Congreso Internacional SARE 2004 - Emakunde

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que, en realidad, elimina el proceso total de reproducción social de la población de la red de procesos fundamentales (producción, distribución e intercambio) de mercancías (9). 3. Visión y análisis económico La experiencia de vida de las mujeres y la recuperación de un movimiento feminista internacional, cuya perspectiva de acción y negociación social está arraigada en el terreno de la vida cotidiana de mujeres y hombres, desplazan la perspectiva del análisis. El desplazamiento permite enfocar un nivel de la realidad, generalmente introducido en las visiones del sistema económico sólo como aspecto separado, como esfera privada a la que pertenecen las pasiones del cuerpo y las relaciones íntimas. A este nivel, las percepciones de la vida cotidiana, entendida como proceso que requiere la reproducción de los cuerpos, el cuidado de las relaciones personales y de los entornos domésticos, constituyen una importante base cognoscitiva que, sin embargo, se queda desvinculada de las visiones y de los análisis del sistema económico ya que faltan los nexos de conexión que permitan integrar las experiencias y los conocimientos de la esfera pública productiva de mercancías y de servicios (mercado y Estado) con las de la esfera reproductiva que se desarrolla en el ámbito doméstico. La dificultad de comprender la relación entre las dos esferas se debe a la diferencia de lenguajes, tiempos y motivaciones que distinguen las actividades productivas de mercancías de las reproductivas de la población. En la esfera doméstica, los lenguajes tienen que expresar necesidades, aspiraciones y sentimientos y las actividades están directamente dirigidas a la seguridad y la mejora de la calidad de vida; en la esfera pública mercantil, los lenguajes representan la jerarquía de los intereses de la propiedad privada y las motivaciones del beneficio, el criterio que guía las actividades productivas capitalistas. En esta separación el Estado se convierte en institución de mediación en caso de conflictos entre producción de mercancías para el mercado y condiciones de reproducción social de la población. Las teorías económicas no enfocan directamente la relación y los nexos causales entre producción de mercancías y reproducción social de la población, y sigue faltando una conciencia analítica del proceso de reproducción social de la población y de las tensiones profundas que caracterizan la relación entre este proceso y la producción de mercancías en un sistema capitalista fundado en el trabajo asalariado. Faltan por consiguiente lenguajes analíticos adecuados para representar las condiciones de vida como proceso específico que conlleva actividades, relaciones, conflictos específicos que, ni siquiera analógicamente, se pueden reducir a los inherentes a la producción de mercancías; sin embargo, van unidos a la misma por una relación dinámica y de tensión que debe explicitarse para tener una visión (9) Un intento de introducir este trabajo dentro de la visión del sistema económico se encuentra en Picchio (2001, 2003). 62

clara de la realidad del sistema social. Si el proceso de reproducción no se introduce de manera explícita en la visión global del sistema, también las experiencias de vida y de conflicto donde actúan las mujeres pierden visibilidad y no se relacionan con otras experiencias cognoscitivas y políticas, reconocidas como clave de transformación de la realidad. La mirada de las mujeres al mundo de la economía modifica también la búsqueda empírica de datos cuantitativos, utilizables para evidenciar las dimensiones y las proporciones relativas de los fenómenos. A este respecto, los datos estadísticos del trabajo no retribuido, desarrollado en los núcleos familiares para las tareas domésticas, la trasformación de los bienes, la administración y el cuidado de las personas, han representado una novedad muy importante que permite empezar a razonar en términos de trabajo total, retribuido y no retribuido, y relacionar la esfera pública del trabajo asalariado con la privada del hogar y los cuidados. Se relacionan así también los grandes sentidos del obrar humano: vivir y producir. De estas relaciones se deriva la ampliación del conocimiento de la realidad, pero también la conciencia de tensiones y vulnerabilidades profundas, por otra parte muy modernas, baste pensar en el creciente número de la población no autosuficiente. Las investigaciones sobre el uso del tiempo muestran una enorme carga de trabajo destinado a la reproducción social de la población, que también afecta a los países industrializados, y donde se produce, a nivel planetario, una distribución dramáticamente desigual entre hombres y mujeres en el uso del tiempo y en las responsabilidades reproductivas (10). La introducción en el marco del sistema económico de la gran carga de trabajo no retribuido y del proceso de reproducción social de la población trabajadora lleva a la construcción de una visión amplia del sistema económico. Dicha ampliación permite observarlo en sus aspectos estructurales como base de la sostenibilidad del sistema y no como un problema femenino de conciliación de los tiempos de trabajo y de vida. En una visión macroeconómica que incluye el trabajo doméstico y de cuidados y el proceso de reproducción social de la población se introducen tanto las actividades de la economía monetaria como las no monetarias. En este marco amplio también se puede visualizar la red de las instituciones que pone en relación familia, estado y empresas en el circuito de la riqueza social (Budlender, 1996). En el marco amplio se pueden también hallar líneas de tensión entre instituciones, y el interior de las mismas, que reflejan la profunda tensión estructural presente en la relación capitalista entre condiciones de vida de la población trabajadora y formación y acumulación de beneficios. Para comprender estas tensiones y el marco de los nexos causales entre producción y reproducción es necesario formular un marco analítico del sistema capitalista que incluya también la reproducción social como proceso fundamental (Picchio, 2001). (10) El Informe sobre Desarrollo Humano de 1995 ha presentado las estadísticas internacionales sobre el trabajo no retribuido contribuyendo de forma relevante a la Plataforma de Pekín en materia de trabajo. El estudio preparatorio se encuentra en Goldschimdt- Clemont & Aligisakis (1996). 63

