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la historia de patriarcas y profetas

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452 PATRIARCAS Y PROFETAS<br />

cohombros, y <strong>de</strong> los melones, y <strong>de</strong> los puerros, y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

cebol<strong>la</strong>s, y <strong>de</strong> los ajos: y ahora nuestra alma se seca; que<br />

nada sino maná ven nuestros ojos." Así manifestaron [398]<br />

su <strong>de</strong>scontento con los alimentos que su Creador les<br />

proporcionaba. No obstante, tenían pruebas constantes <strong>de</strong><br />

que ese alimento se adaptaba a sus necesida<strong>de</strong>s; pues a<br />

pesar <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tribu<strong>la</strong>ciones que soportaban, no había una<br />

so<strong>la</strong> persona débil en todas <strong>la</strong>s tribus.<br />

El corazón <strong>de</strong> Moisés <strong>de</strong>sfalleció. Había suplicado que<br />

Israel no fuese <strong>de</strong>struido, aun cuando esa <strong>de</strong>strucción<br />

habría permitido que su propia posteridad se convirtiese en<br />

una gran nación. En su amor por los hijos <strong>de</strong> Israel, había<br />

pedido que su propio nombre fuese borrado <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

vida antes <strong>de</strong> que se los <strong>de</strong>jara perecer. Lo había<br />

arriesgado todo por ellos, y ésta era su respuesta. Le<br />

achacaban todas <strong>la</strong>s tribu<strong>la</strong>ciones que pasaban, aun los<br />

sufrimientos imaginarios, y sus murmuraciones inicuas<br />

hacían doblemente pesada <strong>la</strong> carga <strong>de</strong> cuidado y<br />

responsabilidad bajo <strong>la</strong> cual vaci<strong>la</strong>ba. En su angustia llegó<br />

hasta sentirse tentado a <strong>de</strong>sconfiar <strong>de</strong> Dios. Su oración<br />

fue casi una queja: "¿Por qué has hecho mal a tu siervo?<br />

¿y por qué no he hal<strong>la</strong>do gracia en tus ojos, que has<br />

puesto <strong>la</strong> carga <strong>de</strong> todo este pueblo sobre mi? ... ¿De<br />

dón<strong>de</strong> tengo yo carne para dar a todo este pueblo? porque<br />

lloran a mí, diciendo: Danos carne que comamos. No<br />

puedo yo solo soportar a todo este pueblo que me es<br />

pesado en <strong>de</strong>masía."<br />

El Señor oyó su oración, y le or<strong>de</strong>nó convocar a setenta<br />

hombres <strong>de</strong> entre los ancianos <strong>de</strong> Israel, hombres no sólo<br />

entrados en años, sino que poseyeran dignidad, sano juicio<br />

y experiencia. "Y tráelos —dijo— a <strong>la</strong> puerta <strong>de</strong>l<br />

tabernáculo <strong>de</strong>l testimonio, y esperen allí contigo. Y yo<br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ré y hab<strong>la</strong>ré allí contigo; y tomaré <strong>de</strong>l espíritu que<br />

está en ti, y pondré en ellos y llevarán contigo <strong>la</strong> carga <strong>de</strong>l

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