Libro 70 Aniversario del Hospital - Hospital Santa Clotilde
Libro 70 Aniversario del Hospital - Hospital Santa Clotilde
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Edita: <strong>Hospital</strong> <strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong><br />
Realización: Ediciones Finder S.L.<br />
Texto: Jose Ramón Esquiaga Calva<br />
Diseño y Maquetación: Lola deMaría Rogero<br />
Fotografía: Archivo <strong>Hospital</strong> <strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong><br />
Imprime: Artes Gráficas J. Martínez S.L.<br />
Depósito Legal: SA-312-2009<br />
4 | <strong>70</strong> años <strong>Hospital</strong> <strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong>
índice<br />
7 . . . . . . . . . . . . . . . . Los antecedentes<br />
13 . . . . . . El nacimiento de un hospital<br />
19 . . . . . . . . . . . . . El sanatorio infantil<br />
25 . . . . . . . . . . . . . Años de transición<br />
29 . . . . . . . . . . . . . . . . El hospital hoy<br />
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Los antecedentes<br />
<strong>Clotilde</strong> Gallo, duquesa de<br />
<strong>Santa</strong> Elena. A la izquierda, la<br />
entrada a la finca de Bella<br />
Vista, legada por la duquesa a<br />
la orden de San Juan de Dios.<br />
Los antecedentes<br />
La historia <strong>del</strong> Sanatorio de <strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong> comienza en un despacho de notaría,<br />
en el Madrid en guerra de marzo de 1938, con la lectura <strong>del</strong> testamento de una<br />
aristócrata que iba a convertir su legado en el germen de una obra asistencial de<br />
largo recorrido en el tiempo y en la historia. <strong>Clotilde</strong> Gallo Díez Bustamante,<br />
duquesa consorte de <strong>Santa</strong> Elena, había fallecido en la capital de España en<br />
diciembre de 1936, dejando plasmada por escrito su voluntad de legar al Asilo de<br />
San Rafael una generosa porción de sus bienes que incluía, como propiedad más<br />
destacada a los efectos de este libro, el palacio de Bella Vista y la finca donde se<br />
levanta el inmueble, en el santanderino Paseo <strong>del</strong> Alta.<br />
Fijado el momento en el que confluyen las historias de <strong>Clotilde</strong> Gallo y de la Orden<br />
<strong>Hospital</strong>aria de San Juan de Dios, a la sazón propietaria <strong>del</strong> Asilo de San Rafael y,<br />
como tal, beneficiaria <strong>del</strong> testamento de la duquesa, la mirada puede trasladarse<br />
algo más atrás en el tiempo en la búsqueda de los antecedentes que, en último<br />
término, culminarían en el despacho <strong>del</strong> notario Alberto López Palop con la lectura<br />
<strong>del</strong> ya mencionado testamento.<br />
Doña <strong>Clotilde</strong> Gallo Díez Bustamante nace en Madrid, en el seno de una familia en<br />
la que confluyen varias ramas de comerciantes y empresarios de éxito, lo que va<br />
a permitirle llevar una vida desahogada en lo económico y, a decir de lo que<br />
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La duquesa de <strong>Santa</strong> Elena, en<br />
el centro, en el hipódromo, en<br />
una imagen <strong>del</strong> <strong>Santa</strong>nder de<br />
los años veinte.<br />
cuentan las biografías, activa en lo social y piadosa en lo tocante a la religión y el<br />
trato con sus semejantes. Casó en primeras nupcias con el marqués de La<br />
Viesca, <strong>del</strong> que enviudó sin descendencia 22 años después. Ya con 45 años, en<br />
1918, contrae matrimonio en segundas nupcias con Alberto Enrique de Borbón<br />
Castelví, duque de <strong>Santa</strong> Elena, con quien sigue casada al fallecer en 1936, tres<br />
años antes que lo hiciera este su segundo marido.<br />
La fortuna, la vida social y el compromiso cristiano de la duquesa tuvieron en el<br />
palacio de Bellavista uno de sus escenarios más notables, dada la condición de<br />
villa de veraneo que tuvo la finca santanderina durante las primeras décadas <strong>del</strong><br />
