LEIOMIOMA DE VEJIGA. A PROPÓSITO DE UN CASO
LEIOMIOMA DE VEJIGA. A PROPÓSITO DE UN CASO
LEIOMIOMA DE VEJIGA. A PROPÓSITO DE UN CASO
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NNOOTTAA CCLLÍÍNNIICCAA<br />
ACTAS UROLÓGICAS ESPAÑOLAS MARZO 2001<br />
<strong>LEIOMIOMA</strong> <strong>DE</strong> <strong>VEJIGA</strong>. A <strong>PROPÓSITO</strong><br />
<strong>DE</strong> <strong>UN</strong> <strong>CASO</strong><br />
J.I. JIMÉNEZ ARISTU, F. LOZANO URUÑUELA, A. <strong>DE</strong> PABLO CÁR<strong>DE</strong>NAS,<br />
M.A. PINÓS PAUL, J. JIMÉNEZ CALVO, M. MONTESINO SEMPER,<br />
A. SANTIAGO GONZÁLEZ <strong>DE</strong> GARIBAY, L. CUESTA MARTÍNEZ<br />
Servicio de Urología. Hospital “Virgen del Camino”. Pamplona (Navarra).<br />
PALABRAS CLAVE:<br />
Leiomioma vesical. Tumor mesenquimal benigno.<br />
KEY WORDS:<br />
Bladder leiomyoma. Benign mesenchymal tumor.<br />
Actas Urol Esp. 25 (3): 223-225, 2001<br />
RESUMEN<br />
Los tumores vesicales benignos de origen mesenquimal tienen una incidencia de aparición<br />
muy baja, de ellos el más frecuente es el leiomioma.<br />
Aportamos un nuevo caso, planteando una discusión en cuanto a las pruebas complementarias<br />
necesarias para su diagnóstico.<br />
ABSTRACT<br />
Benign bladder tumors of mesenchymal origin have a very low appearance incidence, being the<br />
most frecuent the leiomyoma.<br />
We report new case, making a discussion about the complementary tests needed for the diagnose.<br />
Los tumores mesenquimales son muy poco frecuentes,<br />
representando de 1 a 5% de las neoplasias<br />
vesicales, siendo una mínima parte de<br />
ellos benignos1 . Los leiomiomas son los más frecuentes<br />
(46,6%), seguidos por los hemangiomas<br />
(26,4%) y otros tumores entre los que se incluyen<br />
fibromas, fibromixomas, mixomas, neurofibromas,<br />
rabdomiomas, xantomas, dermoides, osteomas<br />
y mioblastomas de células granulosas2 .<br />
Fue descrito por primera vez por Jackson (1870),<br />
Grussenbauer (1875) y Volkman (1876) 3 . Son tumores<br />
que permanecen silentes sin dar clínica durante<br />
mucho tiempo, a menos que afecten a la función<br />
el tracto urinario inferior o causen sintomatología<br />
abdominal, siendo un hallazgo incidental en el<br />
curso de alguna exploración, cirugía o necropsia4 .<br />
223<br />
Macroscópicamente son tumores esféricos u<br />
ovalados, de un tamaño entre 1-10 cm, de consistencia<br />
elástica, superficie irregular y con la<br />
mucosa vesical no adherida.<br />
Aportamos un nuevo caso a la literatura de esta<br />
patología rara y, en gran número de casos, de presentación<br />
silente.<br />
<strong>CASO</strong> CLÍNICO<br />
Mujer de 48 años que es remitida a un especialista<br />
de Urología por su ginecólogo al encontrar,<br />
en una exploración rutinaria, una masa vesical de<br />
unos 8 cm visible por ultrasonografía. Como antecedentes<br />
presenta 3 cesáreas, ectasia pielocalicial<br />
y ureteral derecha por un útero miomatoso, que<br />
requirió histerectomía y anexectomía izquierda
J.I. JIMÉNEZ ARISTU, F. LOZANO URUÑUELA, A. <strong>DE</strong> PABLO CÁR<strong>DE</strong>NAS, Y COLS.<br />
(1983) sin corrección completa de la ectasia y sin<br />
evidencia cistográfica de masa vesical. La paciente<br />
refiere como únicos síntomas cierta polaquiuria<br />
diurna (1,5-2 horas) y nicturia de tres veces.<br />
Hemograma y sedimento normales. Urocultivo<br />
negativo. La exploración física se encuentra dentro<br />
de la normalidad, con un abdomen globuloso<br />
difícil de explorar. Se procede a realizar ecografía,<br />
encontrándose ectasia pielocalicial y ureteral<br />
derecha con una masa heterogénea en pelvis anterior<br />
en contacto con vejiga.<br />
Tras realizar una uretrocistoscopia se encuentra<br />
un desplazamiento de la cara anterior vesical,<br />
