You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Armando H. Toledo La Antigüedad del Futuro<br />
en enfoques tradicionales acerca de los ángeles. De esa manera, la teología [actualmente]<br />
especifica que la naturaleza de los ángeles es completamente espiritual y ya no mera materia<br />
fina, vaporosa y parecida al fuego.”<br />
Los ángeles, el sexo y el matrimonio<br />
A fines del siglo XIX, el escriturario Delitzsch mostró que la elección de esposa de los<br />
ángeles caídos constituía un verdadero contrato matrimonial, según lo indica la frase verbal<br />
hebrea (lakach ishsha) utilizada para describirlo. Dice Delitzsch que para poder concebir tal<br />
fenómeno, debe admitirse “que los ángeles asumieron cuerpo humano, y, por tanto, no mera<br />
apariencia transitoria de ángeles bajo forma humana sino real encarnación angélica”. 31 Kurtz<br />
estuvo de acuerdo con Delitzsch en que los ángeles de Génesis 6 no eran meros espíritus<br />
incorpóreos sino que poseían cuerpos, cuando dijo que “los ángeles debieron no solo desear<br />
asomarse al misterio de la naturaleza humana sino también compartirlo.” Añade que “solo<br />
podemos concebir un vínculo sexual entre ángeles e hijas de los hombres si la idea de<br />
corporeidad está supuesta en los primeros”. 32<br />
Morgenstern sugirió por su parte que los ángeles caídos eran suficientemente físicos, ya<br />
que su crimen era característico de las pasiones físicas humanas. Afirmó también que el castigo<br />
que Dios impuso a tales ángeles fue que asumieran la naturaleza humana de las mujeres con las<br />
que se habían unido en la carne, al grado de hacerse mortales. Sentenciados a una vida terrenal,<br />
los ángeles se convirtieron, así, en seres mortales. 33 Esta última idea ha sido rescatada y<br />
explotada por Hollywood en algunas de sus obras cinematográficas, entre las que destaca la<br />
cinta “City of Angels”, conocida en México como “Un ángel enamorado”.<br />
Al interpretar el concepto ‘hijos de Dios’ como ángeles caídos, inmediatamente surge la<br />
pregunta de si éstos suelen casarse. En Mateo 22:30, Jesús dice que los ángeles ‘ni se casan ni se<br />
dan en casamiento.’ Esta negativa parece ser absolutamente enfática; sin embargo, a pesar de<br />
ello no queda eliminada la posibilidad de que tal cosa pueda ocurrir ―obviamente en contra de<br />
la voluntad de Dios. Después de todo, debemos recordar que los ángeles caídos, quienes in<br />
aeternum ya se habían rebelado contra toda autoridad divina, cohabitaron con las mujeres<br />
humanas y, aunque suponemos que no debían hacerlo, lo hicieron, y por ello fueron condenados.<br />
De manera interesante, algunos han tendido a interpretar las palabras de Jesús en el<br />
sentido de que los ángeles no suelen casarse entre ellos mismo. Eso podría deberse, dicen, o a<br />
que todos ellos son de sexo femenino o masculino, o bien a que, por el hecho de ser eternos, no<br />
tienen la necesidad de dejar descendencia; necesidad que sí tenemos los seres humanos, dada<br />
nuestra naturaleza finita en términos temporales.<br />
Pero si los ángeles ni se casan ni procrean, ¿aun es posible que pudieran involucrarse en<br />
actos de naturaleza sexual ―si no entre ellos mismo, sí con mujeres humanas? Judas parece ser<br />
muy explícito al respecto. Dice que los ángeles abandonaron su propia morada, y se entregaron<br />
a sí mismos a la fornicación, yendo tras carne extraña de suyo. Es decir, que ellos fueron<br />
capaces de realizar funciones biológico-humanas, como las de comer, beber, caminar y hablar,<br />
incluido el tener coito y procrear hijos.<br />
Piénselo por un momento: el hecho de que a los ángeles les esté prohibido casarse, no<br />
prueba en sí que ellos sean seres asexuados. ¿No es verdad que a lo largo de la Biblia se<br />
31 DELITZSCH, Franz. Op. Cit. [1:225]<br />
32 KURTZ, J. H. (1859): History of the Old Covenant. [T. & T. Clark: Edimburgo). Págs. 100-101.<br />
33 MORGENSTERN, Julian (1939): “The Mythological Background of Psalm 82”, Hebrew Union College Annual,<br />
14.<br />
31