siglo XX. Por los salones <strong>del</strong> edificio <strong>del</strong> Alta pasó lo más granado de la sociedad<br />
de la época, incluyendo a la familia real que fue visitante habitual desde que La<br />
Magdalena se convirtiera en palacio de estío para Alfonso XIII, a partir de 1913.<br />
¿Dónde está el lazo que une al palacio, a la duquesa y a la Orden <strong>Hospital</strong>aria de<br />
San Juan de Dios, y que les va a llevar a converger en el Madrid de 1936?<br />
Curiosamente, y más allá de la acreditada devoción de doña <strong>Clotilde</strong> Gallo, no<br />
parece haber existido un vínculo especial entre la benéfica labor de los hermanos<br />
y la duquesa, aunque es evidente que ésta tenía un conocimiento de primera<br />
mano de la labor de aquellos. La orden gestionaba en aquella época el asilo infantil<br />
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La parte central <strong>del</strong> edificio,<br />
sobre la elegante escalinata de<br />
entrada, es el núcleo de lo que<br />
fue residencia de verano.<br />
Arriba, <strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong> en una<br />
imagen aérea.<br />
de San Rafael, en Madrid, y parece ser que la duquesa aportaba una modesta<br />
cantidad al hermano limosnero que realizaba regular visita a su palacio de la<br />
Castellana, como a tantos otros domicilios de las clases acomodadas de la<br />
sociedad madrileña. No era la única orden hospitalaria a la que <strong>Clotilde</strong> Gallo hacía<br />
objeto de su labor benéfica, pero en todo caso parece claro que la duquesa<br />
conocía y valoraba la labor que se realizaba en el asilo, tanto como para<br />
convertirla en principal beneficiaria de su testamento, legándole, además de la<br />
finca donde se levantaría el sanatorio de <strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong>, varias fincas en la capital<br />
de España.<br />
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Hermanos de San Juan de<br />
Dios trabajan en el laboratorio<br />
<strong>del</strong> sanatorio, en los años cincuenta<br />
<strong>del</strong> pasado siglo.<br />
El nacimiento<br />
de un hospital<br />
El nacimiento<br />
de un hospital<br />
Aunque la lectura <strong>del</strong> testamento de doña <strong>Clotilde</strong> Gallo daba cuenta fiel <strong>del</strong><br />
traspaso de la propiedad de su finca de Bellavista a la Orden de San Juan de Dios,<br />
tendrían que pasar todavía algunos años, y no pocas vicisitudes históricas, para<br />
que el inmueble pasara de forma efectiva a cumplir la nueva función a la que<br />
estaba destinado. Valga decir que, en el momento de la muerte de la duquesa, el<br />
edificio iba a ser incautado por el Gobierno republicano en guerra, y destinado a<br />
centro radiográfico en un primer momento para, con la llegada de la contienda a<br />
las puertas de <strong>Santa</strong>nder, hacer también funciones de hospital, en un involuntario<br />
a<strong>del</strong>anto de la tarea que asumirá en años venideros.<br />
Pasada la guerra y confirmado punto por punto el reparto de propiedades<br />
dispuesto por la última voluntad de la duquesa, un avanzadilla de hermanos de<br />
San Juan de Dios y un grupo de niños enfermos, procedentes unos y otros <strong>del</strong><br />
asilo de San Rafael, se trasladan hasta <strong>Santa</strong>nder para tomar posesión <strong>del</strong> edificio<br />
y empezar una primera y apresurada fase de acondicionamiento. La prensa de la<br />
época da cuenta <strong>del</strong> acontecimiento y ofrece el mejor vehículo para remontarse<br />
setenta años atrás en el tiempo y acercarse a las claves <strong>del</strong> momento que marca<br />
el verdadero origen <strong>del</strong> sanatorio. Son veinte los niños que llegan a <strong>Santa</strong>nder<br />
para convertirse en los primeros pacientes <strong>del</strong> centro y, aunque nada se dice de<br />
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Casi desde el nacimiento <strong>del</strong><br />
sanatorio, éste contó con servicio<br />
de cirugía, algo que ha llegado<br />