sugestivo de compresión extrínseca. Se solicita un<br />
TAC abdominopélvico en el que se describe ectasia<br />
pielocalicial y ureteral derecha, con retardo en<br />
la eliminación de material de contraste intravenoso<br />
por el riñón derecho; además de dos masas, una<br />
en contacto con la pared lateral derecha vesical de<br />
5 x 4 x 2 cm, con una zona periférica de aspecto<br />
quístico que sugiere tumoración quística de origen<br />
ovárico, y otra en la cara anterior e inferior de la<br />
vejiga, de contornos heterogéneos y de densidad<br />
similar al músculo con captación intensa de contraste<br />
intravenoso (Figs. 1 y 2). Tras ello se solicitó<br />
una UIV en la que se constataba una importante<br />
dilatación del sistema excretor intrarenal derecho,<br />
y del uréter derecho hasta su porción más distal<br />
sin apreciarse la posible causa y, además, una cistografía<br />
observándose una gran masa comprimiendo<br />
la vejiga sin reflujo vésico-ureteral. Ante<br />
estos resultados se practicó una punción-aspiración<br />
con aguja fina (PAAF) de la masa pelviana,<br />
dando como resultado anatomopatológico fibromatosis<br />
y, posteriormente, un renograma isotópico<br />
describiendo ureterohidronefrosis derecha con<br />
obstrucción en la unión ureterovesical sin repercusión<br />
parenquimatosa. Con todo lo anterior, se<br />
toma la decisión de realizar una exploración quirúrgica<br />
practicando una laparotomía media<br />
infraumbilical ampliada, encontrándose una<br />
masa en cara anterior de vejiga dependiendo de la<br />
misma con una reacción cicatricial que engloba al<br />
uréter derecho, y provocando dilatación del<br />
mismo. Con ello se realiza la exéresis de la masa<br />
que presenta un buen plano de clivaje, y la posterior<br />
reimplantación del uréter derecho en cúpula<br />
vesical según la técnica de Le Duc, y dejando un<br />
catéter doble J.<br />
224<br />
FIGURA 1. TAC: Masa intravesical de base aparentemente<br />
pediculada y densidad similar al músculo dependiente de<br />
pared vesical. Quiste ovárico derecho.<br />
FIGURA 2. TAC: Corte inferior en el que se observa masa<br />
intravesical amplia con captación de contraste intravenoso,<br />
densidad similar al músculo y de base de implantación<br />
más amplia dependiente de pared vesical. Ausencia<br />
de adenopatías. Quiste ovárico derecho.<br />
El informe anatomopatológico definitivo es el<br />
de leiomioma vesical de 220 gramos y con un<br />
tamaño de 10 x 10 x 4 cm con bandas de tejido<br />
muscular liso entrecruzadas entre sí, además de<br />
tejido colágeno y vascular sin observarse ni atipia<br />
citológica ni mitosis, con positividad inmunohistoquímica<br />
fuerte para actina y desmina, y focal<br />
para vimentina (Fig. 3).<br />
DISCUSIÓN<br />
El leiomioma se presenta, en general, con más<br />
frecuencia en mujeres que en hombres (5/2), aunque<br />
hay estudios que presentan una distribución<br />
de sexos igual como, por ejemplo, el estudio de<br />
Belis y Campbell 4 . En cuanto a la edad de presentación<br />
la mayor incidencia se da en personas<br />
mayores de 40 años, aunque hay casos descritos<br />
en niños y ancianos. El lugar más frecuente de
FIGURA 3. Detalle a gran aumento que muestra la fuerte<br />
inmunopositividad para acina y desmina apoyando la<br />
naturaleza muscular de las células tumorales.<br />
localización de estos tumores es la cápsula renal,<br />
y cuando se encuentran en la vejiga su distribución<br />
es: endovesicales (63%), extravesicales (30%)<br />
o intramurales (7%), como en este caso 2 . La sintomatología<br />
varía según la localización del tumor<br />
en la vejiga; generalmente suelen ser asintomáticos<br />
y su hallazgo es accidental.<br />
Cuando su localización es intramural o extravesical<br />
suelen ser generalmente asintomáticos,<br />
aunque pueden dar síntomas de compresión de<br />