que, en realidad, elimina el proceso total de reproducción social de la población de la red de procesos<br />

fundamentales (producción, distribución e intercambio) de mercancías (9).<br />

3. Visión y análisis<br />

económico<br />

La experiencia de vida de las mujeres y la recuperación de un movimiento feminista internacional,<br />

cuya perspectiva de acción y negociación social está arraigada en el terreno de la vida cotidiana<br />

de mujeres y hombres, desplazan la perspectiva del análisis. El desplazamiento permite enfocar<br />

un nivel de la realidad, generalmente introducido en las visiones del sistema económico sólo como<br />

aspecto separado, como esfera privada a la que pertenecen las pasiones del cuerpo y las relaciones<br />

íntimas. A este nivel, las percepciones de la vida cotidiana, entendida como proceso que requiere<br />

la reproducción de los cuerpos, el cuidado de las relaciones personales y de los entornos<br />

domésticos, constituyen una importante base cognoscitiva que, sin embargo, se queda desvinculada<br />

de las visiones y de los análisis del sistema económico ya que faltan los nexos de conexión que<br />

permitan integrar las experiencias y los conocimientos de la esfera pública productiva de mercancías<br />

y de servicios (mercado y Estado) con las de la esfera reproductiva que se desarrolla en el ámbito<br />

doméstico. La dificultad de comprender la relación entre las dos esferas se debe a la diferencia<br />

de lenguajes, tiempos y motivaciones que distinguen las actividades productivas de mercancías<br />

de las reproductivas de la población. En la esfera doméstica, los lenguajes tienen que expresar<br />

necesidades, aspiraciones y sentimientos y las actividades están directamente dirigidas a la seguridad<br />

y la mejora de la calidad de vida; en la esfera pública mercantil, los lenguajes representan<br />

la jerarquía de los intereses de la propiedad privada y las motivaciones del beneficio, el criterio<br />

que guía las actividades productivas capitalistas. En esta separación el Estado se convierte en institución<br />

de mediación en caso de conflictos entre producción de mercancías para el mercado y<br />

condiciones de reproducción social de la población. Las teorías económicas no enfocan directamente<br />

la relación y los nexos causales entre producción de mercancías y reproducción social de la<br />

población, y sigue faltando una conciencia analítica del proceso de reproducción social de la población<br />

y de las tensiones profundas que caracterizan la relación entre este proceso y la producción<br />

de mercancías en un sistema capitalista fundado en el trabajo asalariado. Faltan por consiguiente<br />

lenguajes analíticos adecuados para representar las condiciones de vida como proceso específico<br />

que conlleva actividades, relaciones, conflictos específicos que, ni siquiera analógicamente,<br />

se pueden reducir a los inherentes a la producción de mercancías; sin embargo, van unidos<br />

a la misma por una relación dinámica y de tensión que debe explicitarse para tener una visión<br />

(9) Un intento de introducir este trabajo dentro de la visión del sistema económico se encuentra en Picchio (2001,<br />

2003).<br />

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