hasta nuestros días.<br />
sus enfermedades, es fácil deducir que éstas eran las habituales en la época, y<br />
las que van a marcar la especialización <strong>del</strong> hospital en sus primeras décadas de<br />
existencia: la polio y la tuberculosis, males que tenían una alta incidencia en<br />
aquellos años y que mantenían unas descorazonadoras cifras de mortandad.<br />
Al primer equipo médico que se nombra en <strong>Santa</strong>nder, y a los hermanos llegados<br />
de Madrid, les corresponde la titánica tarea de convertir una villa de veraneo,<br />
deteriorada además por el uso dado en tres años de guerra, en un hospital<br />
adecuado para tratar enfermedades infantiles o, para recoger de forma más fiel el<br />
espíritu con el que la Orden de San Juan de Dios entiende su labor, atender de<br />
forma integral las necesidades de los niños, lo que incluye casi desde el primer<br />
momento la puesta en servicio de una escuela.<br />
La finca cuenta en ese momento con un único volumen construido, que se<br />
correspondería con el bloque que se levanta frente a la entrada y por encima de<br />
la gran escalinata. En ese momento se establecen ya las prioridades: hay que<br />
construir un pabellón destinado a clínica, con instrumental y sala de operaciones<br />
y mesa de escayolar. Además, hay que dotar al edificio de calefacción y cocina, y<br />
se planea ya la apertura de un consultorio público gratuito para los niños. Para<br />
financiar las obras, como para atender las necesidades económicas <strong>del</strong><br />
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Foto de familia <strong>del</strong> equipo<br />
médico <strong>del</strong> hospital, en el año<br />
1961.<br />
funcionamiento <strong>del</strong> día a día, la Orden <strong>Hospital</strong>aria apela a la generosidad de los<br />
santanderinos, siguiendo el mo<strong>del</strong>o <strong>del</strong> resto de centros gestionados por los<br />
hermanos de San Juan de Dios. El artículo periodístico que, en septiembre de<br />
1940, ofrece la primera información sobre la apertura de <strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong> finaliza con<br />
un llamamiento a la colaboración de los ciudadanos con la obra que se pone en<br />
marcha: “Es de esperar –dice el cronista– que <strong>Santa</strong>nder y su provincia sabrán<br />
hacer honor a sus bien merecidos títulos de cristianos y caritativos. Cuando a<br />
vuestras puertas resuene la voz implorativa de un Hermano de San Juan de Dios,<br />
acordaos que va en el ejercicio de una misión santa”. El ruego que queda<br />
formulado en papel de diario va a tener un resultado que, en forma de hospital, va<br />
a llegar hasta nuestros días.<br />
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Arriba, los pacientes en el solárium<br />
<strong>del</strong> centro. En la página<br />
anterior, en pleno estudio<br />
durante una de las clases<br />
escolares que se impartía a los<br />
internos.<br />
El sanatorio<br />
infantil<br />
El sanatorio infantil<br />
El concepto de hospital que aquella primera expedición de hermanos de San Juan<br />
de Dios trae a <strong>Santa</strong>nder, y que con las sucesivas mejoras va a llegar hasta bien<br />
entrados los años setenta <strong>del</strong> pasado siglo, asigna a <strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong> la función de<br />
hospital infantil, especializado en procesos de traumatología, poliomelitis y<br />
tuberculosis ósea, enfermedades que, además de ser habituales y de complicado<br />
tratamiento, afectaban en mayor medida a las capas sociales más humildes,<br />
precisamente aquellas que menos posibilidades tenían de acceder a los<br />
tratamientos para sanarlas.<br />
Todo en coherencia, como no puede ser de otro modo, con el impulso que<br />
preside la actividad de la orden, que desde el primer momento traslada a<br />
<strong>Santa</strong>nder su forma de entender la asistencia sanitaria a partir de lo que<br />
denominan “el carisma de la hospitalidad”, basado en la atención a los más<br />
