cruzas sobre cruzas, la raza humana quedó irremisiblemente corrupta, y<br />
pronto la Tierra (con todos sus habitantes) llegó a ser insalvable. Estos seres ‘extraterrestres’,<br />
seguramente conocedores de alguna técnica de manipulación genética, alteraron el genotipo<br />
humano con miras a impedir que naciera el Redentor que haría retornar al hombre a su<br />
bienaventurado estado original de plena comunión con Dios. Todo esto puso las bases para que,<br />
eventualmente, la destrucción de toda forma de vida se convirtiera en una necesidad moral.<br />
53 VON DÄNIKEN, Erich (1972): Gods from Outer Space. [New York: Bantam Books, Inc]<br />
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