Congreso Internacional SARE 2004 - Emakunde
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evidenciar algunas dimensiones cuantitativas y tener una idea de las proporciones correspondientes.<br />
Todos estos niveles son necesarios para formular políticas económicas y sociales directamente<br />
dirigidas a mejorar y sostener las condiciones de vida de la población en su conjunto.<br />
La visión precisa una reflexión filosófica sobre el género humano formado por individuos, varones<br />
y hembras, que viven en comunidad, entablan relaciones interactivas y tienen una historia y una<br />
memoria. Por lo tanto no es casual que en el origen de la ciencia económica (en el momento en<br />
que se sentaban las bases y se definía su objeto) la visión y el método analítico arraigaran en la<br />
filosofía y, en particular, en la filosofía moral. Más tarde esta raíz se eliminó, pero sigue siendo<br />
esencial para entender cómo abordar el problema de las condiciones de vida de la población y<br />
para formular políticas públicas. Las condiciones de vida reflejan, de hecho, la complejidad de la<br />
condición humana (1).<br />
Respecto al análisis, es útil recordar que a lo largo del tiempo, el análisis del sistema económico<br />
se redujo primero al análisis de la producción y de la distribución de los medios y, después, al<br />
análisis de los mercados, tomados en la actualidad como modelo de funcionamiento social. Con<br />
el paso del tiempo se ha perdido la reflexión sobre los fines y el sentido de la producción y del intercambio<br />
de mercancías. En particular, se ha ido encerrando el análisis de las condiciones de<br />
vida de la población trabajadora dentro de los límites del mercado laboral asalariado, que constituye<br />
una particular forma histórica de relación entre el trabajo y la subsistencia de la población<br />
(2). Los y las economistas de todas las escuelas han considerado a los trabajadores y trabajadoras<br />
el medio de producción fundamental y esto se debe a que la economía nació en el siglo XVIII<br />
como ciencia autónoma, concentrando la atención analítica en el sistema económico capitalista.<br />
La historia del pensamiento económico, sin embargo, ofrece una amplia gama de análisis que sacan<br />
a la luz problemas fundamentales y recurrentes y usan metodologías diferentes que tienen que<br />
ser revisadas para encontrar conocimientos e instrumentos, en parte todavía útiles, con los que<br />
abordar la complejidad de la cuestión de las condiciones de vida.<br />
Por ejemplo, los economistas clásicos (3) definían el salario como el coste normal de la reproducción<br />
social de la población trabajadora y trataban los bienes necesarios para poner la “raza” trabajadora<br />
en condiciones de trabajar y reproducirse (comida, ropa, vivienda, etc.) como consumo<br />
(1) Sobre la trágica dificultad de pensar en la condición humana y las tentaciones científicas y de ciencia ficción de<br />
rehuir dicha dificultad véase Arendt, 1964, págs. 1-6.<br />
(2) Utilizo el término población trabajadora por citar una parte de la población compuesta por varones y hembras de<br />
diferentes edades, activos y no activos en el mercado laboral y dependientes de modo directo o indirecto de un salario-<br />
sueldo para la subsistencia. Se trata de la gran mayoría de la población.<br />
(3) Por economistas clásicos se entienden, aquí, sobretodo a los teóricos del superávit económico (Quesnay, Smith,<br />
Ricardo, Marx). Sería interesante, en realidad, partir del mercantilista Petty que utilizaba como indicador del valor de<br />
las mercancías la comida necesaria para reproducir la capacidad de trabajo de las personas adultas y la raza de la po-<br />
blación trabajadora.<br />
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