desfavorecidos y en la ya mencionada apelación a la caridad como única forma<br />
de financiar sus servicios. De la veintena de niños que, llegados desde Madrid,<br />
van a formar el primer contingente de pacientes, se pasa ya en 1945 a los sesenta<br />
que a partir de entonces van a conformar la capacidad <strong>del</strong> sanatorio en cuanto a<br />
estancias hospitalarias.<br />
La asistencia se organiza aprovechando las condiciones de la finca, ubicada en<br />
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20 | <strong>70</strong> años <strong>Hospital</strong> <strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong>
Los hermanos Tonetti actuando<br />
para los niños ingresados en el<br />
sanatorio.<br />
un paraje privilegiado en lo más alto de la ciudad, en un entorno tranquilo, apenas<br />
rodeado entonces por algunas edificaciones y libre de las molestias <strong>del</strong> tráfico.<br />
Cuando el tiempo lo permite, las camas salen a la calle, y los pequeños pacientes<br />
pasan las horas en el solárium, en lo que por entonces constituye una de las<br />
bases para el tratamiento de la tuberculosis. En las terrazas se pasa consulta, se<br />
da clase y se estudia, dentro de la asistencia integral que preconizan los<br />
hermanos.<br />
Además de los beneficios que aporta la naturaleza, el sanatorio se dota desde el<br />
primer momento de todo lo necesario en materia médica, algo que tiene su<br />
plasmación más clara en la apertura de los primeros quirófanos que convierten a<br />
<strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong> en hospital quirúrgico casi desde el primer momento. Todo ello<br />
hace <strong>del</strong> sanatorio lo que hoy llamaríamos un centro de referencia en el<br />
tratamiento de enfermedades infantiles y, por muy diferentes motivos a los de<br />
décadas atrás, dota de nuevo a la finca <strong>del</strong> Alta –convertido ya en paseo <strong>del</strong><br />
General Dávila– <strong>del</strong> mayor de los protagonismos dentro de la sociedad<br />
santanderina.<br />
La presencia de los niños lleva hasta el hospital a los famosos hermanos Tonetti,<br />
se organizan galas radiofónicas y, cada año, los Reyes Magos tienen parada<br />
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22 | <strong>70</strong> años <strong>Hospital</strong> <strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong>
A la izquierda, horas de recuperación<br />
en el solárium. Sobre<br />
estas líneas, el entonces príncipe<br />
Juan Carlos en una visita<br />
realizada al hospital.<br />
obligada, al término de la cabalgata, en el sanatorio, al que llevan los juguetes<br />
donados por los santanderinos. Seguramente menos memorables para los<br />
internos, pero indicativas también de la importancia que va cobrando el centro,<br />
son las visitas de las autoridades, entre las que destaca la <strong>del</strong> por entonces<br />
príncipe Juan Carlos, además de las más rutinarias de las autoridades civiles y<br />
militares de la ciudad y provincia.<br />
Probablemente son los años en los que la actividad <strong>del</strong> sanatorio es más<br />
conocida, y reconocida, por los santanderinos, más aún cuando a partir de los<br />
años sesenta el centro incorpora un servicio de maternidad. La relación afectiva y<br />
de mutua dependencia entre <strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong> y la sociedad que la acoge se<br />
consolida en esos años, para no perderse ya nunca.<br />
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24 | <strong>70</strong> años <strong>Hospital</strong> <strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong>
Los quirófanos de <strong>Santa</strong><br />
<strong>Clotilde</strong>, durante una intervención<br />
quirúrgica en los años 80.<br />
Años<br />
de transición<br />
Años de transición<br />
La relación <strong>del</strong> hospital con su entorno siempre ha sido recíproca, de<br />
manera que los servicios ofrecidos daban respuesta a una demanda<br />
