6 1. Introducción Las intoxicaciones <strong>por</strong> <strong>plantas</strong> son tan antiguas como nuestra historia, sea a través de ingestas involuntarias <strong>por</strong> culpa del hambre, sea a través de preparaciones usadas con finalidad religiosa o con intencionalidad criminal (como la misma muerte mitificada de Sócrates mediante un brebaje con cicuta). De hecho, el hombre se ha visto enfrentado a lo largo de su existencia al arsenal fitoquímico producido <strong>por</strong> las <strong>plantas</strong> como repelentes de sus predadores (animales herbívoros, insectos fitófagos, virus o bacterias), a lo largo de procesos evolutivos que han durado millones de años y, sólo con el transcurso del tiempo, ha aprendido a reconocer los peligros, diferenciar unas especies de otras, adoptar ciertas <strong>plantas</strong> como medicinales, ajustar las dosis, identificar y aislar sus componentes, transformarlos en medicamentos y conocer sus efectos farmacológicos y toxicológicos. Este grueso de conocimiento sobre las <strong>plantas</strong>, no ha alcanzado a la totalidad de la población ni a todas sus prácticas y <strong>por</strong> ello se producen de manera continuada episodios de intoxicaciones que llegan a los servicios de urgencia hospitalarios o a las consultas de los facultativos. En los últimos años se ha constatado una mayor indefinición en cuanto al concepto de planta tóxica. De hecho, en el siglo XVI Paracelso ya observó que, con frecuencia, lo im<strong>por</strong>tante era la dosis. Así es como muchas <strong>plantas</strong> medicinales pueden ser muy tóxicas y otras, consideradas tóxicas, se están utilizando con efectos terapéuticos a las dosis adecuadas. Además, cada vez se hace mayor hincapié en los efectos adversos y en las interacciones medicamentosas de <strong>plantas</strong> consideradas como medicinales e inocuas. También recientemente, se ha constatado en nuestro entorno una mayor incidencia de las intoxicaciones como consecuencia de una acción intencionada, sobretodo <strong>plantas</strong> con fines lúdicos, frente a la clásica intoxicación fortuita o surgida de forma accidental. En las páginas siguientes se presentan de manera resumida las principales especies de <strong>plantas</strong> productoras de intoxicaciones. Algunos epígrafes permiten facilitar la identificación de la planta (nombre científico, nombres populares, morfología, partes utilizadas, fotografías), mientras que otros describen la composición química, la sintomatología y el tratamiento. Hemos incluido también una breve referencia al uso terapéutico, si lo hay, que puede servir como guía durante el período diagnóstico, al ser frecuentes los fenómenos de sobredosis o de efectos cruzados con otra medicación con la que esté tratado el paciente.
1. Introducción 7 Finalmente, los autores desean expresar que la necesaria actualización de contenidos en obras como la presente requiere una buena coordinación entre los servicios médicos y los botánicos, <strong>por</strong> lo que debería conservarse una muestra de la planta causante de la intoxicación en un Centro de Investigación o Universidad como futura referencia.