24.04.2013 Views

Congreso Internacional SARE 2004 - Emakunde

Congreso Internacional SARE 2004 - Emakunde

Congreso Internacional SARE 2004 - Emakunde

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

nas, adultas frente a infantiles, adultas productivas frente a ancianas frágiles, quienes encargan<br />

servicios y quienes los necesitan. Acechando en esas diferencias se encuentra también las de género,<br />

las de clase y las de estatus racial. Por el contrario, necesitamos encontrar las formas en las<br />

que todos y todas nos cuidamos a nosotros y nosotras mismas y a quienes nos rodean.<br />

Irónicamente, aceptar esta debilidad de encontrarse siempre entre quienes reciben cuidados nos<br />

ofrece la fortaleza de reconocer una causa común al asegurar que todas las personas reciben buenos<br />

cuidados. Las tareas del cuidado colectivo que he señalado aquí no se llevan a cabo con facilidad<br />

y plantean exigencias a la ciudadanía. Esas exigencias son diferentes de las que con frecuencia<br />

plantea el orden político, eligiendo entre el menor de dos males entre élites que compiten<br />

entre sí, por lo que no se aplican con tanta fuerza las suposiciones de la sociología política según<br />

las cuales las personas no se muestran dispuestas a participar.<br />

Si, como han sugerido tantos académicos y académicas, la desigualdad en los cuidados provoca<br />

un gran daño en los valores básicos como la igualdad de oportunidades y la justicia, entonces, es<br />

importante dar el paso de limpiar el contexto para que se perciba con claridad esa desigualdad<br />

como una amenaza, que no permitirá llevar a cabo el cambio necesario en el valor del cuidado.<br />

En la actualidad el pueblo americano percibe el cuidado de tal forma que se permite a mucha gente<br />

de la sociedad lo que W. O. Brown llamaba “una vacuna contra la percepción interior.” No podemos<br />

ver con facilidad cómo se convierte nuestro propio valor privado de “hacer lo mejor para<br />

nosotros mismos y nuestra familia” en una mayor desigualdad social. Transformar este círculo vicioso<br />

en uno virtuoso requiere que el cuidado sea considerado una condición humana, parte de<br />

nuestros valores públicos y parte de nuestra forma de comprender qué es y hace la ciudadanía (9).<br />

(9) Quisiera reconocer unas interesantes conversaciones e intercambios por correo electrónico que he mantenido con<br />

Pamela Stone y Theresa Arendell mientras redactaba esta conferencia. Sin embargo no son en absoluto responsables de<br />

mis conclusiones o argumentos. La sección sobre el “cuidado competitivo” se basa en mi texto publicado en Boston<br />

Review, en marzo de 2002.<br />

250

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!