Congreso Internacional SARE 2004 - Emakunde
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1. La dimensión<br />
histórica del concepto<br />
de ciudadanía<br />
El concepto de ciudadanía ha sido objeto en las últimas décadas de numerosos análisis que en su<br />
mayoría, partiendo de las propuestas de T.H. Marshall, definen la evolución y alcance de los derechos<br />
fundamentales en los diferentes colectivos y clases sociales. En este marco teórico, creo que<br />
deben recordarse algunas de las más importantes críticas que desde las ciencias sociales se han<br />
llevado a cabo sobre el concepto de ciudadanía y algunas de las aportaciones más lúcidas con<br />
las que cuenta la teoría feminista en este campo.<br />
En efecto, como muy bien ha señalado Paul Close (Close 1995) los recientes análisis sobre ciudadanía<br />
han sido objeto de numerosas críticas por parte de la teoría feminista, en el sentido de que<br />
el concepto de ciudadanía es definido desde la óptica masculina, y no contempla la realidad específica<br />
de las mujeres como sujetos de diferentes derechos que los hombres. En este sentido, el<br />
concepto de ciudadanía que se vincula con derechos, con acceso a, con pertenencia a una comunidad<br />
o pertenencia a una nación o Estado, exige un análisis desde la perspectiva de género<br />
que refleje el desigual acceso, por parte de hombres y mujeres a una serie de derechos fundamentales.<br />
Claire Wallace (Wallace, 1993) afirma que las mujeres no son ciudadanas en el mismo sentido<br />
que los hombres, ya que estos obtienen beneficios y servicios en nombre de la familia, de forma<br />
que en muchos casos las mujeres acceden a los derechos de ciudadanía a través de sus consortes.<br />
En este mismo sentido, O´Connor (O´Connor 1996) nos recuerda cómo la crítica feminista sobre<br />
la ciudadanía destaca la necesidad de redefinir los análisis convencionales en el sentido de abordar<br />
la crítica del actual Estado de Bienestar desde una perspectiva de género, ya que éstas no participan<br />
plenamente de los mismos derechos de ciudadanía que los hombres, de forma que continúan<br />
siendo definidos a partir de la desigual distribución de recursos, distribución vinculada al poder,<br />
control e independencia, en suma, lo que Claus Offe (Offe 1984) ha definido como sujetos receptores<br />
de la política.<br />
Más interesante aún para el tema que nos ocupa es la crítica de Alisa del Re (Del Re 1994) que<br />
partiendo del clásico análisis del T. H.Marshall (Marshall, Bottomore, 1992) nos recuerda que a<br />
las mujeres se les ha privado de una serie de derechos consagrados como universales y fundamentales.<br />
En relación con la ciudadanía civil, que se consolida a partir del siglo XVIII, en lo que se refiere a<br />
las mujeres, por el mero hecho de su pertenencia al género femenino obtienen mucho más tarde,<br />
en la mayoría de los países europeos a partir del siglo XX, los derechos civiles, manteniéndose en<br />
la mayoría de los casos bajo la dependencia del padre o del marido.<br />
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