estructuras vecinas 1,5 . El leiomioma endovesical<br />
es el que más clínica puede dar, manifestándose<br />
como infecciones urinarias, hematuria, polaquiuria,<br />
disuria, tenesmo, retención urinaria, etc.,<br />
pudiendo dar un cuadro que asemeja a una neoplasia<br />
vesical o un síndrome prostático 2 . El diagnóstico<br />
preoperatorio de este tumor es difícil y<br />
generalmente casual en el transcurso de una ecografía<br />
de rutina. La UIV nos puede informar de la<br />
existencia de un defecto de replección de bordes<br />
lisos, incluso asemejando a un lóbulo medio prostático,<br />
en el caso de leiomiomas endovesicales. Si<br />
su localización es intramural o extravesical la UIV<br />
será normal, salvo en leiomiomas de gran tamaño.<br />
Con el TAC se distingue una masa vesical de<br />
consistencia sólida 6 y la ausencia de adenopatías<br />
al ser una patología de naturaleza benigna, aunque<br />
hay ocasiones en las que el TAC no es concluyente,<br />
no precisando ni los límites ni la íntima<br />
relación con la vejiga al presentar niveles de atenuación<br />
parecidos a los de los órganos adyacentes.<br />
La resonancia magnética nuclear no aporta<br />
más información que la que nos puede suministrar<br />
el TAC. La mejor prueba diagnóstica es la ecografía<br />
vesical, que nos permite diferenciar tanto la<br />
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naturaleza quística o sólida de la masa vesical<br />
como los límites y la relación con los órganos vecinos,<br />
debido a que es una prueba dinámica con<br />
posibilidades de ver planos de corte sagitales u<br />
oblicuos. Deberemos pensar que nos encontramos<br />
ante un leiomioma cuando se observe una masa<br />
de apariencia esférica, de estructura hiperecoica,<br />
bien delimitada y sin corrección parietal 6 . La uretrocistoscopia<br />
nos permite observar, según su<br />
tamaño, una masa redondeada, sesil o pediculada<br />
recubierta de mucosa normal 2 o ulcerada, lo que<br />
nos puede exigir la toma de una biopsia para realizar<br />
un buen diagnóstico diferencial con los tumores<br />
uroteliales. El tratamiento del leiomioma es<br />
siempre quirúrgico debido a la capacidad potencial<br />
de crecimiento que tiene este tumor, con la consiguiente<br />
acentuación de los síntomas y la posible<br />
afectación de la función del tracto urinario superior.<br />
El abordaje quirúrgico puede ser tanto endoscópico<br />
(RTU) como cirugía abierta (cistectomía parcial<br />
o laparotomía exploradora más exéresis del<br />
tumor), dependiendo de la localización 6 .<br />
En resumen, el leiomioma vesical es una patología<br />
rara, benigna, de origen mesenquimal y buen<br />
pronóstico, cuyo tratamiento es quirúrgico y tanto<br />
el diagnóstico preoperatorio como el seguimiento,<br />
por la rara posibilidad de recidiva 5 , deberá ser<br />
mediante ultrasonografía.<br />
REFERENCIAS<br />
1. PÉREZ-CASTRO E, MARTÍNEZ PIÑEIRO JA:<br />
Leiomyoma of the female urethra and bladder neck.<br />
Eur Urol 1981; 7: 46.<br />
2. ARIAS F, JIMÉNEZ CID M: Leiomioma vesical de crecimiento<br />
extramural. Una causa poco frecuente de<br />
dolor pélvico. Arc Esp Urol 1999; 52: 800-801.<br />
3. TORRUBIA FJ, MONTAÑÉS P, SÁNCHEZ M,<br />
SÁNCHEZ E: Leiomioma vesical. Arch Esp Urol 1988;<br />
41: 17-21.<br />
4. KNOLL LD, SEGURA JM, SCHEITHAVER BW:<br />
Leiomyoma of the bladder. J Urol 1986; 136: 906.<br />
5. POLO G, LEIVA O, PEÑA J: Leiomioma vesical causante<br />
de pseudoprostatismo femenino. Arch Esp Urol<br />
1976; 29: 605.<br />
6. ABENGOZAR A, MURILLO J, CUERVO C: Leiomioma<br />
vesical: revisión de la literatura y presentación de tres<br />
casos clínicos. Act Urol Esp 1998; 13: 702-706.<br />
Dr. J.I. Jiménez Aristu<br />
C/ Amaya, 40 - 41 dcha<br />
31004 Pamplona (Navarra)<br />
(Trabajo recibido el 5 Abril de 2000)