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Armando H. Toledo La Antigüedad del Futuro<br />
esas dos estructuras, tan cercanas la una a la otra, no eran el fruto de la erosión o trucos de<br />
cámara, sino que eran estructuras artificiales, presumiblemente erigidas por alguna antiquísima<br />
civilización marciana.<br />
El principal promotor de los descubrimientos de DiPietro y Molenaar fue el escritor<br />
científico Richard C. Hoagland, quien se involucró en el debate marciano en 1983. Desde<br />
entonces, Hoagland (con intachables credenciales científicas) se ha convertido en el principal<br />
abogado de la presencia de estructuras artificiales en el Planeta Rojo y principal fuente de<br />
información en torno al ‘Rostro’ y demás estructuras.<br />
¿Qué hubo en Marte?<br />
Si las estructuras marcianas son verdaderamente artificiales, la pregunta forzosa es<br />
¿quién las construyó? Picknett y Prince 136 piensan que, al parecer, solo existen tres posibles<br />
respuestas:<br />
1. Fueron construidas, efectivamente, por alguna antigua civilización marciana, barrida<br />
quizás por alguna catástrofe natural, como la producida por el choque de un cometa o de un<br />
meteoro. 137<br />
2. Son el producto de una civilización extraterrestre proveniente de algún otro punto del<br />
universo, que incluso habría visitado la Tierra. 138<br />
3. Son la obra de una civilización avanzada que se originó aquí en la Tierra y llegó a<br />
viajar a Marte.<br />
Hoagland está firmemente convencido de que los monumentos de Sidonia fueron<br />
construidos por una civilización ajena a nuestro Sistema Solar, que también visitó la Tierra en el<br />
pasado más remoto, y ha calculado que la edad del ‘Rostro’ es de mucho más de medio millón<br />
de años. 139<br />
Las teorías de Hoagland tienen una implicación más. Él cree que estas estructuras no<br />
solo pueden ser atribuidas a seres venidos de más allá del Sistema Solar sino que tales entidades<br />
habrían creado a la misma raza humana ―idea que, por más inverosímil que pudiera parecer,<br />
está ganando millones de adeptos rápidamente en todo el mundo. Sus cada vez más puntuales<br />
acusaciones a la NASA van en el sentido de que ese organismo paraestatal forma parte de una<br />
conspiración que impide que la verdad acerca de Sidonia llegue al gran público. Por ejemplo, ha<br />
tomado el liderazgo en la promoción de la teoría de que la sonda Mars Observer, declarada<br />
oficialmente perdida desde 1993, ha continuado mandando datos a la Tierra secretamente...<br />
136<br />
PICKNETT, Lynn y Clive Prince (1999): The Stargate Conspiracy: The Truth About Extraterrestrial Life and<br />
the Mysteries of Ancient Egypt. [Berkeley Books: New York]<br />
137<br />
HANCOCK, Graham, Robert Bauval y John Grigsby. (1998): The Mars Mystery: A Tale of the End of Two<br />
Worlds. [Michael Joseph: London]<br />
138<br />
Ver SITCHIN (1978), Op. Cit., ALFORD, Alan, F. (1996): Gods of the ew Mellennium: Scientific Proff of<br />
Flesh and Blood Gods. [Eridu Books: Walsall], y DÄNIKEN, Erich von (1999): Chariots of the Gods. [Berkley<br />
Publishing Group: New York]. Esta escuela de pensamiento, a la que algunos han dado en llamar<br />
“Paleocontactología”, interpreta los mitos del mundo antiguo como memorias romantizadas de encuentros con<br />
seres extraterrestres y su tecnología. Los ‘dioses’ no son otra cosa que entidades biológicas que desarrollaron una<br />
civilización avanzada de viajes interplanetarios. También intenta explicar las anomalías de la tecnología antigua<br />
(tales como las pirámides) como el resultado de tales contactos.<br />
139<br />
HOAGLAND, Richard (1996): The Monuments of Mars: A City on the Edge of Forever. [Frog, LTD: Berkeley]<br />
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