cambiante, que manifestaba nuevas necesidades asistenciales al mismo<br />
ritmo que se daba solución a otras. Sin dejar de ser un hospital infantil,<br />
<strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong> había ido incorporando nuevas especialidades y<br />
funcionalidades que fueron extendiendo el ámbito de actuación <strong>del</strong> centro.<br />
En paralelo, y felizmente, las patologías infantiles han remitido en la misma<br />
medida en que la sanidad pública ha mejorado su cobertura.<br />
En los años ochenta un grupo de cirujanos santanderinos pone en marcha<br />
un servicio de cirugía cardiaca y hemodinámica. Para entonces, el sanatorio<br />
ha ido desarrollándose como hospital médico quirúrgico, en colaboración<br />
con diversas entidades privadas. En el año 1981 se había acometido una<br />
importante ampliación y mejora de las instalaciones, comparable en<br />
importancia a la realizada en los orígenes <strong>del</strong> hospital, dotándolas de unos<br />
modernos quirófanos en los que se van a realizar intervenciones para la<br />
sanidad pública.<br />
Esta época de intensa actividad quirúrgica finaliza en los años noventa por<br />
la irregular política de conciertos con el Insalud, manteniéndose la<br />
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26 | <strong>70</strong> años <strong>Hospital</strong> <strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong>
A comienzos de los años<br />
noventa el hospital vive una<br />
etapa de transición, en la que<br />
va a reorientar su actividad<br />
hacia la geriatría.<br />
colaboración en la actividad de hospitalización médica. Todo ello sitúa a<br />
<strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong> en una encrucijada de la que va a salir, como no podía ser de<br />
otro modo, siguiendo el camino marcado por el “carisma de la hospitalidad”<br />
que rige la Orden de San Juan de Dios.<br />
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28 | <strong>70</strong> años <strong>Hospital</strong> <strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong>
Personal <strong>del</strong> hospital, médicos,<br />
equipo directivo y religiosas<br />
posan en una imagen tomada a<br />
comienzos de 2009.<br />
El hospital<br />
de hoy<br />
El hospital de hoy<br />
<strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong> se enfrenta en los años noventa a un proceso que casi podría<br />
definirse como de refundación pero que, pese a ello, va a dar como resultado un<br />
hospital perfectamente entroncado con su propia historia y con la vocación<br />
asistencial de la Orden <strong>Hospital</strong>aria de San Juan de Dios. Suspendidos los<br />
conciertos quirúrgicos, el hospital va a enfocar su actividad hacia la asistencia<br />
geriátrica, lo que supone poner la mirada en el colectivo que, llegados al fin de<br />
siglo, encarna de manera más fiel la vocación de la orden por centrar su actividad<br />
en aquellas ramas de la medicina donde mayores son las necesidades.<br />
A finales de los noventa <strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong> se perfila ya como hospital geriátrico de<br />
media y de larga estancia. Como sucediera décadas atrás, el nuevo centro exige<br />
inversiones que doten a las instalaciones de todo lo necesario para dar respuesta<br />
a las nuevas demandas. En ese proceso algunos hitos aparecen claramente<br />
marcados en el tiempo, como puede ser el caso de la inauguración en 1999 de<br />
una nueva ampliación de las instalaciones con la entrada en funcionamiento <strong>del</strong><br />
hospital de día psicogeriátrico.<br />
Como sucediera décadas antes con la medicina infantil, la atención a las personas<br />
mayores cuenta con una demanda que desborda la oferta asistencial. Si unimos<br />
a ello la preferencia de la Orden <strong>Hospital</strong>aria de San Juan de Dios a la<br />
colaboración con la sanidad pública y su prioridad por la asistencia a los más<br />
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30 | <strong>70</strong> años <strong>Hospital</strong> <strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong>
<strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong> se ha especializado<br />
en geriatría, con un enfoque<br />
basado en la calidad y la<br />
excelencia.<br />
desfavorecidos, el entendimiento con el sistema público se contempla de una<br />
forma natural por ambas partes.<br />
Así lo entienden los servicios sanitarios, con quienes se firman los primeros<br />
convenios para atención a los ancianos, reabriendo una línea de colaboración que<br />
no va a dejar de afianzarse a lo largo de la última década. La relación vive un<br />
momento clave en 1999 cuando, tras el derrumbe de parte <strong>del</strong> edificio de<br />
Valdecilla, los hermanos de San Juan de Dios ponen los antiguos quirófanos de<br />
<strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong> a disposición de la comunidad autónoma para que atendiera las<br />
necesidades derivadas <strong>del</strong> quebranto provocado por el accidente en sus propias<br />
instalaciones.<br />
Se reabre así la actividad quirúrgica, primero para cirugía oftalmológica y luego<br />
también para procesos de cirugía general. Más allá de las necesidades puntuales<br />
derivadas <strong>del</strong> siniestro de Valdecilla, la aportación de <strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong> va a revelarse<br />
como fundamental, lo que anima a la Orden de San Juan de Dios a asumir una<br />
importante inversión en la mejora de los quirófanos. Así, lo que en principio<br />
arrancó con cierta provisionalidad se consolida posteriormente con la firma de un<br />
concierto mediante el cual el <strong>Hospital</strong> de <strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong> asume labores de cirugía<br />
mayor ambulatoria para el servicio sanitario público<br />
Con la transferencia sanitaria en el año 2001 se profundiza también en la línea de<br />
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32 | <strong>70</strong> años <strong>Hospital</strong> <strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong>
La orden de San Juan de Dios<br />
y el espíritu religioso constituye<br />
el alma <strong>del</strong> hospital. A la<br />
izquierda, una imagen de la<br />
capilla.<br />
geriatría moderna, marcando ya un perfil estable como hospital geriátrico de<br />
media y larga estancia concertado con el Servicio Cántabro de Salud. Va<br />
configurándose así la oferta asistencial con la que el hospital llega hasta nuestros<br />
días: hospitalización –con 155 camas–, cirugía mayor ambulatoria y hospital de<br />
día psicogeriátrico, además de consultas externas. Dentro <strong>del</strong> ámbito de la<br />
hospitalización, la mayor parte de los recursos se destinan a la unidad geriátrica<br />
de rehabilitación funcional. Por número de camas, le sigue en importancia la<br />
unidad de cuidados paliativos y, tras ésta, las unidades geriátricas de larga<br />
estancia, subagudos y daño cerebral.<br />
El hospital encara el siglo XXI con la base que ofrecen esos servicios, y con un<br />
compromiso por la calidad en la asistencia que le ha llevado a implantar un<br />
mo<strong>del</strong>o de gestión avalado por la certificación EFQM. Para profundizar en ese<br />
compromiso se está diseñando un plan estratégico que contempla una<br />
importante ampliación de las instalaciones, además de la mejora de las<br />
estructuras actuales y la incorporación de nuevos servicios. Vuelve a ponerse así<br />
de manifiesto el dinamismo de un hospital que, firmemente asentado en su propia<br />
tradición, quiere ser partícipe de su propio futuro, a<strong>del</strong>antándose a las demandas<br />
de una sociedad a la que siempre ha sabido dar la mejor de las respuestas desde<br />
que, en el ya lejano 1939, un grupo de religiosos llegara a <strong>Santa</strong>nder para hacerse<br />
cargo <strong>del</strong> legado de la duquesa de <strong>Santa</strong> Elena.<br />
<strong>70</strong> años <strong>Hospital</strong> <strong>Santa</strong> <strong>Clotilde</strong> | 33